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«La sobreprotección está creando la generación de niños más frágiles y miedosos de la historia»

S.F.
Criar «súper hijos» no es sostenible ni para los padres ni para los niños, aseguró ayer Eva Millet, autora del libro «Hiperpaternidad», en el espacio EDUTalks que organizó el colegio CEU San Pablo Valencia bajo el título «¿Hijos perfectos o hijos felices? Cuando educar se convierte en una competición».
Los EDUTalks del Colegio CEU San Pablo Valencia son espacios de innovación educativa donde se plantean soluciones y reflexiones acerca de cuestiones concretas de la educación de los hijos. En esta iniciativa –en la que los asistentes colaboran activamente- participan profesionales de diferentes perfiles con trayectorias consolidadas y expertos en la materia.
En esta sesión, dirigida fundamentalmente a padres y educadores, tanto del propio colegio como externos, Eva Millet y Nélida Pérez, experta en inteligencia emocional, desvelaron las claves para educar niños autónomos, tolerantes a la frustración, capaces de distraerse solos y lo más importante: niños felices.
La hiperpaternidad, es decir, la sobreprotección de los padres sobre sus hijos, se ha establecido como modelo educativo habitual en las sociedades más acomodadas. Es una crianza basada en una atención excesiva a los niños; los hiperpadres resuelven sistemáticamente los problemas de sus hijos. El ejemplo perfecto, es el de los deberes. «El niño se convierte en el centro neurálgico de la familia», afirma Eva Millet.
Los hiperpadres justifican a ultranza a sus hijos; «el niño nunca se equivoca». Otra característica que los define es la sobreexposición de los niños, por ejemplo en las Redes Sociales. Este tipo de progenitores, además, aman la precocidad y la híper ocupación, «tienen hijos con agendas de ministros».
Aunque ejercida con el mejor propósito, la hiperpaternidad está desatendiendo aspectos tan importantes en el desarrollo de los niños como la autonomía, la resistencia a la frustración, el esfuerzo y el tiempo libre. La infancia se está convirtiendo en una especie de campo de entrenamiento, con un constante ir y venir y agendas sin huecos para una de las actividades fundamentales en esa etapa de la vida: el juego. Esta sobreprotección está creando la generación de niños más frágiles y miedosos de la historia.

Conocer a los hijos

«Queremos que nuestros hijos sean felices pero, ¿cuánto tiempo invertimos en ello?», se pregunta Nélida Pérez. «El cerebro se adapta; puede cambiar. No nos preocupemos tanto de si no les gusta estudiar cuando son pequeños». En opinión de esta experta en inteligencia emocional, «es importante conocer a nuestros hijos, saber cómo funciona su mente. Aprender a pensar; aprender a pensar bien, y a sentir y sentir bien».
Por su parte, Amparo Arbiol, directora del Colegio San Pablo CEU Valencia, explicó que las instituciones educativas tienen que dar respuesta a la sociedad actual, competitiva y en permanente cambio. Con este objetivo, el colegio ha puesto en marcha nuevos programas innovadores como el programa de liderazgo «Líderes con corazón», en el que se trabajan aspectos como el pensamiento crítico o el desarrollo de las competencias STEM. Por otra parte, subrayó que el colegio CEU San Pablo Valencia ya es un centro acreditado para impartir el Bachillerato Internacional. «Queremos que nuestros hijos y alumnos sean felices, generosos, valientes y audaces».
ABC, 05/05/2017

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