Ir al contenido principal

Esto es lo que seguro que haces mal si estás en el grupo de Whatsapp de padres de la clase de tu hijo

LAURA PERAITA
De los corrillos en la puerta del colegio... a los chismorreos por WhatsApp. Cada vez es más habitual que los padres, por deseo propio o porque en cierto modo se sienten obligados a hacerlo, forman grupos de WhatsApp junto al resto de progenitores de la clase de sus hijos en el colegio. Se trata de una forma de comunicación muy útil para informarse de reuniones, celebración de cumpleaños, organización de los disfraces en Carnaval...
Sin embargo, se corre el riesgo de caer fácilmente en la tentación de realizar una crítica a un profesor «porque pone muchos deberes», «porque no pone deberes», «regaña mucho», «es muy estricto en las notas»... Comentarios que poco a poco van alimentándose y creando una opinión generalizada sobre los docentes que puede llegar a ser muy perjudicial. «En ocasiones —añade Óscar González, profesor de educación Primaria y autor de «Familia y Escuela» no siempre es culpa de los padres. Hay centros que mantienen sus puertas cerradas a comentarios y no facilitan que las familias se acerquen a manifestar sus dudas o preocupaciones».
Este docente también alerta del riesgo que supone que los padres se enfrenten a otros por WhatsApp. «Es muy fácil hacer comentarios escritos y hay que tener cuidado y ser respetuosos con las opiniones de los demás. Además, muchos niños cogen el móvil de sus padres y pueden leerlo».
Otra de las funciones más destacadas del WhatsApp del colegio es la de «servicio de SOS». Es muy común que un alumno se olvide un día el cuaderno de deberes. Rapidamente los padres lanzan un mensaje de auxilio: «alguien puede mandarme una foto de la página 6 de lengua». Lo mismo ocurre si el niño ha extraviado su abrigo, un libro, el gorro de piscina... Todos en su búsqueda.
Según el sociólogo Francisco Núñez, director del programa de Humanidades de la Universitat Oberta de Cataluña, este tipo de mensajes «perjudican la autonomía y responsabilidad de los niños con las tareas escolares». Para Nati Cabrera, profesora de estudios de Educación y Psicología de la UOC, «no es bueno que los padres asuman las responsabilidades de los niños. Ellos piensan que les están ayudando, pero no es así; sobreprotegiéndoles les impiden que hagan suyas las responsabilidades y perjudican su autonomía», advierte.

Claves para un buen uso

—Utiliza el grupo de WhatsApp de la clase para intercambiar información útil sobre tu hijo y el grupo-clase. Si no tienes nada positivo, útil e interesante que aportar, mejor no escribas nada.
—Respeta a los demás y su intimidad: una vez se comparte un contenido ya no hay marcha atrás.
—No escribas lo que no dirías a la cara. Piénsatelo dos veces antes de enviarlo.
No te conviertas en la agenda de tu hijo: deja que aprenda a asumir sus propias responsabilidades.
—Ante el mal uso de alguno de los miembros del grupo no dejes pasar la ocasión de mostrar tu disconformidad y hacerle ver que no es la manera correcta de proceder.
—Evita comentar los rumores que se compartan en el grupo e intenta erradicarlos. El rumor es una construcción grupal: todos los que participan son sus constructores, cada uno de ellos aporta algo al mismo.
—Si tus intentos de eliminar estas actitudes del grupo son fallidos, siempre tienes la opción de abandonar el grupo. Aunque algunos no lo entenderán, a veces es la mejor opción.
—No compartas en el grupo contenidos que atenten contra la privacidad de nadie ni sea ofensivo hacia otros (padres, profesores, etc.)
— Si tienes algún problema que resolver con el profesor, no lo hagas a través del grupo: acude al centro a hablar con él cara a cara. De esta forma tendrás opción de conocer sus propios argumentos.
Fuente: Óscar González
ABC, Viernes 17 de abril de 2015

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com