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La carta de un profesor contra el Fidget Spinner: "Estamos educando mal a los niños"

M.PALMERO
Los Fidget Spinners son la sensación del momento entre los niños de todo el mundo. Para los que aún no lo conozcan, se trata de un juguete que gira entre las manos de los pequeños, que lo llevan consigo a todos lados, también en la escuela. Los maestros se están cansando y no saben cómo sacarlo de las aulas. No es una tarea fácil, pues se vende como utensilio de ayuda para millones de niños con déficit de atención.

Este artilugio cabe en la palma de la mano y consta de 3 aros unidos entre sí. En el centro, otro círculo hace las veces de eje giratorio. En principio esa es precisamente la gracia, hacerlo girar, girar y girar. El juguete fue concebido en su momento, hace más de dos décadas, por una mujer que pretendía crear algo que, de alguna forma, simbolizara la paz. Sin embargo, hoy se ha convertido en una diversión popular y, más que eso, en el eje de una controversia que involucra a estudiantes, maestros y administradores escolares.
Un profesor español se ha pronunciado al respecto en su perfil de Facebook, donde escribe una carta abierta no sólo en contra del famoso Fidget Spinner, sino también sobre la forma en la que se está educando a los niños. El maestro, que se hace llamar Konrad en la mencionada red social, asegura que los pequeños están acostumbrados a la sobreestimulación, y que esto merma el desarrollo de sus capacidades, como la creatividad. Para que entiendas todo, adjuntamos la carta íntegra del educador.

Carta del profesor

"El fin de curso del año 2017 ya pasará a la historia como aquel en el que los maestros intentaron dar clase mientras los niños daban vueltas y vueltas a su "spinner", como si de un grupo de desintoxicación de alguna sustancia se tratase.
Aparentemente no tiene maldad ninguna y claro, cuando te dicen (voz de científico) "es un juguete creado para calmar la ansiedad en los niños hiperactivos"... pues uno piensa que si los prohíbe, quedará como un ogro insensible que no deja que los niños calmen su ansiedad.
La verdad es que desconocía que el 100% del alumnado de mi centro tuviera problemas de ansiedad o hiperactividad, yo pensaba que solo había diagnosticados unos pocos y como todo el mundo sabe, cada caso es discutible.
Lo que sí tengo claro es que estamos ante la generación de la sobreestimulación, del no permitir que el niño se aburra un instante, de niños que cuando comen en casa además escuchan música con sus cascos, con la mano libre juegan con el móvil, todo ello frente a la televisión mientras su madre les pregunta que qué tal en la escuela. En un ejercicio de malabarismo mental que tengo mis dudas sobre si es bueno para el desarrollo de un menor, aunque cojonudo para el desarrollo económico de la última novedad viral.
Parece que además de tener una ansiedad irrefrenable, las nuevas generaciones son superdotadas, capaces de disfrutar de la buena música, giros y compases, mientras descubren la mejor forma de pasar al siguiente nivel del juego de turno, a la par que saborean e intuyen que en la comida de ese día había un ingrediente nuevo, mientras con el rabillo del ojo analizan en la tele la situación política del país, todo ello justo antes de elaborar un discurso propio con lo más destacado de lo vivido, sentido y aprendido, durante su mañana en el cole.
Really?
Hoy mis alumnos me preguntaban "¿cómo eres tan creativo?", a lo que les contesté "porque con vuestra edad cada vez que me aburría, no me ponían ningún aparatito en la mano".
Bien saben quienes fueron mis compañeros y maestros que no había en el pueblo niño más nervioso que yo, cada mañana daba buena cuenta de uñas, lápices, bolis,... mientras con la pierna condenaba a mi compañero de al lado a un pequeño seísmo continuo. Pero poco a poco empecé a focalizar mis nervios, comencé a dibujar para relajarme, a bailar o disfrutar la música que le robaba a mi hermana.
Ahora tengo claro que los grandes pensadores de la historia, EinsteinNewton,Steve Jobs... o cualquiera de esas personas a las que admiramos, no son más listas que los demás, no tienen un cerebro superdotado, no son inalcanzables, es mucho más fácil. Simplemente focalizaban mejor su atención, se concentraban en una única cosa hasta que lo terminaban, simple y llanamente, no se les iba el santo al cielo.
Por lo que me pregunto... ¿de verdad les estamos haciendo algún favor permitiendo que estén en mil cosas a la vez? Creo sinceramente que deberíamos dejar de desarrollar el consumismo a costa de desarrollar la mente de las futuras generaciones".
EL CONFIDENCIAL, Miércoles 17 de mayo de 2017

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