SILVIA TAULÉS
Todo empezó como una broma. En lugar de sufrir (e incluso ponerse
histérica) con los llantos y gritos de sus hijos, decidió reírse. Como
viene haciendo desde 2006. Kristen Howerton es madre de
cuatro niños (algunos los ha parido, otros los ha adoptado) que para
empezar, se ríe de sí misma. Y lo hace públicamente en un blog con una
clara presentación: "Si estás buscando un blog en el que encuentres
ideas maravillosas para los niños, dibujos estupendos... Genial. Hay un
montón de blogs así por ahí. Búscalos. Aquí encontrarás cómo afectan los
'skinny' jeans a la autoestima de Kristen o como se enamoró de pronto
de Joan Stewart [presentador americano]".
En www.rageagainsttheminivan.com esta freelance, especializada en escribir sobe maternidad con
un sentido del humor algo crudo ha dado en el clavo y son cientos sus
seguidores. Pero no contenta con los buenos resultados de su bitácora,
ha decidido ir más allá. Y acaba de estrenar un hashtag que está arrasando en Instagram: #assholeparents
(#padresgilipollas, podría traducirse) en la que ella empezó colgando
fotos de las pataletas de sus hijos contando los motivos, casi siempre
triviales y caprichosos. Y se han unido miles de padres.
Si uno es padre y entra la página no puede más que reírse al ver cómo
los hijos de las demás hacen lo mismo que el de uno. Llorar como si no
hubiera mañana porque se le ha roto el trocito de queso que iba a
comerse, berrear porque la falda que lleva es rosa palo y no rosa
fuscia... Los motivos son aleatorios y variopintos pero el resultado es
siempre el mismo: un niño con la cara desencajada y llena de lágrimas
(bueno, lo de las lágrimas quizás no sea exacto; hay veces que ni
siquiera aparecen).
La fórmula es sencilla. "No la he dejado jugar con los cuchillos de
cortar carne, por lo que soy gilipollas", se lee bajo una de las
imágenes que ha colgado la propia Howerton en la que la niña en cuestión
se retuerce en el suelo arrebatada por el llanto.
"A pesar de nuestros esfuerzos, los niños se decepcionan de vez en
cuando y creo que es importante saber que estamos todos en el mismo
saco", comenta la escritora para señalar algunos de los motivos que la
llevaron a crear el hashtag.
"Rabieta porque no la he dejado jugar con la taladradora", es la
frase explicativa en la que aparece un padre con susodicha herramienta
en una mano y su hija con el susodicho berrinche en otra. "Desesperación
y decepción porque no consigo que vuela la Luna, así que soy
gilipollas", añade otra madre con la foto de la niña sentada en el
asiento del coche, cómo no, llorando.
EL MUNDO, Jueves 23 de abril de 2015
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