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Las vacunas: una polémica abierta

MÓNICA SETIÉN
Vacunar o no vacunar, esa es la cuestión. Frente a la postura clásica que recomienda seguir el calendario preestablecido por el Ministerio de Sanidad o las comunidades autónomas, una pediatra y una asociación de padres nos exponen sus posturas en cuanto a esta manera de prevenir enfermedades.

A favor

La doctora Ruiz Fraile, pediatra del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid, describe la situación: «Las vacunas en los niños son un tema de actualidad, están ahora en boca de todos los padres con hijos de dicha edad. Ha habido muchas controversias sobre las vacunas y hemos oído hablar bastante de los grupos antivacunas en los últimos meses, por las desgraciadas consecuencias que supuso la no vacunación en este último año de un niño en nuestro país, y por eso surge la duda sobre si es recomendable o no vacunar».
Por todo ello, esta pediatra, resalta alguno de los motivos o beneficios de las vacunas del calendario pediátrico:
-En primer lugar su seguridad: son escasísimas las reacciones en los niños, como mucho reacciones locales, de brevedad temporal. Así como con el tiempo se han ido mejorando, gracias al conocimiento de la ciencia, y con ello disminuyendo los efectos secundarios
-Con la vacunación se ayuda a combatir enfermedades en caso de contagio o incluso a erradicarlas completamente debido a su no trasmisión.
-Con las vacunas estamos protegiendo no sólo a nuestro hijo, sino también a aquellos más vulnerables o que no hayan podido ser aún vacunados, haciendo con ello un bien a la comunidad.
-Desde la aparición de la primera vacuna, hace ya varias décadas, se han conseguido evitar muchas secuelas graves, e incluso muertes (hablamos de millones).
-La vacunación supone una mejora en la calidad de vida, ya que está evitando días de enfermedad, un empeoramiento de la ingesta alimentaría durante el tiempo que dure la infección, así como la ausencia escolar.
-Es un derecho del que gozan todos los menores: derecho a una atención sanitaria.

En contra

Desde la Asociación de Afectados por las vacunas se ven en la necesidad de aclarar que ellos no son médicos. y explican que: «Somos padres que contamos nuestra experiencia, pero nada más. Esperamos que nuestra vivencia pueda servir a otros. Por nuestra experiencia –y con todo lo que ella ha conllevado, en cuanto a información que hemos ido recopilando en todo este tiempo- expresamos nuestra opinión, pero nada más que eso, teniendo siempre en cuenta que no es un criterio médico».
-Desde nuestra perspectiva, hoy por hoy, creemos que las vacunas no son seguras como nos hacen creer. Basta con leer los prospectos. Muchos nos dicen que eso ocurre con cualquier medicamento, que todos tienen posibles efectos adversos, pero que es muy raro que éstos se den. El problema es que en el caso de las vacunas se dan más veces de las que creemos, y el resultado es demasiado grave; no se limitan a fiebre o hinchazón de la zona del pinchazo como nos avisan en enfermería a la hora de administrar la vacuna a nuestros hijos; hablamos de daños muy graves irreversibles, y en muchos casos (como fue el de mi hijo) de fallecimientos.
-Hemos de tener en cuenta, además, que las vacunas se administran a personas sanas. Es decir, entendemos que en el caso de una situación de enfermedad pueda compensar asumir el riesgo que implica la administración de un medicamento, si con ello podemos curar dicha dolencia. Pero hablamos de administrar una sustancia potencialmente dañina sin tener motivos de antemano. Si valoramos el nivel del posible daño que puede causar creemos que en el caso de las vacunas no compensa asumir dicho riesgo, y mucho menos si a ello sumamos además el hecho de que vacunarse no garantiza una inmunidad sobre dicha enfermedad! (yo mismo fui vacunado de niño de varicela, y aún así sufrí la enfermedad años después).
-A través de la asociación hemos analizado 3 vacunas relacionadas con el fallecimiento de 2 bebes de padres que pertenecen a la asociación (un bebe fue mi hijo) y todas llevaban entre un 30% y 200 % mas de hidróxido de aluminio del declarado en la ficha técnica del producto.
-De aluminio en Infanrix es una barbaridad: el CIMA de la AEMPS en su ficha técnica dispone que esta vacuna se compone, entre otros, de 0,5 miligramos de hidróxido de aluminio y los 1500 ug que concluye el laboratorio en su muestra equivalen a 1,5 miligramos. Teniendo en cuenta que 1 ug= 0,001 miligramos, se supera con creces la dosis recogida en su ficha técnica. Un 200 % más de lo declarado.
-De Prevenar 13, también es una barbaridad pues sale 0.238 mg de hidróxido de aluminio cuando lo que recoge la cima de la AEMPS en la ficha técnica de esta vacuna es 0,125 mg de este adyuvante. Un 90% más de lo declarado.
La Asociación de Afectados por las Vacunas tiene en su poder los estudios que ratifican estos datos.
ABC, 17/10/2016

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