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¿Cuándo puedo dejar a mi hijo solo en casa?

ISMAEL SERRANO
Todos sabemos que la mayoría de edad llega a los 18 años en España, pero a nadie se le ocurre pensar que los chavales van a estar acompañados por papá y mamá hasta esa fecha. La educación es un proceso de soltar amarras, cada día un poquito, hasta que los chicos vuelan con sus propias alas. "¿Cuándo puedo dejar solo a mi hijo en casa?" es una pregunta que los padres nos tenemos que hacer en algún momento.
Parece un tema fácil pero no lo es porque, a la hora de decidir cuándo dejar al niño sin compañía con totales garantías, la respuesta es: cuando él esté preparado por su grado de autonomía. La pregunta de marras pone a prueba también el grado de madurez emocional de los progenitores, si manejan sus miedos y pueden apoyarse el uno al otro para fomentar la independencia de su hijo. Nuestra educación no nos sirve de referencia. ¿A qué edad se quedó usted solo en casa? ¿Dejaría a su hijo entonces sin vigilancia? Los chicos ahora van por delante en muchas cosas, como ocurre con la tecnología, sin embargo, parecen menos autónomos en otras, acostumbrados a que sus papás hagan por ellos las tareas.
La ley no se define en este sentido porque no recoge la edad mínima en la que un menor puede quedarse solo sin la supervisión de un adulto. Habla de sanciones y consecuencias legales si los padres han incurrido en desamparo. A veces la línea que separa el ayudarles a salir del cascarón y el abandono negligente no está clara.
En España, el informe Accidentes de la población infantil española realizado por la Fundación Mapfre y la Asociación de Pediatras, arroja el dato de que el 9,1 % de los menores de 12 años se quedan solos en casa en algún momento. ¡El 5% tienen menos de cuatro años! En Italia, muchos colegios han avisado a los padres para que recojan a sus hijos hasta los 14 años, los casi adolescentes no pueden estar solos ya que se les prevé incapacidad jurídica.

La edad de la autonomía

En general, los padres saben que han de dejar espacio a sus hijos, pero en la práctica les cuesta confiar. Su protección es miedo. Los progenitores de Elena van a terapia para dejar que su hija viaje en metro sola con ¡17 años! También hay progenitores desentendidos o que trabajan mucho y no pueden ocuparse de sus hijos, si bien la mayoría superan los recelos y ayudan a sus hijos a crecer, aunque sea un poco más tarde que antes.
Aunque la medida para dejar a los niños solos es su madurez, los psicopedagogos sugieren que entre los 11 y 14 años hay que empezar a ayudarles para que asuman la responsabilidad de quedarse en casa sin adultos. Antes les será más difícil resolver situaciones complicadas si surgen.
Piense en algunas de estas preguntas: ¿Es responsable y hace lo que se le pide? ¿Sabe quedarse en su habitación? ¿Cómo reacciona ante situaciones imprevistas? ¿Sabe controlar el tiempo? Si sale usted un momento de casa, ¿cómo reacciona? Hay algunos aspectos que indican que ya está preparado: sabe cuidar de sí mismo (vestirse, comer), no es impulsivo, es capaz de reaccionar en caso de emergencia, sigue las instrucciones que le ha dejado y, sobre todo, no tiene miedo a estar solo. ¿Su hijo flojea en algunos de estos puntos? ¿Cómo conseguir que adquiera más autonomía? Ayudándolo a confiar en sí mismo sin forzar sus tiempos.

Ensayos de separación

Lo mejor es hacer pequeños ensayos para que, poco a poco, consiga manejarse en situaciones distintas. Primero quedarse solo en su habitación sin reclamar su atención, después permanecer en casa mientras usted sale unos minutos para sacar a la mascota o tirar la basura. Cuando tienen 12 años puede ir al cine cerca, dejando la cena preparada, con la vecina de confianza al tanto y con el móvil cargado. No olvide preguntarle cómo se ha sentido.
Cuando son adolescentes las cosas cambian. En estos casos son ellos los que quieren quedarse solos porque se sienten mayores. La familia ha de dejar claro que no se trata de hacer lo que le dé la gana, sino que es una responsabilidad asociada a su madurez. Irse puntualmente es diferente a dejar a los quinceañeros todas las tardes de la semana solos sin supervisión. Por muy mayores que parezcan, aún necesitan sentir la presencia y el apoyo de sus progenitores.
Los padres tenemos que manejar nuestra ansiedad: si estamos nerviosos transmitimos a los niños inseguridad o mensajes contradictorios. La protección excesiva se puede convertir en una educación en el temor. No hay que olvidar que la autonomía es un proceso de todos, padres e hijos.
CÓMO ENSEÑAR A LOS NIÑOS A SER AUTÓNOMOS

Transmitir tranquilidad.

No le meta miedo. Es mejor decir: "¡Si un desconocido llama a la puerta, no abras!". A: "¡Ten cuidado!".

Poner normas de conducta.

Mejor en un sitio visible y por escrito para que sepan qué hacer en su ausencia.

Hacer pasos previos.

Antes de quedarse solos en casa pueden ir a la tienda de al lado o a comprar el periódico. No deje a ningún hermano menor a cargo al principio.

Enseñarle a actuar en caso de emergencia.

A llamar al 112, a sus padres, a familiares cercanos, al vecino, y saber qué hacer si saltan los plomos.

Establecer protocolos.

Decir a qué hora estará de regreso. Pedir que mande un mensaje de que todo va bien. Actividades programadas, como ver una película.
EL MUNDO, Lunes 16 de octubre de 2017

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