Ir al contenido principal

El padre que contrató a un sicario virtual para conseguir que su hijo trabajase

IVAN GIL
Los videojuegos pueden llegar a crear adicción y, si son en red, las posibilidades se multiplican. Tanto los padres como los desarrolladores informáticos lo saben muy bien y por ello se han extendido las herramientas de control paternal que limitan a los hijos el acceso o el tiempo máximo de navegación. Las adicciones de jóvenes y adolescentes han experimentando tal auge en los últimos años que, incluso, existen clínicas de desintoxicación de internet a las que recurren padres desesperados que ya lo han intentado todo.
Quizá la opción de la clínica era la alternativa más adecuada a la que pudo haberse acogido el chino Xiao Feng, padre de un joven desempleado de 23 años que, según afirmó su propio progenitor al medio asiático Kotaku East, dedica todo su tiempo a un juego de rol on-line despreocupándose de buscar trabajo. Sin embargo, tuvo una idea tan rocambolesca como ineficaz. Feng contrató a varios sicarios virtuales –los jugadores más expertos– para que matasen al avatar de su hijo cada vez que se conectase. El plan no funcionó.
El joven pronto comenzó a sospechar de la persecución a la que lo sometieron el resto de jugadores, algunos de ellos excompañeros del colegio. A Feng no le cuadraba que sus aliados del mundo virtual lo acosasen de un día para otro sin mediar ninguna explicación racional de por medio. A base de insistir en sus preguntas respecto a los motivos de tal persecución, uno de los “sicarios virtuales” delató toda la trama creada por el padre.

Acuerdo entre padre e hijo
Tras descubrirse la conspiración se abrió un debate en la red y Xiao Feng padre pronto comenzó a recibir llamadas de los medios locales interesándose por las motivaciones que lo habían llevado a urdir este peculiar plan. Según él, su hijo se enganchó a los videojuegos en línea durante los últimos años del colegio, lo que asocia con un empeoramiento de sus resultados académicos. A pesar de ello logró superar los estudios secundarios y sacarse una carrera universitaria. Ahora está en el paro y la preocupación de su padre ante un futuro laboral incierto es cada vez mayor. Sin embargo, el hecho que acabó con la paciencia de Feng fue que su hijo dejase un trabajo como desarrollador de software en el que no llevaba ni tres meses.
Fue entonces cuando decidió buscarse a un grupo de sicarios virtuales con el convencimiento de que su hijo se aburriría de jugar si cada vez que iniciase sesión, automáticamente matasen a su avatar. Toda una trama que, al menos, sí le sirvió para mantener una conversación con su hijo y arrancarle un compromiso para que se esforzase más en buscar empleo. El joven le dijo que lo único que necesitaba era tomarse algún tiempo “para encontrar un trabajo que realmente se adapte a mí”.
Feng aseguró encontrarse mucho más “aliviado” después de haber hablado con su hijo. El experimento no le ha servido para encontrar trabajo, pero sí es cierto es que lo ha convencido para que emplee parte de su jornada a buscar ofertas. Una vez más, ha quedado patente que el mundo asiático no solo ha parido a los mejores jugadores de videojuegos en línea, sino que sigue llevando la delantera en lo que se refiere a este tipo de adicciones.
EL CONFIDENCIAL, 09/01/2013

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com