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¿Por qué se ha vuelto tan trasto?

¡Qué fácil era todo antes! Hasta hace poco, lo único que hacía el bebé era comer, dormir, llorar y reír todas nuestras gracias. Pero la cosa ha cambiado. ¿Por qué se ha vuelto tan trasto?


Nuestro pequeño ha dejado de ser justamente eso, tan pequeño, y empieza a actuar por sí mismo: quiere ser autónomo. El problema es que hace y dice cosas desconcertantes, o por lo menos eso nos parece a nosotros, los adultos que velamos por su seguridad y felicidad. Porque, a ver, ¿Por qué le da por desnudarse en los momentos más inoportunos? ¿Y eso de comerse una galleta enorme de un solo bocado? Puede que parezcan misterios sin resolver, pero todo tiene un porqué. Conocer por qué se ha vuelto tan trasto nos ayudará a saber cómo actuar.

¡Ropa fuera!

Raquel, de 20 meses, parece encantada con su vestido nuevo. Pero en cuanto papá o mamá se dan la vuelta, le falta tiempo para levantárselo e intentar quitárselo. Da igual que esté en el parque, en la guardería o en casa. Parece que le gusta el exhibicionismo, público y privado.
Por qué lo hace. Probablemente no haya una razón oculta que explique este comportamiento, actúa así porque se encuentra más cómoda desnuda, la ropa le estorba.
Cómo actuar. Lo primero que hay que comprobar es si el vestido le queda estrecho o los zapatos le rozan. Descartado este punto, le explicaremos en qué consiste el pudor, aunque no con esa palabra. Aún no lo entenderá, pero poco a poco hay que hacerle ver que los demás niños no van desnudos por sus casas ni por la calle, igual que papá y mamá siempre llevan ropa.

Me montas en el carrito, me las arreglo para bajarme

María tiene 20 meses y una habilidad especial para quitarse el cinturón de seguridad del carrito y deslizarse hasta bajarse sola. Una vez en tierra, se lanza a la carretera. ¿Qué pretende?
Por qué lo hace. Está claro que le gusta más andar que ir sentada y todavía no tiene conciencia del peligro. No es que intente sacar a mamá o a papá de sus casillas lanzándose a la calle, es que no entiende por qué no debe hacerlo.
Cómo actuar. Lo mejor (si se puede) es tardar un poco más en llegar a los sitios, pero hacerlo caminando. No está de más llevar también el carrito porque llegará un momento en el que se cansará. En cuanto al peligro de cruzar por donde quiera y cuando quiera, no queda otra opción que la vigilancia. Además, hay que decirle que hay unas normas que, de no cumplirse, pueden provocarle muchos problemas. Hay que advertirle las veces que sea necesario del peligro que conlleva cruzar en rojo. Aún no lo entenderá, pero cuanto antes empecemos, mejor.

¿Y si hago una escapadita yo solito a la calle?

Mario tiene 23 meses. Ayer sus padres lo encontraron a las siete de la mañana intentando abrir la puerta de casa para salir a la calle. No era la primera vez. Hace una semana un vecino lo encontró en el ascensor. Fue cuando empezaron a cerrar con llave. ¿Es que quiere escaparse de casa?
Por qué lo hace. Lo único que le pasa es que tiene muchas ganas de salir al exterior para ir a jugar al parque. Y, por supuesto, quiere hacerlo en ese momento, sea la hora que sea y tenga o no a su lado un acompañante adulto. No hay más misterios.
Cómo actuar. Además de la medida lógica, la de cerrar la puerta con llave, conviene explicarle que hay cosas que no puede hacer solo, por el peligro que conllevan. Igual que todavía no puede conducir el coche de papá, cosa que hará cuando sea mayor, aún no es posible que salga a la calle sin sus padres. Puede perderse y que papá y mamá no lo encuentren, caerse y hacerse daño. A esta edad, puede que no nos haga ni caso, pero no nos queda otra...

¿Me toca hacer caca? Busco un escondite

Lucía, de 23 meses, se esconde con frecuencia. Sus padres se han dado cuenta de que no es que le guste jugar al escondite, sino que se aparta de los demás y busca estar sola cuando va a hacer caca. ¿Necesita intimidad?
Por qué lo hace. Puede que ella ya haya comprendido en qué consiste eso de hacer caquitas y lo considera algo propio, íntimo. Por eso se retira, no quiere que nada ni nadie la interrumpa.
Cómo actuar. Parece que empieza a controlar sus esfínteres un poquito, así que quizás sea el momento de enseñarle a hacerlo en un orinal o en el inodoro, e ir empezando con calma a quitarle los pañales. De todas formas, no hay que presionarla. Cada niño lleva este proceso de forma muy particular y, para decir adiós al pañal, ella tiene que estar completamente de acuerdo.

¿Por qué comerme el sándwich a mordiscos si me cabe entero en la boca?

A sus 22 meses, Alejandro ha decidido innovar a la hora de merendar: ahora se mete el sándwich entero en la boca en lugar de comérselo a mordiscos. Le cabe... así que, ¿por qué no?
Por qué lo hace. Aunque podamos creer que lo que le pasa es que está hambriento, posiblemente le ocurra lo contrario: no le interesa comer en ese momento y quiere acabar cuanto antes para seguir con lo que estaba haciendo. O, simplemente, está explorando las posibilidades de su boca... y las del sándwich.
Por qué lo hace. Una opción es explicarle que así no puede comer porque es posible que le siente mal y entonces no podrá seguir jugando. Pero, además, habrá que enseñarle las normas a la hora de comer, con mucha paciencia y dando ejemplo.
Por: Beatriz González. Asesora: Victoria Martín, psicóloga infantil.
Imagen: Diego en NY 13/05/2014

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