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Los pediatras recomiendan el «Baby Led Weaning», el método alternativo a la cuchara

LAURA PERAITA
Si hay algo que preocupa a los padres es la alimentación de sus hijos, sobre todo si se trata de bebés. Desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) coinciden al asegurar la importancia de la lactancia materna para promover la salud, el crecimiento y el desarrollo infantil. Sin embargo, apuntan que «tanto la leche materna como la de fórmula no son suficientes después de los seis meses para satisfacer las necesidades nutricionales de los bebés, debiéndose administrar aportes suplementarios de otros alimentos».
Este es uno de los motivos por el que en los últimos años se ha puesto de moda un método alternativo a la cuchara. Se trata del Baby Led Weaning (BLW), que consiste en una alimentación complementaria guiada por el propio bebé, que permite que el lactante manipule los alimentos con sus manos y se los lleve a la boca. «El objetivo es que los padres vayan dando al bebé poco a poco trocitos de los alimentos que coma habitualmente la familia, explica a ABC Begoña Domínguez, presidenta de la AEPap.
Algunos padres se llevan las manos a la cabeza, «pero lo cierto es que ya nuestros abuelos comían así, porque no les preparaban purés como a los niños de ahora. Lo que ocurre —apunta— es que ahora por las prisas es más cómodo darle un puré al niño cucharada a cucharada a esperar a que mastique alimentos y los trague».
La presidenta de la AEPap añade que lo recomendable es que a los bebés se le ofrezca la misma comida que al resto de la familia «siempre que sea saludable», como pueden ser trocitos de judías verdes, patatas, pescado, pollo, garbanzos, plátano, pera, galletas... Lo ideal es que los coja con la mano para que experimente las distintas texturas y, al masticarlos, se favorecerán que se fortalezcan todos sus músculos de la boca. «Eso no quiere decir que no tome purés porque el día que la familia tome un puré, un gazpacho o sopa, al niño también se le ofrece», afirma.
«Después de que los pruebe y se compruebe que no quiere más, se les puede ofrecer el pecho, o la leche de fórmula en su caso, hasta que queden saciados», matiza Begoña Domínguez
Asegura que «este método no debería iniciarse antes del sexto mes y que puede introducirse siempre que el lactante haya adquirido ciertas competencias motoras y cognitivas». Uno de los objetivos del «Baby Led Weaning» es conseguir que la alimentación sea a demanda de las necesidades del niño. Así, aclara la especialista, «el bebé puede mostrar hambre y saciedad con gestos, evitando forzarle a comer».
A través de este método, el niño adquiere un rol más activo, favoreciendo que pueda regular las cantidades de alimento que ingiere, y desarrolle sensaciones de saciedad, ayudando, incluso, a prevenir el desarrollo de la obesidad.
Además, ayuda a fomentar una mayor aceptación de los alimentos normales de la familia con una variedad de texturas y sabores y a conseguir un mayor consumo de alimentos más sanos, sin olvidar que es fundamental para promover hábitos de alimentación saludables en edades tempranas, así como para fomentar el desarrollo psicomotor del niño.
Por último los pediatras de AEPap, recuerdan que «la educación por parte de los progenitores en todo lo relacionado con la alimentación y nutrición de los niños, es fundamental». Y destacan la importancia de que los padres sean un modelo de hábitos dietéticos saludables para sus hijos.
«La alimentación complementaria con cuchara puede ser necesaria en algunos niños. Es importante que los padres conozcan qué alimentos son más adecuados para empezar (blandos, que se puedan manipular con la mano y ser aplastados por la lengua contra el paladar), cuáles tienen mayor contenido en hierro y cuáles deben evitar por el riesgo de atragantamiento (frutos secos, zanahoria cruda, frutos con hueso o semillas).
ABC, Viernes 05 de febrero de 2016

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