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Razones por las que no deberías regalarle un móvil por su Primera Comunión

LAURA PERAÍTA
El teléfono móvil suele ser uno de los regalos estrella de los niños y niñas que hacen su Primera Comunión. Se trata de pequeños de nueve años que, según los expertos en el uso de este tipo de terminales, no es una edad a la que realmente necesiten tener esta herramienta entre manos.
Pero más allá de la socorrida pregunta de a qué edad deben tener un móvil los niños, la verdadera cuestión es otra: ¿Están los padres dispuestos a dedicar parte de su tiempo diario a controlar el uso que hacen sus hijos de estos dispositivos?
Según Jorge Flores, director de Pantallas Amigas, la mayoría de las familias no. «Regalan un móvil, pero no asumen que deben informarse para estar preparados sobre el manejo que pueden o no pueden hacer a sus hijos de los terminales y, además, tampoco destinan tiempo (lo ideal es que sea de forma diaria) a controlar dónde se han metido en las redes sociales, con quién están contactando, qué tipo de mensajes o imágenes mandan o reciben, qué aplicaciones manejan... Es una dedicación que no todos los padres están dispuestos a asumir y, por ello, surgen los problemas de un mal uso y los consiguientes riesgos».
Para este experto, esta es la razón principal por la que los padres deberían esperar a que sus hijos sean más mayores, maduros y consecuentes con sus actos al manejar todas las posibilidades que permite un móvil. Pero también hay otros motivos. Regalarle un móvil en su Primera Comunión supone que:
—A los niños se les traslada que deben asumir una responsabilidad respecto a otras personas a las que pueden ocasionar daño si mandan fotos indebidas, realizan comentarios inadecuados...
—Se presupone que deben cumplir con una serie de obligaciones: Los hijos deben aceptar que sus padres entren en el terreno de su «privacidad» y supervisen el terminal cuando consideren para leer los contenidos y ver con quién se mensajea, o para que no entren virus.
—Los padres deben saber que aunque se haya avisado al niño, se encontrarán con dificultades cada vez que quieran acceder de forma consentida y ética a su terminal. Las discusiones están aseguradas.
—Que tenga un móvil a edad temprana implica que se le está facilitando el acceso a determinados hábitos y comportamientos que habrá que combatir, como es un uso abusivo. Aunque se le haya puesto límites y especificado qué días y el tiempo que puede usar su móvil, cuando un niño se conecta a un juego o entra en las redes sociales, el tiempo se le pasa muy rápido por lo que hay que ser consciente de que será un asunto de conflicto porque siempre querrá estar más.
—Que utilice el móvil con frecuencia provocará que deje de aprender otras cosas, que reste tiempo a otro tipo de ocio más creativo y educativo, a la realización de actividades físicas y deportivas e, incluso, que disminuya su comunicación cara a cara con otros niños de su edad.
Por todo ello, Jorge Flores aconseja a los padres que no se dejen llevar por las modas porque sus hijos de 9 años ni necesitan ni harán un uso adecuado de los móviles. Muchas familias lo regalan porque se dejan persuadir por el típico comentario de que a «fulanito y a menganito» ya se lo han comprado.
«Hay que ser consecuentes —apunta Flores— y tener mucha mano izquierda. Si no se le regala el móvil, ante su pertinente enfado, se le puede ofrecer otro tipo de compensación que también le atraiga y que a buen seguro le será más útil y beneficiosa. Y, sobre todo, recalcárselo: "sí, fulanito tiene un móvil, pero tú tienes más suerte porque tienes...», concluye.
ABC, 18/05/2017

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