ÓSCAR GONZÁLEZ
Esto es algo que debes tener siempre presente: tu hijo no es perfecto. Un
error muy común es pretender que tus hijos se comporten y actúen de una
manera “ideal”: que se comporten como tú quieres, que hablen como tú
quieres, que no den problemas, que no lloren, que hagan caso a la
primera, etc. Pero esto no es posible: bienvenido al mundo real.
Los padres no somos perfectos ni debemos aspirar a serlo. Del mismo
modo, nuestros hijos tampoco lo son. En palabras de Paloma López
Cayhuela:
“Hay que controlar bastante los sueños con respecto a los hijos
porque a menudo son una fuente de frustración. Comprobarás día a día
cómo el hijo se aleja de todo aquello que teníamos programado para su
éxito y felicidad a menudo nos aleja del hijo real: fijándonos en todo
aquello a lo que no puede o no quiere llegar, acabamos por no ver su
grandeza, lo que sí es capaz de conseguir. Estamos más ocupados en
comparar al hijo real con el hijo ideal, que en estar allí fortaleciendo
las debilidades y apoyando sus esfuerzos”
Por este motivo debemos ser pacientes, escuchar atentamente a
nuestros hijos y atender a las necesidades propias de cada etapa. Cada
cosa a su tiempo, aceptando las cosas tal y como son sin querer avanzar
etapas ni idealizar a nuestro hijo que es único y con unas
características propias que lo definen.
Estos 4 sencillos consejos te ayudarán a comprender a tu hijo y no pretender que sea perfecto:
1. Acepta sus errores y equivocaciones. Son magníficas oportunidades para aprender y crecer.
2. Sé realista: ten en cuenta sus capacidades y limitaciones. Adapta tus peticiones a su edad y características.
3. Respeta sus tiempos: cada niño es distinto y consigue hacer las cosas a su debido tiempo.
4. Reconoce su esfuerzo y valora sus progresos.
Si actúas de este modo el niño se sentirá querido y aceptado. Es justo lo que necesita para CRECER en todos los sentidos…
ABC - ESCUELA DE PADRES CON TALENTO -, Jueves 17 de septiembre de 2015
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