YO DONA
El peso es uno de los factores que más se controlan
en el embarazo. Aunque lo ideal en una mujer con un Índice de Masa
Corporal (IMF) normal es engordar de 11 a 16 kilos, es frecuente que
algunas cojan algún kilo de más durante la gestación. Sin embargo, cuando no engordar se convierte en una obsesión recibe el nombre de pregorexia.
Aunque este trastorno no existe en el Manual de Trastornos Mentales como sí lo están la anorexia y la bulimia,
algunos profesionales sí han percibido esta fobia a engordar en algunas
de las embarazadas que asisten a sus consultas, aunque no existe este
diagnóstico de manera oficial.
"Son aquellas que cuentan
obsesivamente las calorías, intentan siempre comer solas o se saltan las
comidas, entrenan excesivamente, y pueden llegar a procurarse el
vómito", explica Fulvia Mancini, responsable médica de clinicas Eva en
Cataluña, que asegura que el 30 por ciento de las gestantes no aumenta
de peso de forma correcta, aunque no se puede asociar de manera directa
con la pregorexia. Algunos estudios realizados en Reino
Unido afirman que 7,6 por ciento de las mujeres embarazadas a las que
se estudió tenía síntomas compatibles con trastornos de la conducta
alimentaria.
Estas señales pueden camuflarse entre los síntomas
propios de los tres primeros meses del embarazo, por eso, la experta
recomienda a "familiares y personas del entorno que estén atentos en el
caso de mujeres que hayan padecido trastornos de la conducta
alimentaria, como anorexia y bulimia".
Ante
cualquier síntoma, la paciente debe acudir al médico, ya que las
consecuencias de una reducción drástica de alimentos puede causar graves
secuelas en el bebé y en su propia madre. Mientras que la progenitora
puede desarrollar "anemia, descalcificación ósea, baja producción de
leche durante el postparto y caída de cabello", en el feto puede
aumentar el riesgo de alteraciones del tubo neural como la espina
bífida, retraso en el crecimiento, malformaciones o riesgo de parto
prematuro, entre otras muchas secuelas.
Pautas para un peso adecuado
- No te obsesiones. Nada llevado al extremo es bueno, por ello, la obsesión por no coger peso puede derivar en problemas de alimentación con secuelas para el bebé y la madre.
- Sigue las pautas de tu médico.
- No comas por dos. "Hay que ganar un número de kilos apropiado para la propia masa corpórea. Si esto se hace correctamente, una vez se ha dado a luz, la pérdida de peso es rápida y fisiológica, es decir, que no habrá que hacer dietas estrictas, ni pasar hambre.", aclara la doctora.
- Perder algunos kilos puede ser normal. No hay que obsesionarse por perder peso, pero tampoco preocuparse en exceso si se siguen unas buenas pautas alimentarias: "Le ocurre a muchas pacientes y de hecho, durante el primer trimestre muchas mujeres pierden algunos kilos debido a las náuseas. Este peso se suele recuperar lentamente durante el segundo y el tercer trimestre", explica Fulvia Mancini.
- No te preocupes por ganar algunos kilos. Según esta experta, las mujeres con un peso adecuado suelen engordar de unos 11 a 16 kg. Sin embargo, esto varía según cada persona: "Una mujer con bajo peso es normal que gane entre 13 y 18 kg, mientras una obesa debería ganar como mucho entre 5 y 9 kg".
EL MUNDO, Lunes 06 de junio de 2016
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