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“Los lácteos funcionales no son para los niños”

EVA CARRASCO
A pesar de que, desde algunos sectores, nos llegan voces en contra de la leche de vaca, la profesora del CSIC en el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación, Manuela Juárez es una firme defensora de la leche y sus derivados por su alto valor nutritivo difícil de sustituir. Pero, al mismo tiempo, nos advierte, que en el caso de los lácteos funcionales, no todos están indicados para los niños.
Lo ideal es una alimentación variada y equilibrada. Los lácteos funcionales, como cualquier otro funcional, no son imprescindibles para la vida en absoluto. Es decir, si un niño se toma tres o cuatro raciones de lácteos al día no tiene que tomar ningún complemento más”, ha explicado a PADRES la profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tras su intervención en el ciclo de conferencias, celebrada en la Real Academia Nacional de Medicina, en las que se abordaron evidencias científicas sobre la relación entre los lácteos y la salud.

Enriquecidos en calcio. En los últimos años la sociedad está más concienciada de la relación entre dieta y salud y han irrumpido con fuerza los denominados alimentos funcionales, aquellos que tomados como parte de una dieta variada y equilibrada proporcionan beneficios.
Los lácteos funcionales, como las leches enriquecidas con calcio, vitaminas, omega 3, o los probióticos, suponen un aporte extra de nuestras necesidades nutritivas o de interés para la salud y alcanzan ya hasta el 50% del mercado de alimentos funcionales en nuestro país. La doctora Juárez ha desgranado uno por uno para PADRES por su conveniencia en un consumidor infantil.

La leche enriquecida en calcio, normalmente es una leche un poco más concentrada que tiene calcio en polvo, caseinatos para aumentar el contenido en calcio en general –nos explica–. Si algún niño no toma suficiente cantidad es el único producto que se puede recomendar, porque a cada 100 mililitros de leche se aporta aproximadamente 30 miligramos extras de calcio”.

Vitaminas y Omega 3, para adultos. Si una persona toma leche desnatada es interesante que la tome enriquecida en vitaminas para compensar las que se han quitado con el desnatado, pero un niño tiene que tomar leche entera, por lo que no se encuentra en este supuesto. Con Omega 3, a no ser que sea un niño que tenga problemas, sobre todo para disminuir triglicéridos, no es recomendable. Como ocurre con los péptidos activos que ayudan a combatir la hipertensión.

Estos péptidos son completamente naturales, se producen cuando se fermenta la leche en el yogurt, lo que pasa que en cantidades pequeñas. Cuando un individuo es hipertenso, es interesante que tome estos productos de forma diaria ya que cada envase lleva incorporado 5 miligramos, pero la verdad es que un niño no tiene esos problemas y yo no aconsejaría funcionales para niños.” afirma Juárez.

Probióticos. “Lo que sí puede ser interesante para los niños son las leches con probióticos porque ayudan a mejorar el sistema inmune y disminuyen el riesgo de colitis por contaminación con patógenos” aclara la profesora.

Alergias relacionadas con lácteos. Se está generalizando la creencia y la práctica de que la leche produce alergia, asma o problemas respiratorios y automáticamente se elimina la ingesta de leche, según explica Juárez . “Yo he hecho una revisión bibliográfica muy a fondo de los últimos cuatro años y no hay evidencias que asocien un consumo de leche con asma. Otra cosa es que un niño sea alérgico a la leche, que es un número muy reducido, menos del 1%. Pero que la leche produce mucosidad y aumenta el asma no hay datos científicos que lo avalen”.

Actualmente, a muchos niños ante cualquier problemilla, los pediatras les aconsejan “pues quite la leche, pase a leche de soja”. La idea es que hay que tomar una dieta variada y equilibrada, pero no sustituir la leche por leche de soja, es una pena, se lamenta. 
PADRES Y COLEGIOS, 18/06/2012

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