Ir al contenido principal

Los abuelos están genéticamente predispuestos a desvivirse por sus nietos

REDACCIÓN LA VANGUARDIA
Ser abuelo y desvivirse por los nietos se lleva (literalmente) en los genes. Un estudio elaborado por un grupo de investigadores de la Universidad de California señala que, a diferencia de los animales, la información genética de los humanos ha evolucionado para que su esperanza de vida se alargue décadas después de la edad reproductiva. De esta manera, los abuelos pueden participar activamente en el cuidado de sus nietos y transmitirles su sabiduría.

El estudio, publicado en la revista PNAS , ha descubierto que algunos genes han evolucionado específicamente para proteger a los humanos de enfermedades neurodegenerativas. Este es el caso del gen que codifica la proteína CD33, esencial para el funcionamiento del sistema inmunitario, que en el caso de los humanos es cuatro veces más alto al que poseen los chimpancés. Además también se han descubierto niveles superiores en otros genes que contribuyen a prevenir el deterioro y a eliminar la acumulación del péptido beta amiloide del cerebro, nocivo para las neuronas y asociado con el alzhéimer.

La investigación concluye que es probable que estos genes hayan evolucionado para alargar la vida de los ancianos y evitar convertirlos en personas dependientes mientras hay que criar a los parientes más jóvenes de la familia. Al fin y al cabo, el cuidado intergeneracional es un factor importante para la supervivencia del grupo.
LA VANGUARDIA, 03/01/2016

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.