E.P. / MADRID
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad College de Londres,
en Reino Unido, muestra que los niños que no tienen una rutina horaria a
la hora de acortarse tienden a tener más problemas de conducta en el
hogar y en la escuela.
Los investigadores descubrieron que
los niños a los que se les incorporaba a su rutina diaria hábitos de
sueño mejoraban en su comportamiento. «Si cambia constantemente las
horas de sueños o se va a la cama a diferentes horas, lo más probable es echar a perder su reloj biológico», señala Yvonne Kelly, quien dirigió el estudio.
Ella y sus colegas analizaron los datos de más de 10.000 niños
nacidos en el Reino Unido entre 2000 y 2002. A los padres encuestados
se les preguntó regularmente acerca del sueño y problemas de
comportamiento, dejando fuera del estudio a aquellos niños con trastorno
de déficit de atención o un trastorno del espectro autista.
Un horario regular
El estudio mostró que casi el 20% de
los niños de tres años, un 9% de los de 5 años y un 8% de los de 7 años
no se acostaba nunca o casi nunca a la misma hora. En éstos se observó
que tendían a tener peor puntuación a la hora de ser valorados por su
conducta que el resto de los años; así era más en ellos actuar de un
modo infeliz, meterse en peleas y ser desconsiderado.
Como ejemplo los investigadores
destacan que los niños de siete años que no tenían un horario regular a
la hora de acostarse mostraban dos puntos de diferencia
en la escala de medición con respecto a los niños que se acostaban
antes de 21.00, lo que representa una pequeña o moderada diferencia,
pero es "significativo".
El estudio, publicado en la edición on line de 'Pediatrics',
se ha basado en una encuesta a los profesores cuando los niños tenían 7
años, así se vio que los niños que no tenían un horario regular también
tenía problemas de conducta en el colegio. «Pero cuando los niños
pasaron de tener un horario no habitual a una hora regular para
acostarse en la siguiente encuesta, sus puntuaciones de comportamiento
habían mejorado», explican los investigadores.
«Esto es alentado ya que muestra que
los padres pueden hacer cambios para afectar el comportamiento de su
hijo», ha afirmado Kelly, quien recomienda a los padres que eviten que los niños vean la televisión antes de dormir y entrar en una rutina que incluye un cuento antes de irse a la cama.
ABC, Jueves 17 de octubre de 2013
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