MIGUEL AYUSO
El paracetamol empezó a comercializarse en 1955 bajo
el nombre de Tylenol, y en sólo unos años se convirtió en uno de los
analgésicos más populares. Hoy en día es el medicamento genérico más
vendido del mundo, y está presente como principal principio activo en fármacos tan populares como el Efferalgan o el Gelocatil, que ocupan, respectivamente, el segundo y tercer puesto en la lista de ventas de medicamentos de nuestro país.
Tradicionalmente,
los médicos han considerado al paracetamol un analgésico más seguro que
la aspirina, que puede causar sangrado en el estómago, y el ibuprofeno,
que además de ocasionar problemas gastrointestinales triplica el riesgo
de padecer problemas cardiacos si se consume en exceso. Pero esto no quiere decir que podamos consumir paracetamol a la ligera.
Debido
a la popularización del medicamento, que es barato y accesible sin
receta en gran parte del mundo, los casos de sobredosificación son
frecuentes. La dosis estándar es segura, pero se trata
de un medicamento con un índice terapéutico muy ajustado: el máximo de
la dosis normal (4 gramos en día en adulto), es cercano a la de
sobredosis, y ésta puede causar daños importantes en el hígado.
Pero esto no es todo. Como están advirtiendo cada vez más médicos,
los riesgos de un consumo prolongado de paracetamol, incluso dentro de
las dosis recomendadas, podrían ser bastante mayores de lo que creíamos. Según un nuevo estudio, publicado esta semana en la revista Annals of the Rheumatic Diseases,
los pacientes que toman el analgésico de forma rutinaria tienen un 63%
más posibilidades de morir de forma inesperada, un 68% más posibilidades
de padecer un infarto o un ictus y hasta un 50% más posibilidades de
tener una úlcera o sangrado estomacal.
“Urge revisar los efectos reales del paracetamol”
Para la elaboración de su investigación, Conaghan y sus colegas han revisado los datos de ocho estudios,
que contienen el historial de 666.000 pacientes. Los hombres y mujeres
analizados estuvieron tomando paracetamol a diario durante un máximo de
14 años, aunque también se incluye el perfil de personas que lo tomaban
menos o casi no lo tomaban.
El autor de la investigación, Philip Conaghan,
profesor del Leeds Institute of Rheumatic and Musculoskeletal Medicine,
reconoce que es difícil saber cuál es la responsabilidad real del
paracetamol, teniendo en cuenta que los pacientes que lo toman a diario
suelen sufrir una enfermedad crónica que complica su
existencia. Pero cree que los datos estadísticos son lo suficientemente
significativos como para tomarse la cosa en serio.
“Me preocupa
que tomar paracetamol a grandes dosis y en periodos prolongados de
tiempo pueda estar asociado con efectos secundarios que hasta ahora
desconocíamos”, asegura Conaghan en la nota de presentación del estudio.
“Dado su alto uso y disponibilidad, urge elaborar una revisión sistemática de su eficacia y su tolerabilidad”.
Las alternativas no son mejores
Dado el
carácter epidemiológico de este estudio –en el que, como el propio
Conaghan reconoce, es imposible constatar ninguna relación causal– los
médicos no han tardado en relativizar sus conclusiones.
Según ha explicado a The Daily Mail Nick Bateman, profesor de toxicología clínica de la Universidad de Edimburgo, “el paracetamol sigue siendo el analgésico más seguro y
este estudio no debe impedir que la gente lo tome. Basados en estos
resultados, debemos tratar de tomar la dosis efectiva más pequeña
posible y durante el tiempo más corto que se pueda, pero eso es algo de
sentido común para todas las medicinas”.
El problema es que hay mucha gente que carece de sentido común –o,
más bien, de la información necesaria– y toma analgésicos como si fueran
caramelos. En 2012, Desiree Philips, una joven británica de 20 años, falleció debido a una sobredosis de paracetamol.
Se había sometido a una operación menor para eliminar varios bultos
benignos en el pecho y, tras ésta los médicos le recetaron antibióticos
y le invitaron a usar paracetamol sin receta médica.
Nueve
días después de la operación, Phillips tuvo que ser trasladada al
hospital debido a unos dolores insoportables y fue diagnosticada con insuficiencia hepática.
Aunque sobrevivió al trasplante de hígado, murió sólo una semana
después en el propio hospital de Birmingham donde estaba ingresada.
No se trata de un caso aislado. La sobredosis de paracetamol
es la principal causa de insuficiencia hepática aguda en Reino Unido y
Estados Unidos. Teniendo en cuenta los millones de comprimidos que se
consumen, este dato no es tan extraño: la aparente magnitud del problema
es un reflejo del amplio número de pacientes que toman este fármaco con
buenos resultados y sin ningún efecto adverso. Ahora bien, es necesario
recordar que nunca se debe superar el consumo de más de 4 gramos de la
pastilla al día.
EL CONFIDENCIAL, Miércoles 4 de marzo de 2015
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