ANAHI REYNOSO
La alfabetización temprana es todo lo que los niños en edad preescolar aprenden de la lectura y la escritura, esto mucho antes de saber realmente leer y a escribir.
Actividades cotidianas como un bebé mordiendo un libro de tela, un niño
pretendiendo leer o diciendo la historia de memoria, o simplemente
jugando con el libro, son consideradas parte de la alfabetización
temprana de un niño.
La alfabetización temprana comienza desde el embarazo
Debemos comenzarle a leer a los bebés desde que están en el vientre materno,
afirma la especialista en educación temprana Mercedes Delgado.
Aproximadamente a las 17 semanas un bebé ya tiene el oído desarrollado y
puede escuchar sonidos dentro del vientre. Más o menos a las 24 semanas
de gestación empieza a escuchar sonidos externos. Es entonces que mamá
puede empezar la lectura en voz alta durante el embarazo.
Escoja un momento tranquilo del día para leerle a su niño por unos 10
minutos, no se exceda con la lectura pues un bebé sobre estimulado
puede inquietarse y no estar dispuesto a ningún tipo de actividad. De
esta manera, el niño también comenzará a familiarizarse con el sonido de
su voz y el idioma en el que le está leyendo y el que posteriormente
hablará en casa.
La alfabetización temprana no implica enseñarle a leer académicamente
No
hay necesidad de tarjetas para memorizar palabras, ni tampoco que los
padres jueguen el papel de instructores académicos. Si bien los padres
son los primeros maestros en la vida de sus hijos, esta enseñanza es más
efectiva a través del juego, de actividades cotidianas, del dialogo
constante y del ejemplo que exista en el hogar.
Los niños son imitadores de sus padres. Si papi y mami están leyendo, el niño quiere hacer lo mismo, afirma la profesora de preescolar Mariana Merlín. Es por esto que es importante el crear un ambiente que estimule la lectura en el hogar. Recuerde que el ejemplo es el mejor método de enseñanza.
Escoja libros de acuerdo a su edad
Existen libros apropiados para
cada edad, así que mientras más temprano introduzca la lectura en la
rutina de un bebé es mucho mejor. Dicha rutina puede ser implementada
después del baño, justo antes de dormir o en un momento que el niño
reconozca como parte de sus actividades cotidianas. Acostúmbrelo a que
la lectura también tiene su momento, leyéndole por lo menos por 20
minutos a la misma hora todos los días. Así creará un hábito saludable y
muy útil para el desarrollo de su hijo.
Los beneficios de la alfabetización temprana
Cuando los niños son bebés, la lectura estimula su
cerebro y facilita el desarrollo del lenguaje y la comprensión. Además,
crea un momento de unión entre padres e hijos que ayudan a su
creatividad, a su imaginación y a la relación interpersonal, no solo con
sus padres, sino con otros niños y personas que lo rodean. De igual
manera, le crea un apetito por la lectura y la escritura que más
adelante lo ayudará en su desenvolvimiento académico.
Además, los libros son una excelente manera de resolver conflictos y crear momentos de enseñanza para los niños,
afirma la profesora Merlín. Cada libro tiene un mensaje y a través de
historias simples e ilustraciones divertidas los niños pueden aprender
lecciones importantes como los modales, a compartir, la compasión, el
compañerismo, la gratitud, entre otros valores importantes para el
desarrollo de un buen ser humano y que podrán ser aplicados en la edad
escolar y por el resto de sus vidas.
Cómo leerle a su bebé
Si desea leerle a un bebé pequeño, busque cuentos que
tengan figuras de colores vivos como el rojo, el blanco y el negro que
sobresaltan a la vista. Aproximadamente a los 6 meses, un bebé ya puede
sentarse sin mucho soporte, es ahí que mami o papi tienen la oportunidad
de empezar la lectura en la rutina de su hijo o hija. Busque libros de
tela o de un material que el niño pueda manipular y meterse a la boca
sin ningún peligro. Recuerde que en esta etapa, un bebé descubre el
mundo a través de su boquita. Por esa razón todo lo que cogen va directo
a esa área de su cuerpo.
A medida que el niño crezca, introduzca
historias con más secuencias narrativas, enséñele las partes del libro:
el frente, el esqueleto y la contraportada. Muéstrele cómo es que se
toma un libro, cómo se pasan las páginas, señale con el dedo cada
palabra que esté leyendo, esto ayudará a que el niño comprenda el
concepto de que la lectura debe hacerse de izquierda a derecha y que
cada palabra tiene un sonido y un significado.
Lo importante es
que el padre sea creativo y mantenga el interés del niño en la lectura.
Si ya habla, una buena idea es hacerle preguntas simples acerca de la
historia que se esté leyendo. Preguntas como ¿De qué color era el osito
de la historia? O ¿por qué el cerdito no le abre la puerta al lobo? Deje
que el niño piense en la respuesta y si lo ve con dificultad, ayúdelo.
La frustración de no saber qué responder también puede quitarle el
interés en la lectura. Otros métodos son a través de marionetas o
títeres, juegos interactivos y el uso de su imaginación conociendo lo
que le gusta y lo que no a su pequeño.
Las mejores horas para leerle a un bebé
Según afirma la especialista en educación temprana Mercedes Delgado, los
científicos dicen que las diez de la mañana y en la tarde de siete a
ocho son los mejores horarios para leerle a un niño pequeño pues está
más alerta y capta mejor la lectura. De todas maneras, recuerde que
cada bebé es diferente y no hay nadie mejor que usted para reconocer lo
que funciona y lo que no.
Lo importante es crearle un hábito que
además de serle útil, lo ayudará a formarse académicamente con más
facilidad. Nunca olvide que la lectura es una de las mejores herencias
que le puede dejar a su bebé y además creará memorias inolvidables de
momentos especiales leyendo junto mami y papi.
SUITE101, 08/06/2011
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