LAURA S.LARA
Las fiestas de cumpleaños de los más pequeños ya no son lo que eran. Los sandwiches de Nocilla y los ganchitos naranjas de toda la vida han desaparecido, y organizar un cumple en casa está incluso mal visto por quienes se preocupan por mantener las apariencias en el grupo de padres de Whatsapp. No obstante, si de lo que se trata es de que el crío tenga la mejor celebración, opciones no faltan. Quien quiera que sus hijos presuman de tener el evento más molón, que no pierda de vista estas coordenadas.
PARA PEQUEÑOS EXPLORADORES. «El principal objetivo de la gran mayoría de familias que se ponen en contacto con nosotros es encontrar un espacio donde sus hijos sientan que es un día especial para ellos en un entorno donde jugar y expresarse libremente», explica Beatriz López, responsable de Espacio Kikiriki (www.espaciokikiriki.com). Allí celebran cumpleaños para niños de 3 y 4 años en los que satisfacen su deseo innato de explorar y aprender. «El concepto de cumpleaños y el ritual es el de toda la vida: invitados, juegos, chuches, tarta, velas y regalos... Se trata de hacer que los niños sientan que es su gran día». Pero a partir de ahí la oferta se amplía. Espacio Kikiriki fomenta el juego libre y el ambiente relajado a partir de talleres que proponen a los niños hacer danza creativa, música, manualidades y malabares. Los padres pueden alquilar el local por horas. Los menores siempre estarán acompañados de un educador. La merienda es ecológica.
PARA ASPIRANTES A CINEASTAS. «Los padres más inquietos prefieren que sus hijos tengan una experiencia diferente, que además de pasárselo bien aprendan algo, que sea creativo y les deje un poso duradero», añade Berta Domínguez, directora de Little Big Kids (www.littlebigkids.es). En este espacio madrileño, las fiestas de cumpleaños son inmersiones temáticas donde los niños, de forma divertida y lúdica, exploran el Antiguo Egipto con Howard Carter, viajan con Long John Silver a la isla del tesoro o dan la vuelta al mundo con el nieto de Phileas Fogg. Incluso ruedan una película de cine en su plató. Desde el guión hasta el diseño de vestuario y la interpretación, los niños son los auténticos protagonistas de cada aventura y cada uno tiene un rol. «Con las consolas y los smartphones, los niños de entre 5 y 12 años están acostumbrados a tener un rol activo. Para nosotros es una gran satisfacción que los padres nos llamen para decirnos lo bien que se lo habían pasado sus hijos con Sherlock Holmes o que les hablaban de Tutankamón, el doctor Livingstone o el Empire State».
PARA FAMILIAS AVENTURERAS. El fenómeno de los escape rooms está en auge. Esta tendencia de ocio inteligente y alejado de los convencionalismoslleva varios años entreteniendo a países de toda Europa y Estados Unidos, donde han comprobado que el uso de la lógica y el pensamiento lateral y divergente ayuda a fomentar la racionalidad de los escolares. La española Fox in a Box (www.foxinaboxmadrid.com) es una empresa family friendly que propicia la participación de padres, madres e hijos como una fórmula extraordinaria de creación e imaginación, diálogo y consenso. Para disfrutar de sus experiencias de escape en vivo, los menores de 15 años deben entrar con un adulto en las salas. El funcionamiento es sencillo, aunque los escenarios son complejos. Tras seleccionar la correspondiente aventura, se accede en grupos de 2 a 6 personas a una habitación llena de misterios, problemas de lógica y enigmas que deben resolverse con la ayuda del ingenio, la habilidad y el trabajo en equipo. El objetivo es conseguir salir de la habitación en menos de 60 minutos. «Los videojuegos tiene su parte positiva, estimulan los reflejos y el uso organizado de diferentes conceptos como la observación, el trabajo estructurado o la creatividad», comenta Sergio Moreno, mánager de Fox in a Box. «Pero aquí se consigue trasladar los juegos virtuales a la vida real. En los escape rooms los chavales se pueden sumergir en su propia película y ser los protagonistas de su videojuego, un videojuego real y tangible».
PARA JÓVENES HIPERACTIVOS. Los responsables de Frontera Virtual (www.fronteravirtual.es), el primer club de realidad virtual de Barcelona, también han notado cómo la demanda de celebraciones de cumpleaños infantiles ha crecido. «Nos dirigimos a chavales que están pasando de la infancia a la adolescencia y ya no les interesan los parques de bolas ni las actividades infantiles», explica su PR Manager, Igor Prosper. La mayor parte de las fiestas de cumpleaños que programan al año son para niños de 10 a 14 años y grupos de 5 a 14 personas. Usando sus equipos de realidad virtual cada peque puede sentirse protagonista del juego y disfrutar de diferentes experiencias: desde volar a lomos de un dragón hasta bucear en el océano Atlántico. «Utilizamos los últimos dispositivos de HTC Vive. Y a partir de ellos creamos experiencias para que cada persona elija la realidad virtual a su gusto y la viva a su manera: estilo horror, juegos de shooter, deportivos..». El precio por niño ronda los 20 euros, pero a esto hay que sumarle el regalo.
En Kikiriki las familias pagan todo el convite y la media por niño llega a los 22 euros, con un mínimo de 10 niños si no hay taller (30 con taller). En Little Big Kids la merienda y los juegos pueden disfrutarse a partir de 17,50 euros por niño. En Fox in a Box los precios no varían según los participantes, ya que lo que se paga es el acceso a la habitación (de 55 a 90) y por los menores de 5 años no hay que hacer desembolso alguno. En Frontera Virtual, el pack por niño incluye merienda y 30 minutos de juego y cuesta de 16 a 19 euros.
EL MUNDO, 07/09/2017
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