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¿Qué hay detrás de que un niño se muerda las uñas?

CAROLINA PINEDO
Muñones en vez de dedos, heridas, infecciones, deformidades o cambios de color en las uñas son algunas de las consecuencias de la onicofagia (morderse las uñas). Pero ¿qué hay tras este hábito que practica un 45 % de los adolescentes? “Las causas de la onicofagia, muchas veces, son difíciles de precisar, aunque afecta a un gran número de niños, es más frecuente en niños nerviosos, ansiosos o introvertidos. También existe una causa física que es el déficit del hierro, lo que provoca un síntoma llamado Pica, que consiste en la tendencia a ingerir sustancias, como las uñas, que no aportan nutrientes al organismo”, explica Iván Carabaño, jefe de Servicio de pediatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos-Hospital general de Villalba.

Los niños se muerden las uñas de manera más habitual que los adultos. “Pero, los adolescentes son quienes más presentan esta costumbre, con un 45 % y, en el caso de los adultos, desciende hasta un 10%”, apunta el pediatra, Iván Carabaño.
El hecho de que un niño se muerda las uñas puede ir asociado a algún problema de conducta. “Pero es poco habitual que los padres acudan a la consulta de salud mental solo por el hecho de que su hijo se muerda las uñas. Sin embargo, pueden comentar que, además del comportamiento que les preocupa de su hijo/a, el niño/a también se muerde las uñas”, comenta, Alberto Segura, psiquiatra infantil del Hospital Rey Juan Carlos I. Sin embargo, la onicofagia, a pesar de ser una conducta repetitiva e irresistible de tipo obsesivo compulsivo, como lo define el psiquiatra, que no suele ser motivo de consulta en los especialistas de salud mental, sí repercute en la salud del niño y adolescente, con consecuencias como:
  • Infección en la zona de las uñas por virus, bacterias u hongos. Estas lesiones se producen sobre todo cuando el niño/a se muerde la zona de la cutícula (piel fina alrededor de la uña).
  • Deformación de las uñas. Cuando el hábito de morderse las uñas se prolonga durante mucho tiempo, se deforman y su color cambia al amarillo.
  • Desviación de los dientes. Puede ocurrir que el hábito de morderse las uñas derive en una desviación de los dientes incisivos. Sin embargo, es poco habitual que se produzca solo por la mordedura de las uñas. Se presenta en casos de niños que también muerden objetos, como lápices o bolígrafos.

Cómo conseguir que el niño/a deje de morderse las uñas

El tratamiento para lograr que un niño/a deje de morder sus uñas “muchas veces es frustrante, porque no hay ninguna medida universal para solucionar este problema”, comenta el pediatra Iván Carabaño, que explica las soluciones que se suelen recomendar en estos casos:
  • Esmaltes para las uñas con sabor desagradable. Cuando el niño/a muerde sus uñas percibe un sabor que le desagrada con el fin de que deje de hacerlo. No obstante, este método no suele obtener buenos resultados, porque los niños buscan las mañas para quitarse el producto de las uñas.
  • Llevar un diario de las veces que el niño/a se muerde las uñas. Plantear un registro para que el niño/a anote las ocasiones en que cae en el impulso de morderse las uñas puede corregir este hábito.
  • Tratamiento farmacológico en casos de ansiedad. Se puede recomendar para adolescentes y adultos que padecen onicofagia asociada a situaciones en que se padece ansiedad.
EL PAÍS, Viernes 20 de octubre de 2017

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