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Sí, eres la mejor madre: un libro de pediatría para leer y no sentirse culpable

C.F. / MADRID
El libro del pediatra José María Paricio «Tú eres la mejor madre del mundo» es un verdadero homenaje a las madres. Escrito desde un tremendo cariño y respeto hacia la mujer, en él se abordan aspectos claves de la crianza desde el embarazo hasta los tres años de edad del niño. Leerlo es como sentarse a conversar con un pediatra sabio y entrañable, con una charla amena, rica en anécdotas e impecable en conocimientos. No en vano Paricio comparte en estas páginas los conocimientos que ha adquirido a lo largo de cuatro décadas de profesión sobre Pediatría, Crianza y Medicina. En este tiempo, Paricio confiesa haber aprendido tanto de los excelentes profesionales con los que ha trabajado como de las madres y bebés que ha atendido y sigue atendiendo.
¿Por qué este título? «Porque en todos estos años veo siempre algo que me llama profundamente la atención. Madres que se sienten culpables, ¡hasta de las enfermedades de sus hijos! Sí, es una gran responsabilidad la suya pero tienen que confiar más en sí mismas y en su instinto natural para cuidar a sus hijos del mejor modo posible. Al final... ¿quién está trayendo al niño a la consulta? Cada una a su manera, siempre se organizan para sacar a su prole adelante. Para cada bebé, su madre es la mejor. No podía ser otro titular».
Eso sí, reconoce este pediatra que no lo tienen nada fácil. «Esta cultura está sacrificando la crianza de su propia civilización. Estamos en un mundo habitado por hombres, donde las mujeres están hasta arriba y con una crianza muy poco compartida. Y peor todavía si eres una profesional a la que le gusta su trabajo». ¿La solución? «No vamos a ponerlo todo patas arriba, ni hacer una revolución... Mi consejo es crear una red amplia de cuidadores, compuesta por abuelos, tios, primos, amigos... Organicemos un entorno amigable de crianza. Es más, si podemos, incluso busquemos trabajos menos competitivos...», se atreve a sugerir.
Uno de los aspectos más llamativos del libro es el capítulo donde se habla de alimentación. En estas páginas, Paricio rechaza en cierto modo las teorías que dicen que hay que ir introduciendo alimentos a los bebés poco a poco y señala que a partir de los 6 meses los niños ya pueden comer «prácticamente de todo». «No hay que empezar ni con un alimento ni con otro, ya que se sabe que el que va a ser alérgico al pescado lo va a ser en el futuro independientemente de cuando empiece a comerlo. Por tanto, no hay un orden único de empezar con los alimentos, sino que lo más práctico es comenzar con las cosas que se comen en casa, más o menos trituradas, pero comer lo que están comiendo los padres», apostilla.

No hay que forzar a los niños a comer

Dicho esto, el pediatra destaca la importancia de no forzar a los niños a comer y recomienda a las familias cuyos hijos comen «mal» a que no les persigan para comerse la comida sino que, por el contrario, esperen a que los niños tengan hambre. «No he visto a ningún niño morirse por falta de comida. Un niño come por hambre y acaba comiendo, pero se han acostumbrado a un juego de tira y afloja en la que las madres y los padres les persiguen con la cuchara para que coman. De hecho, la inmensa mayoría de los padres que se quejan porque los niños no comen suelen ser desastres un poco conceptuales entorno a las comidas», afirma Paricio.
Asimismo, en relación al sueño, el experto rechaza las diferentes y «contradictorias» teorías que existen acerca de cómo conseguir que los bebés duerman. De esta forma, aconseja estar con los más pequeños cuando lloran, no dejarles llorar, como así lo señalan en algunos libros, y meterles en la cama «siempre y cuando a los padres no les moleste». Y es que, tal y como asegura, «no existe ninguna prueba científica» que fundamente la idea de que es mejor dejar llorar al niño para que aprenda a dormir o de que, por el contrario, es necesario estar siempre con él durante su sueño. «Hay que ver qué es lo que más le conviene a los padres y lo normal es cogerlos a los niños cuando lloran y acompañarles en su llanto, igual que se hace cuando llora un adulto», apostilla.

Fuera sentimiento de culpa

Por otra parte, el especialista recuerda a las madres que «no son culpables» de todo lo que les pasa a sus hijos y lamenta que la sociedad actual propicie estos sentimientos debido a que no se deja a las madres ejercer libremente su maternidad. En concreto, Paricio recuerda que los organismos internacionales aconsejan dar la lactancia durante seis meses y, por el contrario, en los trabajos sólo se dan tres meses y medio de baja a las madres, con lo que deben volver al trabajo cuando aún «son muy pequeños», provocándoles así un sentimiento de culpabilidad.
Además, prosigue, es común que cuando los hijos se ponen enfermos las madres crean que ha sido por error suyo por no haber prevenido la aparición de dicha enfermedad. Una idea que el experto rechaza de plano asegurando que una mujer «siempre suele ser una buena madre» y que «no tienen la culpa de todo». «Tras hablar durante más de treinta años con las madres en mi consulta he llegado a la conclusión de que creen que tienen la culpa de todo, de cosas insospechadas e incluso de cosas de las que nadie tiene la culpa. Eso es un exceso de responsabilidad debido a la civilización en la que estamos en la que, además, impera el mito de la buena madre. Para cada bebé su madre es la mejor del mundo y una mujer si quiere a su hijo siempre va a ser una buena madre», zanja este experto.
ABC, Lunes 20 de enero de 2014

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