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¿Dejarías a tu hijo de 5 años ir solo al cole? En Suiza casi te obligan

LAURA ROSELLÓ DAVIS
Llevo 16 años viviendo en Suiza y hasta hace cinco, me consideraba una persona relativamente integrada. Tengo un trabajo, amigos e incluso aficiones compartidas con suizos. Hace cinco años nació Djoule y me di cuenta de que no; que lo que antes eran "cosas de los suizos", que se aceptan sin más, iban a ser las cosas de mis hijos (y ya son dos), y que más me valía ponerme las pilas e intentar entenderlas porque mis hijos hablarían español y comerían paella los domingos, pero pensarán y actuarán como los suizos, y es entonces donde lo de la crianza se complica un poco más.
Eso que llaman conciliación en este país medio existe, y digo medio porque yo creo que lo que hay es una racionalización de las condiciones laborales que hace posible tener hijos sin el apoyo de la familia detrás. Cierto es que no les queda otra porque entre la deslocalización y con lo poco familiares que son… Pero políticas de conciliación pocas: baja por maternidad de 14 semanas para la madre y un (¡UN!) día para el padre. El primer año, 90 minutos al día para amamantar y no pueden obligarte a hacer horas extra en el trabajo. Te puedes pedir excedencia, pero no están obligados a mantenerte tu puesto de trabajo. No te pueden despedir durante la baja, pero te pueden avisar de que te van a despedir cuando vuelvas… Eso sí, hay una cultura de reducción de la jornada laboral casi-automática en cuanto eres madre que poco tiene que ver con la conciliación y mucho con el machismo imperante. ¿Os extraña que diga que Suiza es machista? Pues fue en 1971 cuando el Gobierno central obligó al último municipio a aceptar el voto femenino, y solo en 2005 la baja maternal fue obligatoria. Sin embargo, hay un detalle que realmente ayuda mucho, sobre todo los dos primeros años, y es que el pediatra puede extender una baja laboral de hasta tres días a cada uno de los padres mientras el niño está enfermo. No es indefinido, pero se agradece no tener que coger vacaciones cuando tus hijos están enfermos.
Otra cosa relacionada con la conciliación es la diferenciación entre la educación, que es obligatoria y gratuita, y el cuidado de los hijos debido al motivo que sea (mayoritariamente por temas de trabajo), que no es gratuito, sino más bien carísimo. El sistema educativo varía según el cantón en el que vivas, con lo que en realidad hablamos de 26 sistemas educativos diferentes. Suelen ser seis años de Primaria y cuatro de Secundaria I (también hay Secundaria II… para rizar el rizo). En general, Primaria y Secundaria I son obligatorios. Aquí en Zurich también son obligatorios dos años de Kindergarten (infantil), que empiezan a los cuatro años.
¿Y antes de los cuatro/seis años? Pues no es educación, y el personal no está formado para educar en esos primeros años de vida, sino para entretener. Variedad de opciones sí que tienes: madres de día, grupos de juegos, guarderías… pero no educan, mantienen a los niños entretenidos. ¿Y después del cole? Sí, hay extracurriculares si quieres, pero lo normal es que vayan al Hort, un local donde hay monitores que los cuidan mientras ellos juegan, hacen los deberes… lo que ellos quieran.
Uno de los aspectos que se fomentan mucho es el contacto con la naturaleza, claro que aquí la naturaleza es espectacular aunque el clima nos lo ponga a los padres algo complicado. Dicen que no hay mal tiempo, solamente hay mala ropa… y te toca volver a las botas de agua, pantalones y chaquetas impermeables, tanto para los padres como para los hijos. Los niños, como ya van acostumbrados, se sienten genial, pero muchos de los padres preferiríamos estar en casita, con una manta y un buen libro.
Otro aspecto es el fomento de la autonomía. Que nuestra labor es enseñarles a hacerlo y no hacerlo por ellos, eso lo sabemos todos. Pero dejar que tu hijo de cinco años vaya solo al Kindergarten cuando amanece a las ocho y anochece a las cuatro en invierno… no es fácil. No te obligan, pero te lo recomiendan de tal modo que te sientes obligado. Vale, lo reconozco, te ayudan. De primeras, el centro va en función de la zona donde vives y no puedes elegir (yo tengo suerte y Djoule va a uno justo enfrente de casa). Te indican cuál es el camino más seguro (que no siempre es el más corto) para que vayas practicando desde antes del comienzo del curso escolar. Les dan bandas reflectantes ya el primer día de clase y la policía va cuatro veces al Kindergarten a practicar con ellos seguridad vial.
Te explican el tráfico desde la visión del niño; y descubres cosas realmente interesantes, como que los niños no tienen el mismo campo de visión que los adultos, que tienen que andar y no ir en bici o patinete porque no les da tiempo a reaccionar, que no son capaces de ver dos cosas al mismo tiempo o que no entienden el concepto de aceleración / frenado…
Ahora ya sé por qué a pesar de que voy frenando e indicándoles que pueden pasar, los niños se esperan hasta que esté completamente parada para cruzar por el paso de cebra.
Incluso puedes combinar naturaleza y autonomía, y conste que yo lo intento. Que le dejé manejarse con un banco de trabajo en el parque de aventuras con herramientas como las que usa este niño aunque a tanto como sujetarle el clavo mientras daba martillazos…eso se lo dejé a la monitora, que para eso está.
En un país donde hay cuatro idiomas oficiales y en el que un 23,3% de la población es emigrante no es de extrañar que los idiomas y la integración sean un tema importante. En la guardería a la que va Mory, con una media de 60 niños, solo había un niño que hablara un solo idioma y en el Kindergarten de Djoule, ningún niño de es de origen suizo-alemán. La movida está con que aquí no se habla alemán, sino suizo-alemán (variedad dialectal del alemán que en cada pueblo es distinta) pero se escribe en alemán… ¿Y en el cole? Pues en Zúrich el Kindergarten es en suizo-alemán con clases de introducción al alemán, y ya en Primaria son el alemán introduciendo progresivamente hasta dos idiomas nacionales más el inglés. Aún así, no os creáis que todos los suizos dominan cuatro o cinco idiomas, pero sí que medio se defienden en ellos y están muy expuestos a contextos plurilingües. En lo que a mí respecta, se agradece que insistan y fomenten que en casa se hable el idioma materno.
Y bueno, ya lo último serían las comidas. Vale, la dieta suiza muy, muy sana como que no… pero lo intentan y te mandan recomendaciones para el almuerzo tipo:
  • Nada de golosinas, ni de chocolates - OK
  • Nada de bollería industrial - OK
  • Pan integral solo - Bueno…
  • Plátanos solo a veces que tienen mucha azúcar - ¿de verdad que tiene tanta azúcar?
  • Insistir en la fruta y verdura cruda - OK… pero ¿alguien ha visto un niño comiéndose un trozo de apio sin cocer? Puaggg.
Aaaah, y yo creo que ya de recochineo, ¡a Djoule no lo gusta el queso!
Y aquí estoy, cinco años criando a dos medio suizos. Viviendo, disfrutando y aprendiendo mucho de estos suizos, que raritos son un rato, pero yo lo aliño a la española y de momento no se nos da nada mal.
EL PAÍS, Miércoles 30 de noviembre de 2016

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