Ir al contenido principal

Los peligros de los castillos hinchables

Se inflan como un globo y en menos de media hora se instalan en cualquier sitio. Parecen la atracción perfecta para que los niños no se hagan daño, pero deben respetar unas medidas de seguridad que madres y padres pueden comprobar a simple vista. 
El pasado abril cinco castillos hinchables salieron volando y dejaron una veintena de heridos, entre ellos niños con brazos o muñecas rotas. En mayo volvió a pasar lo mismo, esta vez con 4 niños heridos en Leganés (Madrid). 
En ambos casos los castillos ni tan siquiera estaban anclados al suelo. Repasamos las precauciones mínimas que deben cumplir este tipo de atracciones.

Los 10 puntos a revisar

  • 1. Nunca con viento: pesan poco y un viento de 15 km/h ya puede moverlos. Jamás se debe tener un castillo abierto si el viento supera los 38 km/h. 
  • 2. Bien anclados: pero con anclajes planos y que no sobresalgan. Si no es posible, deben usar sacos de arena. 
Así NO:

Así SÍ:

  • 3. Monitores supervisando: al menos dos de ellos. 
  • 4. Espacio libre alrededor: un perímetro mínimo de 2 metros que se amplía a 3,5 metros en los laterales abiertos. 
  • 5. Turnos por edades o estatura: para que no usen la atracción al mismo tiempo niños de constitución muy diferente.
  • 6. Colchonetas o espuma: en el acceso al castillo tiene que haber una rampa que debe cubrir toda la anchura del arco de entrada. Deben poner algún material que amortigüe posibles caídas (¡no vale con una simple moqueta!) y en esa zona no puede haber bordillos ni bancos ni árboles ni postes... 
ASÍ NO:

ASÍ SÍ:

  • 7. Los papeles en regla: en el castillo debe figurar que se cumplen los requisitos de la normativa EN14960. También tiene que haber una placa identificando la potencia del hinchador a utilizar, los usuarios (tanto su número máximo como su altura mínima), el año de fabricación y la dirección de la empresa responsable. 
  • 8. Hinchado uniforme: prestando atención a su firmeza en la zona de acceso y salida (donde es más peligroso que los niños pierdan el equilibrio). Y también en las zonas más altas (donde los niños tienden a apoyarse en los parapetos). 
  • 9. Hinchador apartado: como mínimo 1 metro de espacio libre a su alrededor y con el tubo bien extendido. 
  • 10. Instalación eléctrica no accesible al público 
OCU, Jueves 14 de agosto de 2014

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.