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Todo lo que ocurre en el cerebro de tu hijo cuando hace un puzle

S.F.
En español se escribe «puzle» y en inglés «puzzle», pero lo cierto, es que la mayoría de la gente cuando lo escribe o hace una búsqueda en internet, lo escribe de la forma inglesa, de forma incorrecta, «puzzle». También son popularmente conocidos como rompecabezas, y son el entretenimiento ideal tanto para niños como para adultos. La ventaja de los puzles, además de los beneficios psicológicos y cognitivos, es que se pueden realizar en solitario, o en familia, o con amigos.
Los puzles son verdaderas píldoras de felicidad, y producen importantes beneficios para la salud de quienes los arman, y para la salud de las personas con quienes se comparten esas píldoras de felicidad, como pueden ser:
Los puzles ayudan a los más pequeños a reflexionar antes de actuar, y a tener una mayor consciencia de los actos que se deben realizar.
Aumenta la capacidad de concentración, ayuda a observar, a explorar nuevos objetos y nuevas formas, y a saciar de forma momentánea, eso sí, la curiosidad hasta el siguiente rompecabezas.
Ayudan a desarrollar una visión espacial y matemática, que facilita aprender nuevos conceptos en función de las formas, colores y piezas que tengan los rompecabezas.
Perfecciona la motricidad fina de los más pequeños, y por ello, es un buen ejercicio para mejorar la coordinación mano-ojo que es la coordinación viso-motora. Aumentando la manipulación y control de piezas pequeñas.
Aumenta la precisión y las habilidades cognitivas, tanto de niños como de adultos.
Potencia el razonamiento perceptivo, y la resolución de problemas. Un niño que juega con un puzle aprende a manejar la frustración de una forma sana, y no se enfadará al no poder encajar las piezas, sino que buscará la manera de lograr sus objetivos.
Mejoran la autoestima y potencian la motivación en adultos, jóvenes y niños. Así como ayudan a reducir el nivel de estrés en la edad adulta.

¿Cómo elegir el puzle más adecuado?

María José Capdepón, responsable de tiendas.com, asegura que «tanto para un niño como para un adulto primerizo en puzles, lo aconsejable es comenzar con puzles sencillos que contengan pocas piezas para ir, poco a poco, incrementando el número de estas, así como la dificultad de la imagen del puzle, de esta forma conseguiremos que se enganchen a los puzles, y que vayan fortaleciendo de forma gradual la autoestima en la resolución de esos pequeños retos».
Si se comienza con puzles muy complicados, prosigue, «y no se está preparado para ello, la autoestima se puede dañar y no querrán volver a montar un puzle en una buena temporada o incluso nunca más. Por ello, a la hora de comprar un puzle, hay que prestar atención a la edad recomendada para el mismo, así como al nivel de dificultad y al número de piezas del mismo, sin olvidarnos de nuestros gustos o de las preferencias de la persona a la que se lo vayas a regalar».

Rompecabezas y Alzheimer

Armar puzles tiene un efecto relajante y reduce las posibilidades de padecer Alzheimer, según diferentes estudios científicos realizados recientemente. «Está demostrado científicamente que realizar puzles o rompecabezas ayuda a evadirse y relajarse, aportando sensación de tranquilidad, que sirve a muchos adultos a desconectarse del día a día, de cambiar la rutina y de no pensar en nada más, porque se tienen la mente ocupada en colocar la siguiente pieza para finalizar el puzle», recuerda Capdepón.
También se ha demostrado que realizar puzles de forma rutinaria y divertirse con ello, continua esta profesional, «se reduce la proteína que se encuentra relacionada directamente con la enfermedad del Alzheimer. Es bueno para la salud mental de los más mayores de la casa. Y armar rompecabezas desde la niñez podría prevenir el desarrollo de problemas de memoria en la edad adulta y la vejez, tales como el Alzheimer».
En definitiva, concluye Capdepón, «los puzles son un entretenimiento idóneo para niños y jóvenes, y es una buena alternativa a aparcarse delante de la televisión o volverse adicto a las nuevas tecnologías, que hoy día, ya ocupan gran parte de la actividad lúdica de los más pequeños de la casa, y de los no tan pequeños. Los padres y tutores deben potenciar que los niños tengan tiempo para todo, y sobre todo, que los ratos de ocio después de los deberes diarios, también puedan dedicarse a otras actividades, juegos y deportes. Los rompecabezas son una estupenda manera de divertirse que produce multitud de efectos psicológicos beneficiosos para quien los arma, aparte de ayudar a reducir el estrés, y compartir ratos con los pequeños haciendo puzles ayuda a estimular el apego entre educadores, padres y niños. Y contribuirá a que quienes los arman se vuelvan más sociables, sin darse cuenta».
ABC, Lunes 25 de febrero de 2019

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