Ir al contenido principal

"Para que tus hijos sean felices debes dejarles sufrir"

LAURA PERAITA
Fernando Sarráis está convencido de que alcanzar la felicidad es posible «aunque sea limitada», pero para lograrla hace falta un gran esfuerzo. 

—¿Por qué todo el mundo quiere ser feliz y muy pocos lo consiguen?
—Conseguir la felicidad es algo muy valioso, cuesta conseguirlo. Muchos prefieren no esforzarse y se quedan en el camino. Por eso hay tantas adicciones a la comida, al sexo, al alcohol... porque renuncian a la felicidad y, por su frustración, prefieren optar por la postura cómoda de sentirse bien a corto plazo, en vez de luchar por ser felices. 

—¿Cómo se puede cambiar esta actitud?
Las personas no saben sufrir, tienen miedo a hacerlo. Las familias, por ejemplo, tratan de proteger cada vez más a sus hijos y no les dejan que sufran. Es un gran error. Estamos haciendo niños temerosos. La vida es dura y difícil y los niños deben estar preparados para ella. Podemos educarles con miles de pequeños ejemplos cotidianos: si el niño tiene hambre, hay que dejar que se aguante hasta la hora de comer; si está cansado, no hay que cogerle en brazos; si se aburre, no debemos hacer piruetas para que se ría... Hay mil maneras de dejarles sufrir, pero con humor. 

—¿Sufrir con humor?
—El ejemplo deben darlo los padres. Si se le pierden las llaves o le pitan en un semáforo, no debe gritar y desesperarse. Es mejor decir algo así como «a las llaves le han salido piernas y no sé donde se han metido...», porque el niño aprenderá a afrontar situaciones similares con un tono optimista. 

—¿Cuál es la clave para ser feliz?
Hacer lo que uno debe y porque le da la gana; porque se lo dice la razón y es bueno. Es un asunto de madurez psicológica. Cuando alguien hace algo que no quiere (por miedo, vergüenza...) se siente fatal, no se ha sentido libre para actuar de otra manera. Su razón no ha dominado sobre sus emociones. Estudios psicológicos han dejado patente que el factor que determina la felicidad es la personalidad. Una persona puede ser millonaria, pero si es ávara, cada vez que pague será un infeliz; un hombre puede tener una mujer espectacular, pero si es celoso, sufrirá continuamente. Para lograr dominarse es preciso que cada individuo aprenda a meterse dentro de sí; es decir, a desarrollar su introspección, y a contemplar, analizar y estudiar cómo se siente, sobre todo ante los momentos afectivos, positivos o negativos, para familiarizarse con ellos, conocer su origen, su impulso a ciertas conductas... Esta tarea requiere entrenamiento y tiempo. 

—¿Quién debe ocuparse de ello?
—En las escuelas hay muchas matemática, lengua... pero no enseñan a los alumnos a quitarse el miedo, a ser seguros, aumentar la autoestima; en definitiva a ser dueño de uno mismo. Los educadores deben ayudarles a realizar estos juicios racionales sobre los afectos, animándoles a que piensen cómo se sienten, si lo que sienten se ajusta a sus circunstancias y si las acciones que han realizado son las adecuadas. Hace falta que aprendan a pensar y decidir antes de actuar, a controlar las emociones negativas para actuar con libertad.
ABC, Martes 12 de marzo de 2014

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com