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Cuando lo peor del fútbol llega a otros deportes: agresión en un triatlón... de niños

LUCAS SAEZ BRAVO
Ni siquiera había premios o medallas esperando tras la meta. Apenas una competición formativa, niños de siete y ocho años en sus primeros pasos en el triatlón, que no es un deporte sencillo, pero mucho menos agresivo. El pasado domingo, en la zona de transiciones del duatlón escolar Cuña Verde, en Moratalaz, ayudando a los pequeños -a los de su club y a quien pudiera- a descolgar las pesadas bicicletas de las borriquetas, se encontraba Miguel Ángel Díaz García, presidente del Triatlón Clavería de Móstoles, cuando comprobó en sus carnes como la "actitud futbolera" puede conquistar los rincones más insospechados.
"Todo ocurrió en 30 segundos. Es difícil de explicar. Un padre enfurecido nos echa en cara a mí y a uno de los voluntarios que no ayudábamos a su hijo. Se coló en la zona de 'boxes' con un 'estoy aquí porque me sale de las pelotas', en actitud macarra", relata el momento previo a la agresión. "Se fue calentando... hasta que me agarró por los hombros y me dio un cabezazo que me tiró al suelo". Un golpe brutal que no sólo provocó la fractura del tabique nasal y un traumatismo craneal a Miguel, también el susto mayúsculo cuando vio manar sangre en abundancia, pues, debido a sus trombos, toma habitualmente un anticoagulante (Sintrom).
A Miguel, que también colabora con la Federación madrileña y la española, un entregado a la causa del deporte de los tres deportes, le preocupa menos su nariz que la imagen proyectada. "Esta no es la filosofía del triatlón", repite varias veces. También le ha costado hacer públicos los hechos, aunque se animó finalmente para usar su ejemplo de altavoz. "Que la gente entienda que esto tiene consecuencias, incluso penales". Y graves. Hasta a dos años de cárcel se enfrenta el agresor, "un desequilibrado" al que el presidente del Clavería no había visto jamás. Tampoco son justas las consecuencias para el menor, cuyo club, otro de los más potentes de la Comunidad de Madrid, ha decidido expulsar tras el altercado protagonizado por su padre.
Aunque el mayor de los escarnios quizá lo encontró Miguel cuando llegó a la Comisaría para denunciar los hechos. Allí no se topó con el asombro de los policías por la agresión, sino porque fuera en un deporte como el triatlón. "Me dijeron que en el fútbol ocurre casi todos los fines de semana". Ayer mismo se hacían virales las imáganes de un padre agrediendo al entrenador de su hijo ¡prebenjamín! en La Laguna. No es novedad. Peleas de padres, agresiones a árbitros, insultos, amenazas... a la orden del día en las tribunas de tantos campos de formación. Un gol envenenado que no quieren encajar otros deportes.
"Creo que esto no se debe permitir en ningún deporte. En el nuestro no tengo datos de que haya sucedido NUNCA, pero siempre un garbanzo negro se tiene que colar. La filosofía del triatlón no es esta, a los clubes nos gusta competir juntos, trabajamos juntos, no tenemos la rivalidad que existe en otros deportes, alentamos el compañerismo incluso dentro de la competición, por lo tanto, esto no pertenece a nuestro deporte y es responsabilidad de TODOS, federaciones, Clubes, monitores y sobre todo nosotros los padres, que somos los que inculcamos nuestros valores, ideales y comportamientos", se desahogó ayer Miguel en un post en Facebook, después de ser incapaz de contestar todas las muestras de solidaridad recibididas, y pidiendo por favor que no se hiciera público el nombre del padre agresor, para que su hijo no tenga que pagar ya más consecuencias.
EL MUNDO, Martes 20 de marzo de 2018
Imagen: El Mundo

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