L.PERAITA
Convertirse en padre y educar a los hijos no es
tarea fácil. Nadie nos da un manual en el momento de su nacimiento para
guiarnos de todo lo que hay que hacer en cada momento. Es normal que
surjan dudas y que actuemos a veces bajo la incertidumbre de si hemos obrado bien o no. Todos nos equivocamos alguna vez, según los expertos.
El psicólogo David Cortejoso, creador de Psicoglobalia.com, enumera los fallos más comunes en los padres y los posibles remedios:
1. No escuchar al niño: es
bastante habitual que no les demos tiempo suficiente a explicarse o a
expresarse, cortándoles, siendo autoritarios o dando por hecho lo que
nos van a contar sin darles la oportunidad para ello. Déjalo hablar, ten
paciencia.
2. No reconocerle sus virtudes o puntos fuertes:
parece que muchas veces solo nos fijamos en sus fallos o defectos para
intentar corregirlos, y nos olvidamos de alabarle lo que hace bien o sus
puntos fuertes. El halago es un arma muy fuerte en su educación.
3. Hay que respetar su personalidad:
cada niño es único y diferente. No tenemos porqué educarle para que
haga lo mismo que el resto de los niños. Cada uno elige su camino, sus
objetivos y propósitos, por lo que no todos los niños deben ser iguales.
4. Sobreprotegerles:
es un error bastante común. La sobreprotección se produce por el temor
de los padres a que le pase cualquier cosa al niño, desconfiando de su
propia valía y acarreándole unas serias consecuencias. Hay que darle
autonomía en su justa medida.
5. Acostumbrarles a que les hagan todo:
son aquellos padres que hasta les siguen partiendo el filete cuando el
niño tiene 9 años… A los niños hay que enseñarles a valerse por sí
mismos, tienen una edad para aprender cada cosa, y cuanto antes lo
aprendan mejor, sin apresurarse tampoco, claro.
6. Gritarles: por
desgracia recurrimos al grito más de lo que debiéramos en muchas
ocasiones. Los gritos les acarrean muchas consecuencias negativas.
7. Cuando hay hermanos, intentar educarlos igual:
una cosa es que al haber hermanos intentemos transmitirles los mismos
valores, que es lo correcto, y otra cuestión es que intentemos que sean
iguales en todo, que no es correcto. Cada niño es distinto, y se debe
educar en la individualidad. Un hermano tendrá unos puntos fuertes y
otros débiles que habrá que corregir, y en otro hermano habrá otras
cuestiones a limar.
8. Compararles:
algo a lo que recurrimos constantemente. Mira tu hermano como…, si
fueras como tu primo que…, mira Luis tu amigo lo bien que… Debemos
evitar las comparaciones, cada niño es de una manera, y a lo mejor otro
es mejor en esto o aquello, pero tu hijo lo será en otra cosa. Ellos ya
saben compararse y usar sus propios modelos, no debemos atormentarles
con continuas comparaciones todos los días.
9. No limitarlo en cosas sin verdadera importancia:
está claro que si tu hijo te hace un buen dibujo en la pared de casa no
está bien y te vas a enfadar, pero sopésalo, piensa si el dibujo es
bueno, si es más importante la pared o la creatividad de tu hijo… No lo
grites, corrígelo y dale los medios para que haga sus creaciones en el
lugar adecuado. Darle cierto margen de actuación es muy importante para
que tu hijo aprenda, explore y descubra poco a poco sus intereses,
capacidades y limitaciones.
10. No comunicarnos: da
igual la edad y el tema. La cuestión más importante a la hora de educar
a un niño es hablar con él y que él hable contigo. De sentimientos, de
temores, de dudas, de amistad, de sexo… una buena comunicación creará un
buen vínculo entre padres e hijo.
ABC, Lunes 28 de octubre de 2013
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