M.J.PÉREZ-BARCO
Una hora de actividad física cada día. Ese es el tiempo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS)
para que niños y adolescentes lleven un desarrollo y crecimiento
saludables. Multitud de estudios científicos demuestran que hacer
ejercicio aporta muchos beneficios: mejora la forma física, reduce el
riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes, fortalece
los huesos, es útil para hacer frente a la depresión o la ansiedad...
Pero, sobre todo, cuando hablamos de los más pequeños realizar ejercicio
«evita el sedentarismo y como consecuencia la obesidad infantil que es
una de las grandes preocupaciones sociales actuales. Promover la
actividad física entre los niños es esencial paa que este mal social
moderno no siga aumentando», advierten los doctores Eva Ferrer y Franchek Drobnic, de la Unidad de Medicina del Deporte del Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona.
Para los niños y jóvenes (de 5 a 17 años), la actividad física consiste en juegos, deportes, desplazamientos, tareas, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela y las actividades comunitarias. Hay multitud de oportunidades a lo largo del día y en su rutina. El período de 60 minutos diarios consistiría en varias sesiones a lo largo de todo día (por ejemplo, dos tandas de 30 minutos). «Practicar algún deporte no sólo reporta beneficios para la salud, sino también aprendizaje —explican los doctores—. Jugar al fútbol en un equipo o en el parque es formar parte de un grupo. Se aprenden cosas como compartir, disciplina, confianza y humildad».
Para los niños y jóvenes (de 5 a 17 años), la actividad física consiste en juegos, deportes, desplazamientos, tareas, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela y las actividades comunitarias. Hay multitud de oportunidades a lo largo del día y en su rutina. El período de 60 minutos diarios consistiría en varias sesiones a lo largo de todo día (por ejemplo, dos tandas de 30 minutos). «Practicar algún deporte no sólo reporta beneficios para la salud, sino también aprendizaje —explican los doctores—. Jugar al fútbol en un equipo o en el parque es formar parte de un grupo. Se aprenden cosas como compartir, disciplina, confianza y humildad».
La actividad física por un tiempo superior a 60 minutos
diarios reportará un beneficio aún mayor para la salud. «La actividad
física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y hueso», señalan
Ferrer y Drobnic. No es necesario establecer unas rutinas complejas
para realizar ejercicios enfocados a mejorar la fuerza muscular y a
reforzar los huesos. «Deportes como la gimnasia deportiva o las artes marciales implican elementos de fuerza. Además, juegos que parecen tan sencillos, como saltar a la comba, escalar o colgarse de los elementosque hay en los parques infantiles, ofrecen beneficios a este nivel», explican los doctores.
Estas son las orientaciones que ofrecen ambos especialistas
para que los niños y adolescentes realicen actividad física según su
edad:
De los 5 -8 años: A
esta edad empieza la socialización, van ganando en madurez pero aún les
falta capacidad para aceptar las reglas. Se recomienda el deporte como juego, donde las normas sean pocas y sencillas, para que poco a poco las vayan asimilando. La danza o la gimnasia son una buena opción, sin dejar de lado aquellos deportes de equipo en las que puedan empezar a compartir y relacionarse con los demás.
De los 9-12 años: Su madurez es mucho mayor, pueden ya entender cuáles son las normas y las reglas. Formar parte de un equipo, la sensación de pertenencia es esencial para que entiendan que junto a sus compañeros son uno solo. Deportes y actividades que desarrollen sus principales cualidades físicas (fuerza,
flexibilidad y resistencia), además de que contribuyan al crecimiento.
Aquellos deportes que requieran de más técnica pueden empezar a
aprenderse y a practicarse en esta etapa, como por ejemplo algunas de
las disciplinas atléticas.
A partir de los 12 años: Se
puede empezar ya a nivel competitivo que les ayude a mantener la
motivación de la práctica deportiva. No solo reforzar el aprendizaje de
la técnica sino perfeccionarla.
Diversión y deporte deben ir de la mano.
El niño se tiene que sentir cómodo con la actividad que realice. De
esta forma, será más fácil que hacer deporte sea para él una rutina
diaria.
ABC, Martes 5 de mayo de 2015
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