LAURA TARDON / MADRID
La noticia la han lanzado varios blogs
que, vía internet, se han encargado de difundir al máximo un hecho,
cuanto menos, llamativo: "Dimite el 60% de los componentes del Comité de
lactancia materna de la Asociación Española de Pediatría".
El motivo de discordia, cuentan, un anuncio publicado en la
contraportada de la revista de dicha asociación ('Anales de Pediatría'),
que promocionaba una marca específica de leche artificial
(Nestlé) destinada a los bebés nacidos por cesárea. Según relata uno de
los blogs, "en esta publicidad se da a entender que la fórmula láctea
reduce en un 46% el riesgo de infección gastrointestinal en el recién
nacido (en este caso por cesárea) [...] Se promueve la lactancia
artificial por encima, al parecer, de la posibilidad de la lactancia
materna", al menos, cuando plantea esta cuestión: "¿Acaso los bebés por
cesárea no tienen derecho a lo mejor?". Por si hiciera falta repetirlo,
insisten los expertos del Comité de lactancia, lo mejor para estos
pequeños y el resto de los bebés es, sin duda, la leche materna.
Pero esto era sólo la gota que ha colmado un vaso que ya estaba a
punto de rebosar. ELMUNDO.es se ha puesto en contacto con varios
pediatras de la AEP, entre ellos una de las profesionales que ha
renunciado, Maite Hernández, actual coordinadora de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia
(IHAN). "Llevamos mucho tiempo pidiendo a la junta directiva de la AEP
que reconsideren sus relaciones con la industria de la alimentación
infantil, especialmente con los fabricantes de leche para lactantes".
En la web de este comité,
además de información sobre la lactancia materna, "hay un foro para las
dudas de las madres y "a menudo tenemos que responder a mujeres que no
entienden que la AEP apoye la lactancia materna y al mismo tiempo las
casas de leches artificiales colaboren con ella (como los anuncios de
revista y televisión)". Y agrega: "Es muy difícil ser imparcial e
independiente en cuestiones de lactancia materna si la asociación
obtiene dinero de la industria que apoya lo contrario". En definitiva,
"tener demasiados compromisos con las marcas nutricionales es peligroso"
y esto es lo que "queríamos que la AEP se replantease (y lo que la
Asociación Internacional de Pediatría pide)".
Por su parte, Antonio Nieto, vicepresidente de la Asociación Española
de Pediatría, desmiente dos cosas. En primer lugar, asegura que "no es
cierto que el 60% de los miembros del comité de lactancia haya dimitido".
Lo que "realmente ha ocurrido es que en junio hubo elecciones. La nueva
junta directiva ha sido reelegida y se han renovado los miembros de los
distintos comités". Entre ellos, el de lactancia. Tal y como "dicen los
estatutos, todos ellos ponen su cargo a disposición de la junta y
generalmente se aprovecha para renovar". En este caso, confiesa, "es
verdad que ocho de los 14 integrantes habían manifestado su deseo de no
seguir".
Desde el año 2000, puntualiza la pediatra Hernández, "siempre hemos
sido los mismos en este comité, con alguna incorporación, pero, hasta
ahora, salvo que alguno quisiera irse de forma voluntaria, ninguna junta
directiva dejó de renovar a los miembros del comité de lactancia".
En cuanto al anuncio aparecido en la contraportada de la revista de la AEP,
Nieto quiera dejar claro que la AEP no es responsable de la publicidad
que aparezca en esta publicación. "Tenemos un contrato con Elsevier (una
editorial de información médica) mediante el cual esta empresa edita
nuestra revista y negocia la publicidad que aparece en la misma.
Elsevier obtiene ingresos de la aportación anual de la AEP y de los
ingresos publicitarios que ellos mismos negocian. La AEP no es
responsable de dicha publicidad".
El colecho, otro motivo de discordia
El detonante prioritario de esta situación, apunta el vicepresidente
de la AEP, es un artículo que escribieron los expertos del comité de
lactancia sobre colecho. Un capítulo que también ha relatado a
ELMUNDO.es Maite Hernández. Este artículo apoyaba el colecho para
facilitar la lactancia. "Revisamos todos los estudios y novedades y el
artículo fue publicado en la Revista de Pediatría de Atención Primaria
(perteneciente a la AEP) [...] La web de la AEP también tenía un enlace a
este artículo".
Al poco tiempo, un diario nacional se hizo eco de un estudio difundido por una revista científica ('British Medical Journal' -BMJ-) que concluía que el colecho parecía multiplicar por cinco el riesgo de síndrome de muerte súbita de los menores de tres meses.
Dado que era una de las revisiones más amplias realizadas hasta la
fecha, "consultamos con el gabinete jurídico y al entender que el apoyo a
esta práctica podía ser causa de demanda, nos recomendaron retirar el
enlace de nuestra web [...] No podemos recomendar una práctica que
supone un riesgo para la vida del niño, aunque favorezca la lactancia
materna", subraya Antonio Nieto.
El problema es que "la junta directiva no confia en nosotros como expertos en estos temas",
señala Hernández. Cuando apareció este artículo de 'BMJ' en los medios,
"nos ofrecimos para hacer una nueva revisión de la evidencia científica
y estudiar bien la del 'BMJ'", pero no esperaron a escuchar "nuestras
conclusiones y quitaron el enlace". Lo cierto es que aquella "revisión
está basada en muchos trabajos, pero no en los más recientes. Muchos son
de hace 20 años". A nivel europeo, añade, ha habido muchas reacciones
en contra de la revisión del 'British Medical Journal', precisamente por
la metodología empleada. Un ejemplo es el documento publicado por Unicef en Reino Unido.
Este capítulo, junto con su negativa a replantearse la relación de la
AEP con las marcas nutricionales ha conseguido que "sintiéramos que no
contábamos con la confianza de la actual junta directiva. Nosotros sólo
queremos una asociación que confíe en sus expertos y sea respetuosa con
el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche
Materna, aprobado por la OMS en 1981 y al que España se acoge a través de la ley de aplicación (Real Decreto 867/2008).
Entre otras cuestiones, dicho decreto "prohíbe a los fabricantes o
distribuidores de preparados para lactantes proporcionar al público en
general, a las mujeres embarazadas, madres o miembros de sus familias
[...] muestras ni ningún otro obsequio de promoción, ya sea directa o
indirectamente a través de los servicios sanitarios o del personal
sanitario". Al igual que este punto no se cumple, asegura Hernández, ", que juega al engaño, haciendo incluso creer a las madres que la leche artificial es lo mejor".
Por su parte, el vicepresidente de la AEP afirma que "la ley permite
que las revistas médicas tengan publicidad de leche de inicio, siempre
que se incluya el aviso de que la lactancia materna es la opción
preferida".
A pesar de las discrepancias entre ambas partes, los dos expertos
coinciden en "no entrar en un juego ilimitado de réplicas" (dice Antonio
Nieto). Los dos han explicado a ELMUNDO.es cuáles son sus
versiones/visiones y, como termina la doctora Hernández: "Lo más
importante es el interés de las madres y los bebés".
EL MUNDO, Lunes 29 de julio de 2013
Comentarios
Publicar un comentario