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¿Preocupad@ porque tu hijo aún moja la cama?

IVAN MORENO
Que el niño siga haciéndose pis en la cama a partir de los cinco años es un síntoma de que algo no va bien y hay que entender qué le pasa antes de tratarlo. Para ayudar a tu hijo debes adoptar una actitud positiva y apoyarle.


Cuando un niño de cinco años o más se hace pipí en la cama más de cuatro veces al mes sin una causa orgánica que lo justifique, hablamos de enuresis nocturna. Es la que padecen el 80 por ciento de los niños que mojan la cama. Y es muy común: en torno al 15 por ciento de los niños de cinco años se hacen pis por la noche por este motivo, un cinco por ciento a los diez años y un uno por ciento a los 15 años.

Causas de la enuresis

  • Suele deberse a una menor producción de la hormona antidiurética durante el sueño. Todos la producimos por la noche para poder aguantar sin ir al baño, pero parece que los niños enuréticos la producen en menor cantidad.
  • Si solo faltara dicha hormona, los niños se levantarían más veces al baño y no lo hacen, así que la enuresis está asociada además a un problema de despertar: la sensación de vejiga llena no despierta al niño, o puede que ni siquiera la perciba.
  • La genética interviene, porque se ha comprobado que cuando uno de los padres fue enurético existe un 30 por ciento de posibilidades de que su hijo también lo sea y, un 50 por ciento de posibilidades, si lo fueron los dos padres.

¿Problemas psicológicos?

Tener enuresis nocturna no equivale a tener problemas psicológicos, pero es un síntoma de que algo no va bien. Hay dos situaciones familiares que favorecen la enuresis nocturna:
  1. Que los padres estén muy encima del niño y no le dejan espacio para hacerse cargo de su propio aprendizaje. El niño ya puede ducharse, vestirse y comer solo, pero los padres no se dan cuenta y siguen haciéndole las cosas. La enuresis, en estos casos, informa de que el niño necesita espacio para aprender a hacerse cargo de sí mismo.
    Ante esta situación, es contraproducente ponerle pañales al niño por la noche (le impiden sentirse mojado) o que levantarle al baño cuando está dormido para evitar que se haga pis: es mejor que lo haga, perciba las sensaciones físicas y empiece a tomar él mismo las medidas necesarias.
  2. En las familias donde los niños no encuentran límites el mensaje es bien distinto: los niños están pidiendo límites a los que atenerse, normas por las que regirse a la hora de aprender. Porque el control de esfínteres es cuestión de aprendizaje y maduración. Si la maduración física es correcta, habrá que mirar qué problema hay en el aprendizaje de nuestros hijos, y es ahí donde estamos implicados: ¿Les damos unas pautas claras, o en nuestra casa no hay límites? ¿Les dejamos espacio para aprender, les presionamos demasiado o se lo hacemos todo? Son preguntas que podemos hacernos y corregir actitudes si vemos que no están ayudando a nuestro hijo.

¿Cómo ayudar al niño?

  • La enuresis es totalmente involuntaria; nunca hemos de castigar al niño, ridiculizarlo o reñirle delante de otros.
  • Su colaboración es básica para resolver el problema y él es el primero que quiere solucionarlo. Debemos transmitirle que no tiene la culpa de lo que ocurre pero que solucionarlo está en sus manos y cuenta con nuestro apoyo. Los niños automotivados para dejar de hacerse pis en la cama obtienen resultados con más rapidez.
  • Todos concienciados, hay que seguir unas normas básicas:
    • No ponerle pañal al niño durante la noche. Limita la sensación de mojado y queremos que tome conciencia de que tiene la vejiga llena, pero también de que está mojado.
    • Hay que dejar al niño una muda a mano para que se cambie si se hace pipí. Es importante que se responsabilice de todo lo que conlleva la enuresis y colabore al cambiar las sábanas, poner la lavadora, tender…
    • Para que obtenga resultados con más rapidez (cuando ve que avanza se anima e implica más), evitaremos que beba líquido por la noche, aunque tome más agua durante el día.
    • Proponerle un entrenamiento en retención para que se haga consciente de la sensación de vejiga llena y refuerce el control de los esfínteres.

¿En qué consiste el tratamiento en retención?

La mayoría de los niños con este problema tienen un mal entrenamiento familiar, ya sea porque los padres son muy permisivos o porque comenzaron demasiado pronto con el control de esfínteres.
El entrenamiento puede variar según el especialista, pero se usan ejercicios comunes:
  • Se le pide al niño que cuente hasta 10 ó 20 justo antes de empezar a orinar, o que tras beber mucha agua aguante un poco antes de ir al baño. Así identificará la sensación de vejiga llena.
  • Se usan unos ejercicios específicos para reforzar la musculatura pélvica y el músculo que envuelve a la vejiga y es responsable de su vaciado cuando se contrae.
  • Se busca el control de la vejiga con el desarrollo de la musculatura y las conexiones neuronales necesarias.
Todo esto debe acompañarse del refuerzo positivo de los logros del niño, con un calendario en el que señalar las noches secas en un color y las húmedas en otro. Se celebran todas las noches secas, y se puede proponer un regalo inmaterial ante determinados logros: una excursión a ese sitio al que quería ir, construir con él un castillo de arena…

Cuándo preocuparse

  • Estamos ante un síndrome enurético si la enuresis es por causa orgánica: infección de orina de repetición, algún problema genético del sistema urinario, estreñimiento…
  • Hablamos de incontinencia cuando al niño se le escapa el pis, tanto de día como de noche, ante un mínimo esfuerzo o en cuanto tiene ganas de orinar. Suele estar relacionada con inmadurez del sistema nervioso.
  • Se habla de enuresis secundaria cuando el niño vuelve a mojar la cama, después de un periodo de más de seis meses sin hacerlo. Coincide con un cambio importante (nacimiento de un hermano, cambio de colegio o domicilio). Esta actitud regresiva se resuelve en poco tiempo.
  • Si no tiene ninguno de estos problemas, pero aún así moja la cama, estamos ante una enuresis monosintomática primaria, más conocida como enuresis nocturna.

Tratamiento farmacológico

Muchas veces solo con el entrenamiento y el refuerzo es suficiente. Si no lo fuera, o en paralelo, los médicos pueden optar por la medicación.
  • Tratamiento con desmopresina, un medicamento con una actividad similar a la de nuestra hormona antidiurética: concentra y reduce la producción de orina.Dura normalmente entre tres y nueve meses, y cuando se ven resultados (una o menos noches mojadas durante un mes) el médico puede empezar a retirarlo de forma paulatina.
  • Los antidepresivos tricíclicos ya no se recomiendan pues, además de afectar al comportamiento del niño, hay riesgo de intoxicación por sobredosis. Si el tratamiento con desmopresina no tiene el efecto deseado, suele asociarse con anticolinérgicos, que aumentan la capacidad de la vejiga.
  • Alarma "corta-pipí". El tratamiento con alarma crea un reflejo de respuesta condicionada en el niño. Consiste en una alarma especial que se pone en el hombro del pequeño y que está conectada con un terminal en su ropa interior. Cuándo esta se humedece pone en marcha la alarma que despierta al niño. Él contrae esfínteres y corta el pipí. Ya despierto, se levanta y va al baño. No está indicada en niños que se orinan muchas veces cada noche (porque se pasaría la noche sin dormir), ni en pequeños que no la oyen.

Asesores Dr. Carlos Miguélez Lago, jefe de Urología Infantil del hospital Materno Infantil y de la clínica Santa Elena de Málaga. Pilar Cobos, psicóloga clínica, profesora de Psicología de la Universidad de Málaga. Ana Maeso, psicóloga clínica y psicoanalista.

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