Ir al contenido principal

El azúcar de los potitos de fruta

El bebé, a partir de los seis meses, requiere más energía que la aportada en exclusiva por la leche. Esto justifica que sea preciso introducir de forma paulatina nuevos alimentos. Para muchos niños, los purés y compotas de frutas son los primeros alimentos distintos de la leche que come. A la posibilidad de la elaboración casera de estos productos se unen las variadas ofertas de potitos de elaboración industrial que se pueden adquirir tanto en farmacias como en supermercados. Las dudas sobre estos productos que puedan tener muchos progenitores quedan resueltas al conocer que tanto sus ingredientes como la calidad nutricional e higiénica son aspectos estrictamente regulados. En el caso de los potitos de fruta, incluso se establecen límites máximos de los azúcares, al ser nutrientes cuyo exceso desde edades tan tempranas compromete la salud de los pequeños. 
Las pautas dietéticas y los criterios nutricionales que deben cumplir los productos industriales de alimentación infantil en la Unión Europea están establecidos por organismos de salud como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Comité de Nutrición de la Academia Europea de Pediatría y el Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Nutrición, Gastroenterología y Hepatología Pediátrica (ESPGHAN).
Los alimentos elaborados con cereales y los alimentos infantiles para lactantes (niños menores de doce meses) y niños de corta edad (entre uno y tres años) están sujetos a estrictos controles. La legislación (Directiva 2006/125/CE) establece normas armonizadas para la composición -al amparo de una lista de productos autorizados- y el etiquetado, y regula las cantidades máximas de los nutrientes más problemáticos. En el caso de los potitos de fruta pone límites máximos a los azúcares y a las vitaminas, minerales y oligoelementos añadidos, e incluso no admite la adición de vitamina A ni vitamina D a estos productos. La norma también prohíbe residuos de determinados plaguicidas o fija límites máximos que no pueden rebasar la ingesta diaria admisible.

Límites para los azúcares

Las frutas son alimentos ricos en nutrientes reguladores, como la fibra, vitaminas (ácido fólico, vitamina C, provitamina A), minerales y oligoelementos (potasio, magnesio...). El niño precisa consumir estos nutrientes en aumento para suplir su demanda de crecimiento y desarrollo a partir de los seis meses de edad. Las papillas de fruta, bien sean caseras o comerciales, serán a partir de entonces un complemento a las tomas de leche.
 Hace unos años, algunos potitos de frutas de 250 gramos contenían casi 40 gramos de azúcar (sacarosa), el equivalente a cuatro sobres de azúcar, en parte procedente de las frutas y en gran medida añadido durante su fabricación. Ésta es una cantidad exagerada si se tiene en cuenta que la norma actual propone que el total de carbohidratos de los platos elaborados solo con fruta no debe superar los 20 gramos por cada 100 gramos, una medida que permite en parte un mejor ajuste a los requerimientos de energía y nutrientes de los más pequeños.
Ahora, lo común es que los fabricantes no añadan azúcar con el fin de ajustarse a la norma. La reducción se ha hecho de manera paulatina hasta conseguir que el azúcar de las papillas sea solo el de la fruta al natural. Con esta medida se consigue un doble efecto: no saturar de azúcares y calorías la dieta infantil y que el paladar de los niños se acostumbre a sabores naturales y no a un gusto dulce exagerado.
Es fácil comprobar si el potito contiene azúcar añadido con solo leer la lista de ingredientes. Un dato que también interesa conocer es la cantidad de fruta que añade cada fabricante, por si hubiera diferencias sustanciales entre unas marcas y otras. Según los etiquetados, la cantidad de fruta en distintas marcas oscila entre el 66% y el 91%, tal y como quedó reflejado en un análisis comparativo realizado por Eroski Consumer.

Identificar los sabores poco a poco

Las papillas de fruta caseras tienen la ventaja de que pueden ajustarse mejor a los gustos del bebé. Al hacerlas al instante, es posible variar el tipo de fruta en el momento, usar las de temporada -más sabrosas- o cambiar la mezcla de frutas y la cantidad añadida de cada una, con el fin de que el bebé tenga la oportunidad de aprender a identificar los sabores poco a poco. Al inicio de la incorporación de estos alimentos a la dieta infantil, se aconseja probar con las frutas una a una, en lugar de mezclar varias. Las frutas suaves y poco alergénicas, como la manzana y la pera, son idóneas para las primeras compotas. A medida que se acostumbre al nuevo plato, se le puede ofrecer un batido de frutas frescas con un toque de zumo de naranja, sin endulzantes ni aromatizantes añadidos.
A menudo, los potitos de fruta industriales tienen en común el uso de naranja o manzana y, según el caso, el fabricante añade otras frutas como albaricoque, melocotón, piña, plátano o pera e, incluso, zanahoria. Otros ingredientes añadidos pueden ser: agua o zumo, espesantes o gelificantes como harina y almidón, vitamina C y azúcar. Las calorías varían desde las 55 Kcal por 100 gramos hasta las 84 Kcal por 100 gramos. Serán más energéticos los productos con azúcar añadido, almidones, harinas o una cantidad mucho mayor de fruta que el resto.
 Los potitos artificiales no consiguen alcanzar el sabor original de las papillas caseras, ya que los alimentos infantiles comerciales se caracterizan en su mayoría por la homogeneidad, tanto de su sabor como de su textura fina y sin grumos. Es fundamental adaptar la textura de las papillas de fruta y los purés hacia una más espesa, donde de la fruta batida o en compota se pase a la fruta chafada, con ciertos grumos, para que los niños aprendan a masticar, aunque sean alimentos blandos. Los potitos son alimentos semisólidos que, además de cumplir la función de nutrición, ayudan a que el niño descubra sabores nuevos y aprenda a tragar.

INCONVENIENTES DEL EXCESO DE AZÚCAR

Una cantidad excesiva de azúcar en la dieta de los bebés supone diferentes inconvenientes. En primer lugar, el azúcar contiene calorías "vacías", es decir, aporta energía pero no nutre al no estar provisto de vitaminas, minerales, ni ningún otro nutriente.
Si el bebé se acostumbra a tomar alimentos de sabor muy dulce, le resultará más difícil aceptar otros sabores. En el caso de las frutas, será fácil que las rechace al probar su sabor real porque no le resultarán dulces, sobre todo si son las más ácidas, como las naranjas, las mandarinas o las fresas. 
EROSKI CONSUMER, 3/02/2011
Fotografía: 08/10/2012

Comentarios

  1. Bonus: busca el meta momento en el que la duquesa disfrazada se desplaza por Netflix para ver nada menos que…. El Príncipe de Navidad. https://artificial-imagination.com/las-5-mejores-peliculas-de-navidad-en-netflix-canada/

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.