Ravishly
Mi hijo mayor acaba de terminar el instituto y ha llegado la hora de
que comience una nueva etapa en ese viaje que le va acercando, cada vez
más, a la vida real. Llegados a este punto, me doy cuenta de que hay
muchísimas cosas de las que desearía poder retractarme.
Espero que
se dé cuenta de que esos pequeños consejos que le di (o que otros le
dieron, con las mejores intenciones) tenían por propósito empoderarle,
ayudarle a madurar, aunque... no son completamente ciertos.
1. No le debes nada a nadie.
Tienes
una responsabilidad principal: la de ser parte de un cambio positivo en
este mundo. Si no estás de parte del cambio, estás en su contra. Le
debes a todo el mundo (incluso a ti mismo) un mínimo de amabilidad,
compasión, paciencia, respeto y empatía. Todo el mundo está enzarzado en
su propio tipo de lucha. Todo el mundo tiene un capítulo de sus vidas
que preferiría no leer en voz alta. Es posible que intervengas en mitad
de la batalla más dura de la vida de alguien. Nunca sabes si una persona
puede estar pasándolo mal, luchando por intentar mantener un poco de
estabilidad en su vida, como poco, así que no pierdes nada teniendo una
actitud cordial. ¿Es tan difícil?
2. El respeto se gana, no te lo regala nadie.
Es
una cuestión parecida a la de "¿qué fue primero, el huevo o la gallina
?", solo que más ridícula. ¿Acaso tendrías que esperar a que alguien se
ganara tu respeto antes de que tú le respetes? ¿Deberías dar por sentado
que nadie va a respetarte hasta que te hayas ganado claramente su
respeto? ¿Puedes ser respetado sin que tú seas respetuoso? ¿Puedes ser
respetuoso y automáticamente asumir que por ello mereces recibir el
mismo trato? Si no te ganas el respeto de alguien, ¿deberías faltarle al
respeto? Eres responsable de la forma en que guías tus actos,
independientemente de si los demás son o no respetuosos. Así que, por
favor, aprende a respetar.
3. Sé tú mismo y de inmediato los demás se darán cuenta de tu intelecto, tu talento y tu encanto.
Hay
otras sabias recomendaciones que dejan a esta en el ridículo: sal de tu
zona de confort; haz notar tu presencia; aprende cuándo ser pelota y
cuándo ser crítico. Si nunca preguntas, la respuesta siempre será "no".
La persistencia, la humildad y el esfuerzo deliberado te ayudarán a
despuntar y a convertirte en un ser humano productivo.
Pero por
favor, por favor, no te dediques sólo a mariposear por el mundo
esperando recibir aquello que quieres por tu cara bonita. Además, debes
ser consciente de que habrá veces en las que te dejarás la piel haciendo
algo que nadie podrá o sabrá apreciar. Por cierto, esta idea nos lleva a
la siguiente...
4. El trabajo duro tiene recompensa.
Menos
cuando no lo tiene. En ocasiones, el más duro de los trabajos y el más
diligente de los esfuerzos cosechan el más miserable de los resultados:
nada. La vida es injusta a veces. Sin embargo, tienes que dar el callo
igualmente porque, eso sí, si no te esfuerzas, NUNCA habrá recompensa.
5. Tienes que perseguir la carrera de tus sueños para poder ser feliz.
Busca
a quince personas y pregúntales si tienen el trabajo de sus sueños.
Luego, pregúntales si son felices con sus vidas. Las respuestas te
sorprenderán. No todo el mundo necesita una carrera maravillosa y
gratificante para poder tener una vida feliz. Algunas personas trabajan
en lo que siempre habían querido y son miserables. Algunas personas
tienen un trabajo cualquiera y, aun así, viven unas vidas
espectaculares y satisfactorias. Algunos otros aman sus carreras, pero
aspiran a más en el ámbito personal de sus vidas. Persigue tus sueños,
pero da prioridad a tu sostenibilidad. Trabajar duro para mantenerte
puede ser más satisfactorio que tener treinta años y estar esperando a
que llegue el trabajo ideal mientras sigues viviendo en casa de tus
padres. La forma de evitar un futuro así es asegurarte de que eres capaz
de ganarte la vida incluso sin hacer aquello que más te gustaría.
6. ¡Eres especial!
No
eres ni mejor ni peor ni más ni menos que cualquiera de este mundo.
Todas las personas que conoces son mejores que tú en alguna cosa. Todas
las personas que conoces tienen que esforzarse al hacer cosas que a ti
te resultan facilísimas. Usa tus puntos fuertes para hacer de este mundo
un sitio mejor, más placentero (porque cuando es mejor para los demás,
también es mejor para ti). Pide ayuda y acéptala cuando la necesites.
Nunca te comportes como si cualquier persona, tarea o circunstancia
estuviera por encima o por debajo de ti.
Esta historia de Tina Plantamura apareció por primera vez en ravishly.com, un sitio web alternativo de noticias y cultura para mujeres.
HUFFINGTON POST, Lunes 17 de agosto de 2015
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