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La importancia de lavarse las manos

ISABEL VILCHES
Con agua y jabón se puede prevenir numerosas infecciones. El simple hecho de lavarse las manos evita el contagio de enfermedades, "como la Hepatitis A trasmitida a través de alimentos contaminados o de las heces", explica la doctora Cristina Villegas, Jefe de servicio de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja. La prevención es muy sencilla: "En 15 segundos se puede llevar a cabo uno de los mejores y más sencillos programas de higiene", según la dermatóloga.
Como las manos lo tocan todo "pueden albergar unas 800.000 bacterias de los dos kilos que posee una persona media, de unos 70 kilos, entre la piel y el interior", aclara la dermatóloga. Aunque no todas son perjudiciales: "En un individuo sano, no dan problemas", añade.
Si la rutina no se repite cada vez que sea necesario y no se produce de manera correcta, las manos se convierten en fuente de gérmenes "hasta tres horas", según la especialista, "el tiempo que sobreviven las bacterias en las extremidades".
Igual que después de cada comida se debe realizar una buena higiene bucal, al terminar de ciertos actos 'sucios' hay que lavarse las manos: después de ir al baño -siempre, aunque sea el propio-, al acabar la jornada laboral, después de toquetear billetes (un estudio de la Universidad de Oxford acaba de revelar que el papel moneda que circula por la zona euros tiene de media 26.000 bacterias por billete). Tras estornudar o toser cuando se tape la boca, se entiende; tocar mascotas (por mucho que algunos consideren a sus animales de compañía los más limpios, estos se arrastran por el suelo y olisquean todo tipo de desperdicios), e incluso después de manipular alimentos crudos, como por ejemplo la carne, un huevo o una lechuga con pesticidas. Además, hay que ser meticulosos y escrupulosos antes de comer, de tocarse la boca o los ojos. Cuidado también con moderse las uñas con las manos sucias.
Sobre todo en niños, es muy importante inculcar el hábito, para que con los años lo realicen casi sin pensarlo. Como el hábito no sólo consiste en meter las manos un instante debajo del grifo, parecen innecesarios unos consejos, porque una mala higiene o incompleta no sirve de nada.

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