M.J.PÉREZ BARCO
Aparte de las cuestiones puramente sanitarias, el hecho de no
poder faltar al trabajo es otro factor que presiona a muchos padres a la
hora de decidir llevar, o no, a su hijo al colegio cuando presenta
algunos síntomas. Pero en esto, la Asociación Española de Peaditría de Atención Primaria (AEPap) apela al sentido común: «Si el niño ha pasado una mala noche,
si ha tenido fiebre, si tiene diarrea... cabe la posibilidad de que el
niño no esté del todo bien. Por eso, no es conveniente que vaya a la
guardería o al colegio. Si tiene un simple catarro, por ejemplo, y no tiene fiebre ni malestar se le pede llevar sin problemas».
Catarros, amigdalitis, conjuntivitis,
gastroenteritis, gripe... Los niños padecen varias de estas enfermedades
e infecciones a lo largo del curso escolar, sobre todo los más
pequeños. Pero su virulencia muchas veces resulta tan leve que no es
necesario que dejen de asistir al colegio. En otras ocasiones, sin
embargo, el estado del enfermo requiere su convalencia en casa. Y otras
veces, por prevención, es preferible no asistir a clase para no
contagiar a los demás compañeros del aula.
En cualquier caso, es siempre el pediatra quien tiene la última palabra
a la hora de decidir cuándo un niño con una enfermedad leve o no puede
asistir a la escuela infantil o al colegio. Y en esto cada caso es un
mundo. «De forma estricta, sólo se recomienda excluir a un niño de un
centro educativo, cuando esa medida haga disminuir los riesgos de
aparición de otros casos en el centro». Es decir, cuando esté asegurado
que se van a reducir los contagios, explica Susana Ares, pediatra
y fundadora de infirmus.es, una nueva web de la salud y la enfermedad elaborada por un grupo de médicos y profesionales sanitarios.
En la mayor parte de las infecciones
respiratorias y trastornos digestivos leves la transmisión ocurre desde
antes del inicio de los síntomas, haciéndose inevitable su posible
contagio. Pero existen otro tipo de enfermedades infecciosas que
requieren quedarse en casa no sólo por la recuperación del paciente sino
también por salvaguardar la salud de los demás niños.
Cuidado con los más pequeños
Los pediatras recomiendan especial atención para los bebés que asisten a escuelas infantiles y no han cumplido un año de vida, pues
constituyen un grupo de mayor riesgo al no estar vacunados con unos
mínimos, especialmente frente a la tos ferina y a bacterias responsables
de enfermedades graves como la meningitis y las neumonías.
La falta de conciliación presiona a los padres cuando los niños están enfermos
No existe un documento oficial que
enumere las infecciones, virus o enfermedades por las que un niño no
puede ir al colegio. Hay que seguir las recomendaciones de los
pediatras, que son los que deben decidir en este sentido. Sin embargo,
tampoco hay consenso entre estos profesionales respecto a algunas
infecciones.
Susana Ares recomienda que los niños no asistan al colegio cuando la enfermedad les impide seguir cómodamente las actividades del
centro; cuando necesiten más atención de la que el personal del centro
puede proporcionar y cuando el niño contribuye a la propagación de esa
enfermedad, sobre todo en un entorno de riesgo.
Esta pediatra aconseja que los niños interrumpan las clases ante cualquier de estos síntomas:
fibre alta, somnolencia, dificultad respiratoria, diarrea incontenible,
vómitos en dos o más ocasiones en las 24 horas, lesiones bucales o
úlceras e incapacidad del niño para controlar la salivación, exantema
con fiebre y conjuntivitis purulenta (con exudado blanquecino o
amarillento). Siempre recordando que es el pediatra es quien tiene la
última palabra. Estas son las recomendaciones de la pediatra Ares ante
las enfermedades:
Enfermedades infeccionas:
—Tuberculosis: hasta que el pediatra o las autoridades sanitarias determinen que el niño no es contagioso.
—Impétigo (enfermedad infecciosa superficial de la piel producida por bacterias): hasta 48 horas después de iniciar el tratamiento.
—Escarlatina: hasta 24 horas después de comenzar el tratamiento.
—Conjuntivitis bacteriana: hasta 24 horas después de comenzar el tratamiento.
—Faringitis estreptocócica
o escarlatina: hasta después de 24 horas de iniciar el tratamiento
antibiótico y hasta que el niño haya permanecido sin fiebre durante 24
horas.
—Tos ferina: hasta 5 días después de haber acabado el tratamiento con antibióticos.
—Bacterias intestinales: ante la mayoría de gastroenteritis, los niños no deben ir al colegio hasta 48 horas de la desaparición de los síntomas..
—Enfermedad invasora por meningococo o Haemophilus influenza tipo b: hasta terminar tratamiento.
—Un niño con sospecha de enfermedad infecciosa bacteriana de vías respiratorias (adenoiditis,
faringitis, amigdalitis, sinusitis, otitis media, traqueobronquitis,
neumonía) debería ser excluido de la guardería un mínimo de 48 horas
hasta después de iniciado el tratamiento antibiótico.
Enfermedades víricas:
—Diarrea por Rotavirus: Exclusión hasta que el niño no presente síntomas.
—Varicela: hasta al menos el sexto día desde la aparición del exantema o antes si todas las lesiones se han secado.
—Parotiditis: hasta nueve días después del inicio de aumento de volumen de la glándula.
—Rubeola: No menos de 5 días de exclusión desde el inicio del exantema.
—Sarampión: No menos de 5 días de exclusión desde el inicio del exantema.
—Exantema súbito: Hasta que el exantema desaparece.
—Mononucleosis: Exclusión hasta mejoría clínica.
—Hepatitis A: hasta una semana después de que desaparezcan las manifestaciones de la enfermedad o la ictericia.
—Hepatitis B: Exclusión en la fase aguda y portadores crónicos que muerden o no controlan secreciones.
—Bronquiolitis por VRS: hasta 2 semanas después de iniciar el cuadro agudo.
—Herpes simple tipo 1: en caso de gingivoestomatitis hasta su curación. Si es cutáneo hasta la fase de costra.
—Megaloeritema epidémico
(enrojecimiento de la cara): en condiciones normales, en la fase de
exantema ya no es contagioso (sólo durante el curso de la enfermedad
sólo en niños inmunodeficientes).
Enfermedades parasitarias y hongos
—Pediculosis: hasta la mañana siguiente después de la primera dosis de tratamiento.
—Sarna: hasta después de acabar el tratamiento.
—Parasitosis intestinal: hasta completar el tratamiento y la normalización de las deposiciones.
—Micosis cutáneas: hasta que el pediatra considere que no son contagiosas.
No es motivo de exclusión
—Otitis media.
—Excreción asintomática de un patógeno intestinal. Oxiurasis.
—Conjuntivitis no purulenta.
—Exantemas sin fiebre.
—Infección por citomegalovirus.
—Estado de portador de hepatitis B.
—Infección por VIH. No es obligatorio notificar infección por VIH a la escuela (aunque es conveniente).
—Niños con enfermedad infecciosa respiratoria leve
o de probable etiología vírica (salvo si cumplen algunos de los
criterios de exclusión), pues su transmisión se inicia algunos días
antes de los síntomas. Excepto el Virus respiratorio Sincitial (VRS).
—Verrugas vulgares.
—Molluscum contagioso.
—Síndrome boca-mano-pié.
—Tiña, si se localiza en zonas cubiertas.
—Catarro si el niño no tiene fiebre ni dificultad respiratoria.
—Lombrices.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria también ha elaborado una clasificación similiar. Se puede consultar en:
ABC, Viernes 7 de febrero de 2014
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