ÁNGEL MARTÍN
Los niños son los más vulnerables cuando se produce un accidente de
tráfico y la única manera de cuidar su vida en estas circunstancias es
conseguir que viajen siempre bien sujetos y protegidos, con un sistema
de retención adaptado a su edad y su tamaño, y perfectamente bien
ajustado. Esa es la responsabilidad de los padres.
En 2012, 11 de
los 36 menores fallecidos en accidentes de tráfico en vías interurbanas
no llevaban puesto ningún sistema de retención, según los datos de la
DGT. Esta situación muestra un panorama aún peor cuando se analizan los
accidentes en vías urbanas, ya que en este caso ninguno de los cuatro
fallecidos lo llevaba puesto en el momento del accidente.
Según un estudio de la Asociación Española de Productos para la Infancia, estos elementos de retención pueden prevenir entre un 50 y un 80% de las heridas graves o mortales producidas
en un accidente. Pese a ello, todavía hay muchos conductores y padres
que por no molestarse en perder unos minutos en sujetar el cinturón y en
convencer a sus hijos para que se lo pongan, hacen cada día sus
desplazamientos sin que los niños los utilicen.
Un niño que va sin un sistema de retención y situado entre los dos
asientos delanteros, y en teoría sujeto entre ambos, si se produce un
choque o simplemente una frenada brusca, el pequeño saldrá volando hasta
chocar contra el cristal delantero, y en ese desplazamientos brutal
puede sufrir lesiones muy graves e incluso perder la vida.
Lo peor
es que pese a que no cuesta nada ponerse el cinturón y que todos los
estudios demuestran que usar este elemento salvaría muchas vidas
humanas, todavía hay muchos conductores adultos que no lo usan o que
dejan que otras personas que viajan en su coche no lo usen. El dato más
claro es que un 20% de los muertos en accidente de tráfico no llevaban
el cinturón puesto, pese a que es obligatorio y salva muchas vidas. Y al menos en algunos casos podría haber salvado la vida de alguno de los fallecidos.
Pero
si en cualquier persona mayor es lamentable que no use el cinturón, lo
es aún mucho más pensar que muchas padres son capaces de arrancar su
coche sin que sus hijos se hayan instalado en su correspondiente sistema
de retención en función de su edad. Ya sea un capazo, una sillita de
bebé, una silla o simplemente un cojín elevador, y siempre en
combinación con el cinturón, esto les puede salvar la vida si se produce
un accidente.
Hay una pregunta importante, en el caso de los padres cumplidores que si llevan a sus hijos con el sistema de retención. ¿Llevamos correctamente puestas las sillitas de nuestros niños? Las
características de la cabeza, del cuello y de la columna vertebral de
los más pequeños les hacen más vulnerables a sufrir lesiones graves o
mortales en caso de impacto por accidente de tráfico. No olvidemos que
la cabeza del niño supone el 25% de su peso total frente al 6% en el
caso de un adulto.
Lo más importante es elegir bien el Sistema de Retención Infantil
en función de su edad y sobre todo su talla, pero también enseñar a los
niños y a los padres a usarlos de la forma correcta. Estas son algunas
preguntas que a un padre poco experto se le pueden plantear.
¿En qué sentido se coloca la sillita? Se
recomienda llevar a los niños en la silla en el sentido inverso a la
marcha el máximo tiempo posible. Eso si se puede y su estatura lo
permite, y solo hasta los 4 años o 18 kg. Si la sillita está colocada en
el asiento del copiloto, nunca lleve el airbag del
acompañante conectado, ya que le podría aplastar si llega a saltar por
un accidente o incidente. En el caso de ir en el asiento trasero, la
plaza central es la más segura siempre que tenga la correspondiente
sujeción Isofix. La razón es que se evitan los choques laterales que de
ir en una de las plazas de los extremos podrían alcanzar al pequeño.
¿Qué sillita elegir? Siempre
sillita (el denominado sistema de retención infantil o SRI). Los
capazos no son recomendables, salvo en casos puntuales y por razones
médicas. El SRI debe elegirse siempre en función del peso y la estatura
del niño, más que de la edad, e instalarse de manera que vaya
perfectamente anclado a la estructura del vehículo, sin posibilidad de
moverse. Se recomienda un anclaje Isofix, pero si su coche no lo tiene
deberá sujetarse con un cinturón de seguridad en tres puntos. Si hay que
comprar un SRI recuerda que la DGT pide que los menores viajen en
sentido contrario a la marcha, y es que solo el 10% de las sillitas que
actualmente se comercializan en nuestro país pueden colocarse en este
sentido.
Los sistemas de retención varían mucho en función de la talla de los niños. Estos son los cuatro grupos en los que se clasifican:
Grupo 0.
Es el SRI desarrollado para los recién nacidos y se puede usar hasta
que cumplen un año de edad o hasta que alcanzan un peso aproximado de
unos 10 kg. Los capazos se colocan en los asientos posteriores, y las
sillas deben ir en sentido contrario a la marcha, y preferiblemente en
los asientos traseros.
Grupo 0+. En este caso se pueden usar para niños recién nacidos pero se pueden usar hasta alcanzar un peso en torno a los 13 kg
o cuando cumplen una edad aproximada de 18 meses. Ofrecen un cinturón
de seguridad de tipo arnés con cinco puntos de anclaje para garantizar
la mejor sujeción del cuerpo del bebé. Siempre se instalan en sentido
contrario a la marcha.
Grupo 1. Es el sistema
apropiado para los pequeños de entre 9 y 18 kg. o para niños de entre 1 y
4 años de edad. Son sillas con arnés de seguridad que miran hacia
delante. En este caso la silla se fija mediante el cinturón de seguridad
del vehículo. El arnés debe quedar siempre ajustado al cuerpo del
pequeño.
Grupos 2 y 3. Pensados para ser
utilizados por niños con edades entre los 3 y los 12 años, con pesos de
15 a 36 kg., aproximadamente. Son asientos y cojines que elevan al niño
hasta alcanzar la altura suficiente para poder usar el cinturón de
seguridad del vehículo. En este caso la banda diagonal del cinturón debe
pasar por encima de la clavícula y sobre el hombro pero sin tocar el
cuello. Y en el caso de la banda ventral, irá sobre caderas y muslos,
pero nunca sobre el estómago.
¿Cuándo pueden llevar solo el cinturón? Cuando
alcanzan los 135 centímetros de altura pueden empezar a utilizar solo el
cinturón de seguridad convencional, pero hay que procurar que sea de
tres puntos y tener cuidado de que la cinta inferior vaya sobre la
cadera y la superior apoyada en el hombro, pero nunca en el cuello. Los
arneses o el cinturón no deben ir retorcidos, pero tampoco irán holgados ni doblados, para mejorar su eficacia.
Además, Tráfico también estudia prohibir que los niños cuya altura no
supere los 1,35 metros puedan ocupar el asiento delantero derecho. El
mejor consejo es que hasta los 14 años los chicos van mejor en los
asientos traseros.
¿Cómo ir en el autobús? Si los
niños viajan habitualmente en transporte escolar o discrecional,
preocúpese de que el vehículo tenga cinturones. En la actualidad muchos
ya los tienen, pero aún no es obligatorio en todos los buses escolares,
en función de su edad de matriculación. Uno de los principales riesgos
de accidente para niños y jóvenes cuando usan un bus de transporte, está en la subida y bajada del vehículo. Dentro deben evitar levantarse del asiento con el vehículo en marcha.
Los cinturones y los sistemas de retención infantil no son juguetes.
Por ello, hay que evitar que los niños jueguen con los arneses, los
anclajes o con cualquier cosa relacionada con sus sistemas de retención.
Hay que inculcarles desde el primer día que estos sistemas son lo más
importante para protegerles.
Y por ello, el mejor ejemplo que se les
puede dar, desde que nacen, es que sus padres y otros familiares siempre
se pongan su cinturón de seguridad en el momento de ponerse en marcha
el vehículo. Y para que el viaje o el desplazamiento hasta el colegio,
por ejemplo, sea todavía un poco más seguro no se pueden llevar objetos sueltos dentro del coche, porque se pueden convertir en peligrosos “proyectiles” que, en caso de producirse un accidente, podrían aplastar a alguien.
EL CONFIDENCIAL, Martes 18 de marzo de 2014
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