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Consejos para tu hijo te cuente lo que le pasa desde el cole hasta la adolescencia

SAPOS Y PRINCESAS
No siempre es fácil detectar si nuestro hijo tiene un problema. A veces lo vemos taciturno, triste, irritable o raro. Notamos que le pasa algo pero no sabemos qué. El niño o el adolescente se repliega y no hay manera de que nos cuente qué le pasa. Los padres nos frustramos, insistimos, lo intentamos a buenas o a malas, y al final no conseguimos nada.
Aquí os damos unos trucos, de la psicóloga Úrsula Perona, para saber cómo podemos preguntar de manera que el niño o el joven se abra y nos cuente qué le sucede.

En niños en etapa escolar

1. Dibujar las emociones

Acceder a las emociones antes que a los pensamientos. A veces es más fácil conectar primero con las emociones. Ayuda a tu hijo a identificar cómo se siente. Busca un momento adecuado, estando solos, tranquilos. La luz tenue y el estar relajado favorece la comunicación. Saca los colores y unas hojas, y pídele que dibuje la Rabia, la Tristeza, o la emoción que más creas que siente en ese momento. Cuando esté dibujando, ve pregúntale qué cosas hacen que sienta así. A menudo empiezan a contarnos cosas.

2. El baúl de los deseos

Dibuja en un papel un baúl. Dile al niño que es un baúl mágico, que a veces se cumplen los deseos que metemos en él. Pídele que dibuje o escriba sus deseos. A veces, a través de sus deseos, podemos obtener información sobre lo que les está pasando. Por ejemplo, si ponen: “que todo vaya bien en el cole”, podemos deducir que algo le está pasando en el colegio que le perturba. Y partir de ahí ir indagando.

3. Los pensamientos chungos

Haz una lista con pensamientos negativos del tipo: “ No pertenezco”, “ No valgo nada”, “Nadie me quiere”, “No me siento seguro”, “ Me preocupan muchas cosas” y similares. Pídele al niño que rodee los pensamientos con los que se identifica. Y a partir de ahí te puede dar una idea de qué puede estar pasando. Puedes preguntarle por qué motivo se siente así, en qué situaciones piensa eso, a qué se refiere, con qué personas siente eso y cosas por el estilo.

En adolescentes

Los adolescentes son terriblemente complejos y a veces acceder a ellos es complicado. Las presiones, que se sientan observados o que perciban que su intimidad está siendo invadida no ayudan en nada. Debemos estar calmados, y mantenernos así aunque no consigamos nuestro objetivo. Darles tiempo es clave.
Puede que esta situación os suene: oís a vuestro hijo adolescente llorar en la habitación. O llega a casa enfadado y se encierra en su cuarto de un portazo. O se muestra triste y ausente, refugiado tras unos auriculares durante días. Podríamos seguir con una larga lista de situaciones que hacen que pensemos que le ha pasado algo, que está sufriendo y que nos gustaría poder ayudarlo.

1. Estoy aquí, para cuando tú elijas

Estoy aquí, disponible para ti, cuando tú elijas el momento.” Díselo así, tal cual. No hagas como si no pasara nada. Puedes decirle que percibes que lo está pasando mal y que te gustaría que te lo contara, cuando esté preparado o le apetezca. Y dale tiempo y espacio.

2. Sugiérele hacer algo juntos

Proponle acompañarle al cine a ver su peli favorita, ir de compras o cualquier otra cosa que sabes que le gusta hacer contigo. Así favorecerás un momento de intimidad en el que de manera espontánea puede que te confíe sus problemas.

3. Háblale de tu adolescencia

Coméntale cómo te sentías tú cuando eras adolescente, háblale de alguna mala experiencia que tuviste, cómo sufriste, y qué te ayudó. Es posible que normalizar lo que está pasando favorezca que se abra a ti.

4. Dale tiempo. Y no le presiones.

Los dos mejores consejos. Cuando el adolescente se siente presionado y controlado, suele salir corriendo. Lo que hoy no te quiere contar y ante tus insistencias se cierra en banda, puede que mañana se sienta preparado para hablarlo contigo.
Intuir que a tus hijos les sucede algo y no poder acceder a ellos puede resultar muy frustrante. Nada produce más dolor en un padre que ver sufrir a sus hijos. Pero en ocasiones empeñarnos a forzar la comunicación aun crea más distancia. Sé creativo en la manera en que te acercas a tus hijos más pequeños, y sé paciente en la manera en que te aproximas a tus hijos adolescentes.
EL MUNDO, Jueves 19 de abril de 2018

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