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La maternidad se contagia

LAURA TARDON
El entorno social es crucial en los hábitos de vida que adopta cada individuo. Ya lo postulaba Ortega y Gasset con su tesis: 'Yo soy yo y mi circunstancia'. Se sabe que el círculo de amigos puede influir en conductas como fumar, beber alcohol o hacer ejercicio. Ahora, una nueva investigación asegura que también se puede 'contagiar' el deseo de ser madre.
Es decir, que la decisión de tener hijos no siempre viene determinada por las características y las preferencias de cada persona, sino por el influjo de las redes sociales en las que se mueve. Ocurre, principalmente, entre amigas jóvenes. Así lo puntualiza Nicoletta Balbo, una de los autores de este estudio sociológico.
Existen varias teorías que señalan la influencia social como factor importante a la hora de convertirse en padres. Sin embargo, son pocos los trabajos científicos los que intentan demostrar tal conexión. Concretamente, exploraban hasta qué punto afecta en el estreno de la maternidad el hecho de que otros familiares y compañeros de trabajo ya la hayan experimentado. "Este es el primer estudio que analiza este vínculo entre amigos", subraya Balbo.
Junto a otros compañeros del departamento de sociología de la Universidad de Groningen (Países Bajos), Balbo examinó a más de 1.700 mujeres estadounidenses entre los 15 y los 30 años, sirviéndose de un Estudio Nacional Longitudinal de Salud en la Adolescencia en EEUU. El objetivo: comprobar si la maternidad también se contagia entre amigos. Efectivamente, "observamos un impacto significativo cuando se trataba de amigas que habían dado a luz a su primer hijo en esta fase de su vida", relatan los investigadores en el documento, publicado en la revista American Sociological Review.
Este deseo por convertirse en madre cuando alguna de sus amigas acaba de serlo no es inmediato. Empieza a crecer progresivamente después del parto, alcanzando el pico máximo de interés a los dos años. "Después, comienza a reducirse llegando incluso a ser insignificante", expone Balbo.
Los científicos implicados en esta investigación creen que el 'contagio' del deseo maternal se debe, en primer lugar a que la gente se compara con sus amigos, especialmente en estas edades de la juventud. "El hecho de estar rodeado amigos que acaban de ser padres hace que quienes no lo son aún sientan la presión de tener hijos también", argumenta Balbo.
En segundo lugar, asegura, los amigos, en este caso, las amigas, son una importante fuente de aprendizaje de cómo ser madre. Al observarlas, la gente aprende a cumplir con esta nueva función y se replantea hacerlo con su propio hijo. Y, por último, "tener hijos al mismo tiempo que otros amigos tiene ventajas. Se comparten experiencias similares y se minimizan las tensiones que el propio embarazo y el cuidado de los hijos conllevan". De alguna manera, es más fácil mantener la amistad cuando las personas experimentan la maternidad/paternidad más o menos a la vez.
EL MUNDO, Miércoles 4 de junio de 2014

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