LAURA PERAITA
Las normas no se van de vacaciones, deben seguir presentes
en cada hogar y los expertos recomiendan, además, mantener ciertas
rutinas en activo. «La rutina en verano es saludable —asegura Sergi Banús, psicólogo de psicodiagnosis.com—, porque supone para los niños un entrenamiento beneficioso a largo plazo,
ya que aprenden que han de tener cierto hábito de esfuerzo y capacidad
de sacrificio que les vendrá muy bien para el resto de su vida, tanto
personal como profesional».
Para Susana de Cruylles, psicóloga clínica y coordinadora
del Programa de Padres del Servicio de Psiquiatría-Salud Mental del
Hospital Universitario Príncipe de Asturias, la falta de reglas y rutina
es el caos seguro. «Los niños necesitan tener su rutina de comidas y
sueño y, aunque bien es cierto que en verano se pueden retrasar los horarios, no conviene alterarlos demasiado
y que, por ejemplo, un día el niño se acueste a las doce de las noche y
otro día a las nueve. Así le estaremos confundiendo y afectará
negativamente a su salud, no dormirá bien, alteraremos su ritmo de
comidas y apetito, lo que repercutirá en su rendimiento», reconoce
Susana de Cruylles.
Alicia López de Fez, fundadora y directora del centro de
Psicología López de Fez en Valencia, siempre recomienda a los padres,
trabajen o no, que apunten a sus hijos en algunos de los múltiples cursos de las escuelas de verano. «No
a cualquier curso —resalta—sino a aquel que se adecúe más a sus
habilidades y gustos. Se trata de que el niño se divierta y aprenda
mientras tiene una rutina más amena».
La cuestión es que no pierdan el tiempo y que estén
activos. Es un esfuerzo por desterrar la imagen de nuestro hijo o hija
tirados en el sofá haciendo zapping todo el día frente el televisor por
el mero hecho de estar de vacaciones. «Se les puede permitir ver la tele más tiempo
que el dedicado durante el resto del año, pero eso no implica pasar las
horas muertas así porque, además, les aburre. Si se les apunta a unas
clases de deportes, talleres artísticos, teatro... en función de lo que
más les ilusione, se sentirán motivados, sabrán que tienen una misión en
el día y se divertirán».
Más responsabilidades
Alicia López de Fez señala, además, la importancia que
tienen estos cursos desde el punto de vista de que se relacionan con
otros niños. «Recomiendo a los padres que les apunten a cursos de verano
que no se impartan en su mismo colegio. La razón es que cambiarán de aires, lo que siempre es adecuado, y que conocerán a otros niños que les aportarán otros puntos de vista».
Los expertos en trabajar la conducta de los niños
encuentran en las vacaciones el periodo ideal para desarrollar una serie
de pautas y transmitir a los hijos unas responsabilidades que el resto
del año, por cuestión de tiempo, es más difícil de llevar a cabo.
«Resulta el momento ideal para enseñar a los pequeños a poner la mesa y el desayuno, a que hagan la cama solos, a recoger los platos después
de comer... Si se les hace partícipes y se les reconoce su labor y
esfuerzo, ellos se sentirán orgullosos y aprenderán a colaborar en las
labores de casa que, después, durante el resto del año, tendrán que
seguir realizando», concluye.
La rutina no debe romperse, aunque sí suavizarse.
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