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Esto es lo que pasa en tu cuerpo después de ingerir comida basura

ALBA RAMOS SANZ
Es barata, sabrosa y, como su propio nombre indica, rápida. Pero la también conocida como comida basura es bastante mala para tu salud, especialmente si la comes demasiado a menudo.
No te hagas el loco que seguramente ya lo sabías: la comida rápida está plagada de alimentos procesados, contiene grandes cantidades de hidratos de carbono, azúcares, grasas no saludables y demasidado sodio. Además, suelen ser platos altamente calóricos, por lo que a menudo hacen que dejemos de comer alimentos ricos y nutritivos y descuajeringuemos nuestra dieta diaria y, a la larga, nos acabamos metiendo unos inesperados kilos de más.


Su consumo habitual se ha relacionado con el colesterol malo, el riesgo de padecer obesidad, enfermedades hepáticas o cardíacas e incluso algunos tipos de cáncer como el de mama, el de próstata, el de estómago o el de colón. Pero no sólo te atienes a diagnósticos graves a largo plazo, la comida basura afecta a tu cuerpo a los pocos minutos de haberla comido, y lo hace de esta manera.

Te sientes hinchado

Muchos alimentos contienen naturalmente una mayor cantidad de sodio, pero a algunos también se les agrega de forma artificial a través de aditivos como el glutamato monosódico (GMS), el nitrito de sodio, la sacarina sódica, el bicarbonato de sodio y el benzoato de sodio, que actúan tanto de aromatizantes como de conservantes.
Se recomienda consumir una cantidad diaria de sodio de hasta 2.300 miligramos (lo que equivale a una cucharadita de sal de cocina) en los adultos sanos y en aquellos que puedan sufrir hipertensión no más de 1.500 miligramos al día. Bien, pues ten en cuenta que un sólo plato de comida rápida puede superar los 2.300 miligramos “El exceso de sodio hace que el cuerpo retenga líquidos, lo que se traduce en que nos sentimos hinchados, pero este es el menor de los daños que los alimentos excesivamente salados nos pueden hacer”, advierte el chef y experto en nutrición Seth Santoro en un amplio artículo publicado en 'Eat This'.

Pero te quedas con hambre

Exacto. Tras calzarnos el menú de turno –ya esté compuesto por hamburguesa y patatas, pizza con refresco o lo que hallamos escogido entre las múltiples ofertas de comida basura– nos sentimos saciados e incluso desbordados de comida pero al poco rato nos entra hambre.
Se trata de alimentos altos en calorías pero con un bajo contenido nutricional, por lo que si comemos demasiada comida basura o lo hacemos demasiado a menudo nuestro organismo comenzará a demandar nutrientes necesarios que necesita para funcionar correctamente. “Tu cuerpo estará temporalmente saciado con alimentos vacíos que no proporcionan nutrientes, así que aunque hayas comido una gran cantidad de calorías y grasas no te sentirás saciado durante mucho tiempo”, explica la nutricionista Amy Shapiro.

Deteriora tu memoria

Determinados alimentos 'rápidos' como las hamburguesas, algunos alimentos fritos o los batidos pueden contener una alta cantidad de grasas saturadas. “Desde hace tiempo se sabe que éstas pueden impactar negativamente en nuestra salud cardíaca, pero también hay investigaciones que sugieren que un consumo alto de grasas saturadas influye en el funcionamiento del cerebro y la memoria”, añade la doctora Marisa Moore en el mencionado artículo. Incluir en nuestra dieta niveles elevados de ácidos grasos saturados puede afectar a la velocidad de nuestra capacidad para recordar tanto a corto como a largo plazo.

Estriñe

La fibra (normalmente presente en alimentos como las frutas, verduras, cereales, frutos secos y algunos tipos de semillas) desempeña un papel imprescindible en el funcionamiento de nuestro sistema digestivo. Es decir, es fundamental para ir al baño con regularidad y sin problemas. No sólo eso, además puede ayudar a reducir el colesterol y a mantener estables los niveles de azúcar en sangre. Como probablemente estés pensando, en la mayoría de los platos de comida rápida no abunda precisamente la fibra, por lo que es responsable de que tu tracto digestivo no funcione como debería.

Estropea la piel

¿Conoces esa sensación de estar rezumando aceite por los poros de la piel tras llevar varios días comiendo alimentos altos en calorías y grasas? No estabas alucinando. La comida rápida puede causar problemas como el acné o el exceso de sebo. Y no es por culpa del chocolate o de los fritos, “son los azúcares simples, la harina refinada y los carbohidratos vacíos que contienen alimentos como las patatas fritas son los responsables".

Te deprime y aumenta tus preocupaciones

Investigaciones recientes han demostrado que el consumo de comida rápida puede causar una mayor tasa de depresión, asegura Shapiro: “Según un estudio, las personas que consumían comida basura eran un 51% más propensas a desarrollar una depresión que los que no la incluían en su dieta”.

Afecta a los niveles de azúcar en sangre

Los carbohidratos aumentan la cantidad de azúcar en la circulación sanguínea, y éstos abundan en los principales menús de comida rápida. Muchos de ellos elaborados con harinas refinadas –como el pan de la hamburguesa o las patatas fritas– y su consumo puede conducir a desarrollar enfermedades como la obesidad o la diabetes. Pero no sólo eso, el consumo excesivo de carbohidratos refinados hace que los niveles de azúcar en sangre varíen notablemente, y si llegamos a niveles de hipoglucemia, podríamps experimentar ansiedad, temblores, confusión y fatiga.

Afecta a tus dientes

La ingesta frecuente de sodio puede afectar a la salud oral”, asegura la doctora Leah Kaufman. En cantidades relativamente altas –recordemos que un sólo plato de comida rápida puede superar con creces las cantidades recomendadas de sodio al día– aumenta los niveles de ácidos en la boca, lo que termina por producir caries. Suma los azúcares de refrescos y postres y tendrás el plan perfecto para hacer una buena inversión en el dentista.

Te vuelve hiperactivo

La ansiedad y la depresión no son los únicos efectos mentales que puede provocarnos el consumo de comida rápida. Una dieta rica en colorantes y conservantes artificiales puede jugar un papel importante en que desarrollemos hiperactividad. Al menos así lo demostró una reciente investigación publicada en la revista 'Clinical Pediatrics' según la cual, algunos de los ingredientes de la comida basura como el benzoato de sodio aumentan considerablemente el riesgo de volvernos hiperactivos y perder el control sobre nuestros niveles de ansiedad y estrés.
EL CONFIDENCIALMartes 24 de noviembre de 2015

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