Ir al contenido principal

Los niños prefieren jugar con su perro antes que los videojuegos

M.J.P.B / MADRID
Pocos dudan ya de los grandes beneficios que un perro (u otra mascota) proporciona a los más pequeños de la casa. Pero para los pocos incrédulos que todavía queden, el Observatorio de la Fundación Affinity ha dado a conocer los resultados de un análisis llevado a cabo entre las familias españolas con el objetivo de analizar el vínculo entre personas y animales de compañía. Una de las principales conclusiones es que ocho de cada diez niños prefieren jugar con su perro o gato antes que con los videojuegos.
La conexión emocional entre niños y canes es a prueba de bombas. Además, esos lazos afectivos con los animales de compañía ayudan a los pequeños a superar muchas sensaciones y situaciones. Por ejemplo, gracias a sus mascotas pueden enfrentarse a sus miedos, superar la tristeza, tienen mayor autoestima y confianza en sí mismos, son más responsables... Los niños que viven con animales recurren a ellos de forma habitual para abrazarles y encuentran alivio en este afecto ante determinadas situaciones. Buscan en su perro o gato una fuente de consuelo como la buscan en sus padres.
Si bien son los más pequeños en los que se desarrolla ese vínculo tan fuerte con el animal, el resto de adultos de la familia también experimenta emociones muy intensas con la mascota. Nueve de cada diez personas subrayan que su perro siempre está ahí cuando necesitan consuelo, afecto, seguridad o motivación, y tienen la certeza de que seguiría siempre a su lado de forma incondicional.
La gran mayoría de las familias que tienen perro le muestran afecto a diario con abrazos e incluso besos. Y para muchos (8 de cada 10) el vínculo con el animal es un motivo para levantarse cada día. En España, el 46% de los hogares convive con una mascota.
ABC, 11/07/2013
Imagen: Diego con Nole y CopoCopito

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.