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Tres consejos para que nuestros hijos no caigan en las redes de la sociedad de consumo

SAPOS Y PRINCESAS
En estas fechas en las que comemos, salimos y gastamos sin control no viene mal pararse un momento a reflexionar sobre nuestro comportamiento, y dado que los niños actúan por imitación, pensar en si estamos dando un buen ejemplo a nuestros hijos. Para empezar, este exceso desmedido en casi todos los aspectos de nuestra vida ha conseguido borrar del mapa los momentos de inactividad que son más importantes para nuestra salud (mental y física) de lo que creemos. Si esto es así para los adultos, en los niños esta sobreestimulación provoca intolerancia al aburrimiento, la soledad o la paciencia. De hecho, se estima que los niños han perdido una media de 12 horas libres a la semana que antes dedicaban, sobre todo, a jugar, liberar tensiones y explorar.

Según los datos de la Sociedad Española de Estudios de Ansiedad y Estrés, el aumento del estrés en la infancia empieza a ser preocupante pues alcanza al 8% de la población infantil y a un 20% de los adolescentes. Vamos, que con la edad este problema, lejos de mejorar, empeora.

1. Exceso de actividad: Más tiempo para jugar al aire libre

Numerosos estudios han confirmado que a edades tempranas la inactividad es importante para desarrollar la imaginación y la creatividad. Un exceso de actividades en el día a día del niño es contraproducente porque limita la evolución personal, la libertad de pensamiento y el aprendizaje. A estas conclusiones se suman las de algunos estudios como el realizado por el catedrático de Psicología Ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid, José Antonio Corraliza, sobre una muestra de 2.000 escolares. La investigación estableció una relación clara entre el aumento del estrés infantil y la desconexión de la Naturaleza que actualmente viven los niños.
Incluidos en este punto estarían los deberes y las actividades extraescolares, que también pueden provocar un aumento claro del estrés en la infancia. Según datos recogidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños españoles a partir de los 11 años están estresados debido a las tareas en casa; en concreto el 34% de los niños y el 25% de las niñas.

2. Exceso de información: Profundizar y evitar la multitarea

Es importante limitar la cantidad de información que recibe el niño, sobre todo, en un mundo multipantalla. Para ello, los padres deben tener en cuenta dos aspectos: racionalizar la cantidad de información que reciben los niños y hacerlo según su edad. Por otro lado, la sobreinformación incide negativamente en la imagen que los niños tienen de sí mismos, pues acaban por aceptar roles impuestos que pueden parecer inalcanzables o carentes de interés para ellos; lo que supone un motivo de estrés añadido.
Por último, -y no menos importante-, un exceso de datos no permite que el niño profundice en la información afectando directamente al aprendizaje real que hace que relacione y contextualice la información nueva con la ya aprendida. Esta superficialidad impide la capacidad de retener del niño, es decir, es un obstáculo al verdadero conocimiento. Para evitarlo es importante que se les ayude a organizar el tiempo de estudio y evitar, a toda costa, la multitarea.

3. Exceso de cosas: Menos juguetes significa más diversión

Durante la década de los 80 en Alemania se instauraron las guarderías libres de juguetes, las toy-free kindergarten, que retiran los juguetes a los niños durante semanas. ¿La razón? Un estudio elaborado en los años 80 sobre adicción a las drogas relacionaba este problema en la edad adulta con el tipo de educación recibida en la infancia y rápidamente el llamado proyecto 'Libre de juguetes' se extendió por Alemania. Aunque estudios posteriores desmintieron una relación directa entre la adicción y el exceso de entretenimiento en los primeros años del niño, sí que se ha demostrado que la ausencia -o la reducción- de juguetes potencia la creatividad, la sociabilidad, la comunicación con los demás y la empatía.
Un buen consejo es seguir la regla de los cuatro regalos en cumpleaños y demás fechas señaladas. Reconozcamos que si los niños reciben muchos regalos es porque nosotros somos los primeros en permitirlo y participar de ello. Elige juguetes que realmente les estimulen y les interesen, fomenta la generosidad haciendo que los niños participen en las donaciones de sus propios juguetes y trata de simplificar al máximo este tipo de estímulos.
EL MUNDO, Miércoles 3 de enero de 2018

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