Ir al contenido principal

Cada vez más colegios en España eligen celebrar el día de la Familia y no el de la Madre

BEATRIZ PORTINARI
Imagine que en la clase de su hijo preparan con entusiasmo el gran secreto del año: la manualidad para el Día de la Madre o del Padre. Y que su hijo comparte aula con otros niños que viven con sus abuelos porque ambos progenitores han fallecido en accidente de tráfico, o uno de los padres está en prisión o abandonó el núcleo familiar cuando era un bebé. Quizás sean menores con dos padres o dos madres (¿le dará tiempo a hacer manualidades por partida doble?) o familias monoparentales. ¿Cómo afrontan estos niños tener que elaborar obligatoriamente un regalo artesanal para un padre o una madre que quizá no tiene o no quiere?
En los últimos días ha saltado la polémica en Bélgica a partir de un colegio de Bruselas que ha suprimido esta tradición en sus aulas. Padres enfurecidos porque no van a recibir una cartulina coloreada frente a padres empáticos que apuestan por hacer manualidades en casa y no en horario lectivo para evitar el sufrimiento a los menores. ¿Cuál es la situación en España? ¿Se debería proponer un pacto contra la discriminación en las celebraciones escolares?
A veces mantenerse en la tradición tiene un significado perverso porque implica que solo hay un modelo de familia posible -padre y madre- y la diferencia se valora como algo negativo. Lo que se debe trabajar en la escuela es el valor de la diversidad y buscar alternativas, personalizarlo, porque si gana el modelo mayoritario genera discriminación y provoca el “yo tengo padre y tú no”. Si no existe un trabajo previo de adaptación a un duelo por la pérdida de un progenitor, por ejemplo, el niño se sentirá aún peor por no tenerlo y en realidad este tipo de trabajos manuales son importantes porque desarrollan la inteligencia emocional”, señala Guillermo Fouces, doctor en Psicología, profesor de la Universidad Carlos III y presidente de Psicólogos Sin Fronteras.
Duelo y homofobia
Por otra parte, no solo se trata de un problema de elaboración de duelo o de superación de divorcios traumáticos o denuncias en el ámbito familiar. También puede implicar simplemente un sesgo homófobo que no se puede tolerar en las aulas. Según la Encuesta Continua de Hogares de 2016 realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España el número de parejas homosexuales se incrementó un 2% respecto a 2015, con un total de 95.300 núcleos familiares.
El Observatorio contra la LGTBfobia precisamente lanzó hace un mes un comunicado en el que pedían la revisión de estas fiestas. “Hacemos un llamamiento a los centros educativos y las AMPAS, para la celebración de un único día, el Día Internacional de las Familias, que se conmemora a nivel internacional el 15 de Mayo, y que coincide en todos los países. De esta forma, todos los niños sin exclusión podrían celebrar con su familia sin importar la composición de esta, evitando discriminación y bullying, y conmemorando la diversidad familiar de nuestra sociedad”.
Desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) recogen el guante y proponen que no se elimine el regalo en sí, como el colegio de Bruselas, sino se sustituya por una manualidad sin género ni discriminación. “Salvo en centros de determinada ideología en su proyecto educativo, creemos que la mayoría puede ser sensible a estas situaciones de agravio. El docente debería ser el elemento integrador e inclusivo que puede plantear esa manualidad como algo positivo: “Vamos a hacer un regalo a una o varias personas a las que les mostraremos nuestro cariño. ¿A quién se lo vais a hacer?” Y que cada niño elija. Además, nos parece interesante que se lance un mensaje añadido contra el consumo compulsivo de regalos comprados. Es una actividad artesanal, gratificante, que puede mitigar el bombardeo comercial de esas fechas si se celebra al margen como Día de las Familias”, señala José Luis Pazos, presidente de CEAPA.
En España, la decisión de celebrarlo o no depende de cada centro y en algunos ya se aplica este modelo no discriminatorio desde hace años, como en el Colegio San Alberto Magno de Madrid, ejemplo de integración. “En nuestro centro se celebró un claustro de profesores hace tres o cuatro años y surgió el debate porque teníamos niños que sufrían con esas manualidades… hasta el punto de descubrir que uno de ellos había escondido el regalo del Día del Padre en el fondo de su cajonera porque no tenía a quién dárselo. No debemos llegar a eso. Pueden ser niños que están en una etapa de rechazo porque el padre o madre les haya abandonado, o tenga un mal referente si está en prisión. En mi caso concreto tenía a un niño que se cerró en banda a hacerlo para su padre por motivos graves y le pregunté a quién le gustaría regalarle algo. “A mi abuelo, pero no el mismo dibujo porque mi abuelo no es mi padre”. Lo tenía más claro que nadie. Así que le busqué otro recortable, diferente de todos los demás, para que se lo pudiera regalar a su abuelo. ¿Por qué tenemos que hacer distinciones cuando es mucho más fácil solucionarlo con un regalo sin género y sin edad que se dedique al “Día de las Familias” y sea igual para todos los niños?”, plantea Paloma Sierra, directora de Infantil y Primaria del colegio.
En su día, la medida levantó ampollas en este colegio y recibió las críticas y quejas de padres o madres que querían sus regalos por separado, con el argumento de “¿por qué me voy a quedar yo sin regalo de mi hijo solo porque otros niños no tengan algún progenitor?” El claustro y la dirección del centro se mantuvieron firmes ante las presiones y seguirán celebran el “Día de las Familias” a mediados de mayo. En su última edición, el regalo de segundo de Primaria ha sido un marco elaborado con los bajalenguas de madera de los médicos. En el interior del cuadro, cada niño había dibujado a su familia, fuera del tipo que fuera, sin tener que dar explicaciones a nadie más.
EL PAÍS, Jueves 18 de mayo de 2017

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.