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El juego libre del niño con sus juguetes es “sagrado” durante el confinamiento y los padres deben “respetarlo”

S.F.
El juego libre de los niños con sus juguetes es “sagrado” durante el periodo de confinamiento para contener la pandemia de coronavirus y, por ende, los padres deben “respetarlo”. Además, deben valorar la importancia del juego “simbólico”, imprescindible para el desarrollo cognitivo y la creatividad de los más pequeños, pero también como vehículo para que expresen sus emociones en estas circunstancias.
Así lo subrayaron, en declaraciones a Servimedia las psicólogas del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva del Desarrollo de la Universidad de Granada (UGR) y fundadoras de Neuromindset, empresa dedicada al fomento de las habilidades cognitivas y emocionales en los niños, Lina Cómbita y Charo Rueda.

Ambas abogaron por “no saturarles con los deberes” y permitirles que se “sumerjan en su mundo” a través de sus juguetes, gracias a los cuales “se distraen y crean realidades paralelas” que les permiten “abstraerse de esa realidad sólida con la que vivimos los adultos”. “Un mundo de imaginación y creatividad donde se trabajan muchas habilidades mentales y donde todo es posible”, abundaron.


Tras recomendar “mucho y de manera fundamental” que se limite el tiempo de uso de las pantallas, Cómbita destacó la importancia de respetar esos “ratos en los que se van a su habitación y sacan sus juguetes preferidos”. “Esos momentos de juego tienen que ser sagrados”, apostilló.
La psicóloga también apostó por sacar del armario los juguetes didacticos, los de construcción o incluso los juegos de mesa, porque, facilitan "muchísimo la creatividad de los niños y pueden venir muy bien en este contexto”. Para Cómbita, jugar con ellos también permite a los más pequeños trabajar la atención, la memoria, la adaptación, el seguimiento de reglas, el desarrollo de la imaginación y de nuevas estrategias o el manejo de las emociones.
A este respecto, incidió en la importancia de “no bombardearles con información” sobre el coronavirus y “volver la mirada hacia ellos” y, en este sentido, hizo hincapié en el rol del juego simbólico para “recrear" la actual situación a través de sus juguetes y muñecos con el fin de hacerles ver "la necesidad de quedarse en casa y no salir”.
Una estrategia que también resulta “muy útil”, a su juicio, para que los menores “proyecten y verbalicen sus propias emociones y rebajen su ansiedad”. “Pero también para orientarnos a los mayores a saber cómo podemos ayudarles, darles consejos y tranquilizarles para que se sientan en un entorno seguro”.
Algo a lo que contribuyen también todos aquellos juegos y juguetes artísticos que impliquen pintar o la manipulación de materiales y texturas y que les ayudan a “expresar su miedo, ansiedad, rabia o tristeza”.
DARLES AUTONOMÍA
En la misma línea, Charo Rueda recordó a los padres la importancia de darles “autonomía" y "dejarles espacio y tiempo" para jugar "sin obsesionarse con querer dirigir en todo momento sus actividades de juego”. “Ellos, de forma natural, con sus juguetes, desarrollan juegos simbólicos que son muy importantes en estas circunstancias”, remarcó.
Por lo demás, apostó por fomentar el uso de todos aquellos juguetes que impliquen el uso de la memoria, la planificación, la atención, el control de la impulsividad, “importantísimos para el desarrollo de la función ejecutiva”. “Esta les permite planificar de acuerdo a metas futuras y no a recompensas concretas e inmediatas, por lo que les servirá para su vida adulta”, sentenció.
A su vez, también manifestó la importancia del juego cooperativo, en el que hay que involucrar incluso a los más pequeños de la casa, “aunque no estén preparados para él y no lo entiendan”. "Su beneficio es enorme por lo que respecta al aprendizaje social”, puntualizó.
Para la experta también es aconsejable explicar a los más pequeños “ qué es ese virus malísimo que no les deja salir al parque” e incorporarlos a las rutinas de ejercicio físico de sus mayores además de plantear juegos que impliquen movilidad y que “calmarán su necesidad de salir”.
Con todo, ambas psicólogas advirtieron de que, a medida que vaya pasando el tiempo, los menores “estarán más irritables, van a comprender menos por qué están recluidos” y, por tanto, los padres van a precisar de “nuevas estrategias para desarrollar su paciencia cuando pase la novedad de los primeros días”.
ABC, Lunes 30 de marzo de 2020

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