Ir al contenido principal

El zumo de fruta no es “fruta”, ni siquiera si es casero

JULIO BASULTO MARSET
Mientras que para buena parte de la población “zumo de fruta” es sinónimo de “fruta”, para muchos nutricionistas es como si comparásemos hacer deporte como verlo a través de la televisión. Si conocen el famoso “Plato de Harvard”, ya sabrán que recomienda limitar el zumo de fruta a un máximo de un vasito al día, aunque quizá no sepan que concreta que eso incluye incluso al zumo 100%, “debido a que el zumo contiene casi tanto azúcar y casi tantas calorías como un refresco”. Esto es así porque para los expertos los azúcares presentes en el zumo de fruta, aunque sea recién exprimida, se consideran “azúcares libres”, sospechosos de estar implicados en patologías crónicas.

Es más, existen investigaciones que incluyen a los zumos en el concepto “bebida azucarada”. Es el caso del estudio de la revista Circulation publicado el 25 de agosto de 2015, en el que se consideró que toda bebida que aporte al menos 50 kilocalorías por cada 23 centilitros debe denominarse “bebida azucarada”. Así, en esta categoría, además de los conocidos “refrescos”, de las bebidas “deportivas” (conocidas como “isotónicas”), de las bebidas “energéticas” o de los tés helados dulces, también podemos incluir a la mayoría de los zumos, sean o no caseros: 23 centilitros de zumo de naranja casero aporta unas ochenta kilocalorías según el libro Tablas de Composición de Alimentos del CESNID-UB, coordinado por el doctor Andreu Farran.
Si retrocedemos hasta marzo de 2006, veremos que un sistema de categorización de las bebidas en función de su contenido energético y de sus propiedades para la salud, publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, situó a los zumos en el penúltimo nivel (nivel 5 de 6), dejando claro que su consumo habitual no es recomendable.
Uno de los últimos estudios científicos sobre el tema, el metaanálisis publicado en abril de 2016 en la revista British Journal of Sports Medicine, detalló que los zumos de fruta no parecen alternativas saludables a las bebidas azucaradas para la prevención de la diabetes tipo 2, algo que también han observado otros estudios. Uno de ellos, el publicado en 2013 por Muraki y colaboradores en la revista British Medical Journal, observó que un mayor consumo de zumos de frutas se asociaba a un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2.
¿Por qué? Porque, tal y como amplía el texto Mejor una fruta entera que un zumo, los efectos metabólicos de la fruta no son iguales o equiparables a los que ejercen los zumos y porque "kilocaloría por kilocaloría, el zumo de fruta puede ser consumido de forma más rápida que la fruta sin exprimir". Esta última frase la leemos en un documento de postura de la Academia Americana de Pediatría, que advierte que beber demasiados zumos incrementa el riesgo de ganancia excesiva de peso. Entre otros motivos, porque los zumos no estimulan la masticación.
Y es que existen serias sospechas de que la ingesta de zumos pueda contribuir a la actual epidemia de obesidad, algo que parece ocurrir tanto en adultos como en niños. En adultos, tenemos datos provenientes del estudio de Pan y colaboradores, quienes detallaron en 2013 en la revista International Journal of Obesity que beber agua en vez de bebidas azucaradas o zumos se relaciona con un menor riesgo de obesidad a largo plazo. Y en niños observó algo similar una investigación recogida en junio de 2016 en la revista Pediatric Obesity y una importante revisión titulada Reduciendo la obesidad infantil mediante la eliminación de los zumos de fruta 100% (American Journal of Public Health). En el caso de los niños, de hecho, existen pocas dudas sobre la importancia de limitar su consumo. Así, en una prestigiosa guía publicada en 2007 leemos que es conveniente "limitar la ingesta de zumos 100% naturales" en niños. Se trata de una guía que refleja el consenso de doce sociedades científicas de referencia, entre ellas la Academia Americana de Pediatría, la Asociación Médica Nacional, la Asociación Americana del Corazón, la Sociedad de Endocrinología o la Sociedad de la Obesidad (antes NAASO).
No debe extrañarnos, por todo lo anterior, que existan voces que reclamen que como máximo una de las cinco raciones de frutas y hortalizas pueda provenir de zumos de fruta. Y tampoco que, en octubre de 2016, el portal MedlinePlus (un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE UU) haya advertido que los adultos podríamos llegar a engordar cinco kilos al año si tomamos dos vasos de zumo de naranja (casero o zumo 100%, es decir, que en sus ingredientes solo encontramos fruta) al día y mantenemos estable nuestra ingesta habitual y nuestros hábitos de ejercicio, algo a tener en cuenta si sabemos que España es uno de los países más sedentarios de la Unión Europea.
También existen datos, por último, que relacionan el consumo de zumos de fruta con el riesgo de padecer caries dental. En resumen, debemos calmar la sed en forma de agua, y no de zumo, y tomar fruta en su forma original, es decir, tal y como sale del árbol.
Julio Basulto es un Dietista-Nutricionista que intenta convencer al mundo de que comer mal no se compensa con una zanahoria. También imparte conferencias, ejerce como docente en varias instituciones académicas, colabora con diferentes medios de comunicación y es autor de numerosas publicaciones científicas y divulgativas (www.juliobasulto.com).
NUTRIR CON CIENCIA es una sección sobre alimentación basada en evidencias científicas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho más que un placer y una necesidad: la dieta y los hábitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud pública que más puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de cáncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudará a conocer mejor la importancia de la alimentación y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.
EL PAÍS, Miércoles 12 de abril de 2017

Comentarios

  1. https://artificial-imagination.com/como-compartir-musica-con-los-enlaces-de-spotify/
    Por lo tanto, al hacer clic en un enlace se accede directamente a una página web o a una aplicación que iniciará una canción.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com