Ir al contenido principal

Las rabietas en los niños: cómo controlarlas

MARC GINER
Una rabieta o berrinche es una forma inmadura de expresar ira o enojo. Aunque usted tenga un carácter muy dulce y sereno, su hijo probablemente tendrá algunas rabietas. Trate de enseñarle que las rabietas no dan resultado, y que no le harán cambiar de opinión a usted. Para los 3 años de edad, puede empezar a enseñarle a su hijo a expresar sus sentimientos con palabras ("Estás enojado porque..."). Debemos enseñar a los niños que el enojo es normal, pero que debe ser manifestado en la forma apropiada. Cuando los niños llegan a la edad escolar, las rabietas deben ser raras. En la adolescencia, puede recordarle a su hijo que explotar produce una mala impresión y que contar hasta 10 puede ayudarle a recuperar el control.
En lo que se refiere a las rabietas existe una verdad casi universal: La rabieta no sucede si no hay un público que reaccione ante ella
 
¿Qué debo hacer cuando mi hijo tiene una rabieta?

En general, elogie a su hijo cuando logra dominarse, cuando expresa su enojo con palabras y se muestra dispuesto a cooperar. Sea un buen ejemplo para él manteniendo la calma, sin gritar ni tener rabietas de adulto. Evite pegarle, porque esto le sugiere a su hijo que usted ha perdido el control. Trate de usar las siguientes respuestas a los diferentes tipos de rabietas:

1. Apoye y estimule al niño que tiene rabietas por frustración o fatiga.
A menudo, los niños tienen rabietas cuando se sienten frustrados consigo mismos. Pueden estar frustrados porque no consiguen armar algo. Los niños pequeños pueden estar frustrados porque sus padres no entienden lo que ellos dicen. Los niños mayores pueden estar frustrados a causa de su incapacidad para hacer su tarea escolar.
En estas ocasiones, su hijo necesita estímulo y un padre que lo escuche. Con un brazo apoyado sobre sus hombros, dígale algo que demuestre comprensión, tal como: "Sé que es difícil, pero vas a mejorar. ¿Puedo hacer algo para ayudarte?" Elógiele también por no darse por vencido. Algunas de estas rabietas pueden ser prevenidas haciendo que su hijo se concentre en cosas que puede hacer bien.

Los niños tienden a tener más rabietas cuando están cansados (por ejemplo, cuando no han dormido la siesta), porque son menos capaces de hacer frente a las situaciones frustrantes. En estas ocasiones, haga que su hijo se acueste. El hambre puede contribuir a las rabietas. Si sospecha esto, déle un bocadillo. Las rabietas también aumentan durante una enfermedad.

2. No haga caso a las rabietas motivadas por el deseo de llamar la atención o exigir algo.

Los niños pequeños pueden tener rabietas para salirse con la suya. Tal vez quieran salir con usted, en vez de quedarse con la niñera (babysitter), quieran un dulce, quieran vaciar la gaveta de un mueble o quieran salir a jugar afuera cuando hay mal tiempo. En las rabietas para llamar la atención el niño puede gemir, llorar, golpear el piso o la puerta, cerrar una puerta con violencia, o contener la respiración. Mientras su hijo permanezca en un solo lugar y su comportamiento no sea destructivo, usted puede dejarlo tranquilo.

Si usted reconoce que un evento en particular va a hacer que su hijo pierda los estribos, trate de desviar su atención hacia alguna otra cosa. Sin embargo, no ceda ante las demandas de su hijo. Durante la rabieta, si el comportamiento del niño es inofensivo, ignórelo por completo. Una vez que ha empezado, una rabieta rara vez puede ser interrumpida. Aléjese, incluso yendo a otro cuarto para que el niño ya no tenga quien le escuche. No trate de razonar con su hijo. Simplemente dígale: "Veo que estás muy enojado. Te dejaré solo hasta que te calmes. Hazme saber si quieres hablar". Deje que el niño recupere el control. Después de la rabieta, asuma una actitud amistosa y trate de normalizar las cosas. Usted puede prevenir algunas de estas rabietas diciendo "No" con menos frecuencia.

3. Mueva físicamente al niño que tiene una rabieta porque no quiere o evita hacer algo.

Si su hijo se niega a hacer algo sin importancia (tal como tomar un bocadillo o descansar en la cama), deje pasar este comportamiento antes de que empiece una rabieta. Sin embargo, si su hijo debe hacer algo importante, tal como acostarse a dormir o ir a la guardería, usted no debe dejar que la rabieta le permita evitar eso.

Algunas de estas rabietas pueden ser prevenidas dándole a su hijo una advertencia con 5 minutos de anticipación, en vez de pedirle de repente que deje inmediatamente de hacer lo que está haciendo. Una vez que la rabieta ha empezado, deje que su hijo siga con ella durante 2 ó 3 minutos. Trate de expresar con palabras el descontento del niño: "Tú quieres seguir jugando, pero es hora de dormir". Luego, llévelo a donde tiene que ir (por ejemplo, a la cama), ayudándole tanto como sea necesario (incluso llevándolo en brazos).

4. Para las rabietas de tipo perturbador o destructivo, utilice suspensiones temporales.

Algunas veces las rabietas son demasiado perturbadoras o agresivas para que los padres las pasen por alto. En esas ocasiones, mande o lleve al niño a su cuarto para que permanezca allí durante 2 a 5 minutos. Algunos ejemplos de comportamiento perturbador son los siguientes:

* El niño se cuelga de usted o le sigue de un lado a otro durante la rabieta.
* Su hijo le golpea a usted.
* Su hijo llora y grita durante tanto tiempo que usted se siente exasperada.
* El niño tiene una rabieta en un lugar público, tal como un restaurante o la iglesia. (Lleve al niño a otro sitio para su suspensión temporal. Los derechos de las demás personas deben ser protegidos.)
* Su hijo arroja algún objeto o causa daños materiales durante la rabieta.

5. Sujete al niño cuando tenga rabietas en las que podría causar daño o lastimarse.

Si su hijo ha perdido totalmente el control y grita desatinadamente, usted podría sujetarlo. Perder el control probablemente atemoriza al niño. Sujételo también cuando tenga rabietas durante las cuales podría lastimarse (como cuando se arroja violentamente hacia atrás).

Tome al niño en sus brazos, dígale que usted sabe que está enojado y muéstrele, con su ejemplo, la manera de dominarse. Téngalo en brazos hasta sentir que empieza a relajarse. Esto generalmente requiere de 1 a 3 minutos. Luego, suéltelo. Esta respuesta reconfortante raras veces es necesaria después de los 3 años de edad.

Algunos niños no quieren ser consolados. Tome a su hijo en brazos solamente si esto sirve de algo. Si el niño le dice "Vete", aléjese. Después que pasa la rabieta, a menudo el niño querrá que se lo tenga brevemente en brazos. Esta es una buena manera de reincorporarlo a las actividades de la familia.

¿Cuándo debo llamar a un profesional?

Llame a un profesional durante el horario normal si:
* Su hijo se lastima o lastima a otros durante sus rabietas.
* Las rabietas ocurren cinco o más veces al día.
* Las rabietas ocurren también en la escuela.
* Su hijo tiene varios otros problemas de comportamiento.
* Uno de los padres tiene episodios de rabietas o gritos y no los puede detener.
* Este enfoque no produce una mejoría durante 2 semanas.
* Usted tiene otras preguntas o inquietudes.

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com