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Si quieres que tu hijo te ayude, no se lo pidas

SILVIA TAULES

Parecen detalles sin importancia pero pueden suponer un mundo. El uso del lenguaje es tan importante en la educación y formación del carácter de los hijos como en los beneficios que un padre logra. Algo tan sencillo como usar un sustantivo en lugar de un verbo puede cambiar la actitud del pequeño y proporcionar, de paso, cierta tranquilidad en los mayores.
Un estudio reciente publicado en la prestigiosa 'Child Developement' ('Desarrollo infantil') y realizado por las universidades de California en San Diego, la Universidad de Stanford y la de Washington, ha aportado nuevos datos sobre algo que muchos expertos vienen afirmando desde hace tiempo. No se trata solo del refuerzo positivo, la cuestión va más allá.
En este caso, el estudio se centró en algo tan simple y a veces tan difícil como lograr la ayuda del pequeño. Los expertos estudiaron las reacciones de 150 niños de tres a seis años de todas las razas y procedencias sociales. Los dividieron en grupos heterogéneos que se diferenciaron sólo por las explicaciones que recibieron. A un grupo se les contaron las bondades de ayudar (verbo) mientras a otros se les contaron las bondades de ser un ayudante (sustantivo). El detalle: de decir "tienes que ayudar" a decir "tienes que ser ayudante". A un tercer grupo de niños jamás se les habló de ayudar.
Todos los niños se pusieron a jugar y en un momento dado se les pedía ayuda. Tenían que parar el juego y ayudar a ordenar, abrir un contenedor, recoger juguetes y poner los lápices en su sitio. Los niños a los que se les había hablado de ser ayudantes fueron mucho más solícitos que los niños a los que se les había hablado de ayudar. Tan simple como esto. Es más, los niños a quienes no se les habló de ayudar y los niños que oyeron el verbo ayudar respondieron igual a las peticiones, eso es, ayudaron menos que los otros.
"Usar el sustantivo ayudante traslada la idea a los pequeños de que ayudar es algo positivo sobre tu identidad, lo que les motiva más", declaró el director del estudio, Christopher Bryan, profesor de Ciencias Sociales en la Universidad de California.
Estos resultados son similares a los que ofreció un estudio parecido realizado en adultos por el mismo profesor. En 'Do the right thing' ('Haz lo que debas', título de aquel estudio), Bryan demostró que los adultos también responden de una u otra forma en función del uso del lenguaje. La investigación, llevada a cabo por la Universidad de California y la London Bussiness School, demostraron que pedirle a alguien que no haga trampa es menos efectivo que decirlo que no sea un tramposo.
"La naturaleza del ser humano es buena, la gente quiere ser buena", asegura este sociólogo. La prueba, según dice, es que ya de pequeños intentamos ser ayudantes si nos lo piden, porque sentimos que así somos mejores personas. Los detalles, eso que muchos no tienen en cuenta, son básicos en la relación que establecemos con los demás. Desde pequeños.
 
EL MUNDO, Jueves 5 de junio de 2014

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