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¿Cuánto rato aguantarías sin abrir Whatsapp?

INMA FLOR
¿Es la tecnología hoy en día un intruso en la familia?, ¿de qué manera afecta a las relaciones familiares?
Santiago Atrio Cerezo, profesor del Departamento de Didácticas Específicas en la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y Vicerrector de Campus y Sostenibilidad de la UAM, cuenta que “a lo largo de la historia las novedades tecnológicas se ha debido pasar por procesos de asimilación por parte de los usuarios y, en esos periodos, la juventud está predispuesta a investigar e indagar sus posibilidades”.
En esa línea nos cuestionamos, ¿qué ventajas e inconvenientes tiene esta nueva herramienta educativa? ¿Cómo equilibrar su uso, especialmente en el ámbito familiar?
Estas y otras son preguntas sobre las que nos invitan a reflexionar iniciativas como #porunusolovedelatecnologia, puesta en marcha por Orange a con el objetivo de que todos – niños, adolescentes y mayores- dialoguen sobre ello y juntos aprendan a utilizar la tecnología y los dispositivos de forma segura y responsable.
Preguntado por las recomendaciones que daría a una familia a la hora de hacer un uso adecuado, el profesor nos responde que “las referiría al derecho a la intimidad de otros usuarios y al respeto de los canales de comunicación”.
Atendiendo a los nuevos contextos que fluyen del uso de las nuevas tecnologías (móviles, tablets, ordenadores, videoconsolas, etc.), surgen proyectos como Empantallados, para padres y madres, en respuesta a una necesidad: acompañar a los hijos en el mundo digital. Se trata de una iniciativa de Fomento de Centros de Enseñanza, que se ha desarrollado en colaboración con numerosos expertos de la tecnología y la educación. “La tecnología está aquí para quedarse, así que aprovechémosla como una oportunidad más para educar”, indica Santiago Atrio Cerezo.
Y sobre todo para educar conociendo sus grandes beneficios y sus ventajas, pero también los riesgos. Si esto ya es relevante para un adulto, qué decir de un colectivo especialmente vulnerable como es el de los menores. Ellos están aún formándose y no siempre son conscientes de dichos peligros, o de las pautas más correctas para integrar de una forma equilibrada y responsable la tecnología en sus vidas, viviendo rodeados de ella.
Los datos hablan por sí solos y exigen medidas al respecto: el 72,7% de los niños menores de 12 años tienen móvil; más del 35% de los perfiles de menores de 14 años en redes sociales son públicos, normalmente por falta de habilidades para configurar la privacidad.
Pero eso no es todo, el tiempo que pasan los jóvenes online es el equivalente a 136,5 días al año y los niños menores de 6 años pasan casi 2 horas al día frente a pantallas (3 veces más tiempo que el que pasan leyendo o escuchando a alguien que les lee).
Si, según el estudio ‘How many times do you check your mobile phone per day?’, elaborado por Oracle Marketing Cloud, los adultos consultamos unas 150 veces al día nuestro smartphone y no podemos estar más de una hora sin abrir Whatsapp, cómo podemos decirles a ellos que pasan demasiado tiempo frente al móvil.
La tecnología influye en muchas facetas de la vida de nuestros hijos, desde su educación hasta su entretenimiento y comunicación con amigos. Es importante empezar a enseñarles desde pequeños un uso responsable y saludable de la tecnología, sin esperar a que sean mayores; y eso empieza dando ejemplo y cumpliendo nosotros mismos las reglas que establecemos para ellos.
Los ámbitos que afectan a las diferentes etapas de la vida, en los que Empantallados aporta ideas para educar, son cuatro según el experto Santiago Atrio Cerezo.
Personalidad: la tecnología tiene cada vez más influencia en los más pequeños. Aprovecha para enseñarles sobre cómo tener una autoestima adecuada, hacer un uso emocional y racional de la tecnología, tener confianza en sí mismos, etc.
Sociabilidad: las pantallas pueden utilizarse para aislarse, pero también para aprender a relacionarse con los demás y desarrollar habilidades sociales. Las nuevas tecnologías pueden ayudar a las relaciones familiares porque son un apoyo en nuestro desarrollo, nos unen y nos ayudan a comunicarnos.
Seguridad: cuando son pequeños, deberemos acompañarles y protegerles, y poco a poco ir enseñándoles algunas pautas básicas de seguridad, para que cuando lleguen a la adolescencia sepan cómo protegerse solos.
Creatividad: se puede utilizar toda la potencialidad de la tecnología como herramienta educativa para los menores, desde pequeños hasta la adolescencia, que es la etapa más creativa del ser humano.
Entonces, como ocurre con otras muchas cosas, ¿la tecnología es buena o mala, según del uso que se le da? “Para mí resulta evidente que es así”, afirma Atrio Cerezo. “Inventamos la imprenta, pero si hubiésemos inventado primero una primitiva fotocopiadora, la historia de la humanidad sería distinta, iconográfica en lugar de escrita. La tecnología nos ayuda o entorpece, depende del uso que de ella hagamos”, concluye.
LA VANGUARDIA, Lunes 22 de enero de 2018

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