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No, tus hijos tampoco necesitan aceite de palma

GALIANA LEGORBURU

Primero las grasas, después el azúcar y ahora el aceite de palma. Todos ellos ingredientes que, con sus matizaciones, se han colocado en el punto de mira de los profesionales de la salud por sus terribles consecuencias a corto y largo plazo en ella. Y a pesar de que, en el caso de las primeras, la evidencia ha dejado al descubierto que no eran tan terribles como parecían, los dos últimos sí han demostrado tener una relación directa con un sinfín de enfermedades que atentan contra la sociedad contemporánea.

Los estudios han revelado que no todas las grasas son perjudiciales. Solo algunos tipos, entre ellos el aceite de palma. "Hasta hace pocos años se consideraba que todas las grasas saturadas eran perjudiciales. Sin embargo, hoy se hace una distinción entre los distintos ácidos grasos saturados. Así, el ácido palmítico, abundante en el aceite de palma, es poco recomendable por su relación con las enfermedades cardiovasculares. Aunque no es exclusivo del aceite de palma. "Está presente de forma natural en muchos alimentos, como carne o leche, pero en menor proporción", aclara Miguel Ángel Lurueña, licenciado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y autor del blog Gominolas de petróleo.
De la misma manera, advierte de que durante el procesado del aceite de palma a altas temperaturas se generan compuestos potencialmente tóxicos. "No obstante, es cierto que esto ocurre al calentar cualquier tipo de aceite a altas temperaturas, incluso aceite de oliva", explica. Por eso, el hecho de que esté presente en los alimentos infantiles, así como en la lista de la compra habitual de muchas familias es, como poco, alarmante.

¿Es necesario el aceite de palma en los niños?

En absoluto. Como defiende Miguel Ángel Lurueña, esta creencia se basa en la presencia de aceite de palma en leche de fórmula. "El ácido palmítico está presente en muchos alimentos y entre ellos se encuentra la leche materna. Por eso, el motivo de añadir aceite de palma a la leche de fórmula es el de tratar de imitar la composición de la leche. Pero no es el aceite de palma sino el ácido palmítico, que no tiene por qué obtenerse necesariamente a partir del aceite de palma. Si se hace así es porque dicho aceite contiene elevadas proporciones de ese ácido graso y porque se trata de una materia prima muy barata", asegura el experto. Pero hay que tener en cuenta que no todas ellas son iguales ni ejercen el mismo efecto sobre nuestra salud, asevera.
¿La mejor manera de detectarlo? Consultando el etiquetado y evitando, en la medida de lo posible, los alimentos procesados. Y es que, como dice el autor de 'Gominolas de petróleo', no deberíamos centrar nuestra atención exclusivamente en el aceite de palma sino en el alimento en su conjunto. "¿Dónde encontramos este tipo de aceite? En galletas, bollería, helados, pizzas precocinadas y, en definitiva, en productos insanos en los que el problema no es solo el aceite de palma, sino también las elevadas proporciones de harinas refinadas, azúcar o sal", señala.
EL MUNDO, 24/04/2017

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