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Cinco trucos para que los niños pierdan el miedo al agua

GALIANA LEGORBURU
Lo que para algunos niños es lo mejor del verano, para otros es aterrador: el agua. El miedo al agua es algo muy común entre los más pequeños, ya que el hecho de cambiar de un medio terrestre a uno acuático puede hacerles perder la seguridad. Para que puedan superar esta situación, la implicación de los padres es fundamental. El coordinador del grupo de trabajo de la Actividad física de la Asociación Española de Pediatría, el doctor Gerardo Rodríguez, nos cuenta cómo hacerlo.
  1. Enfrentarlos al agua. Lo primero y más importante es no retrasar el momento del baño. Evitarles la situación solo provocará que el niño se sienta cada vez más reticente a meterse en el agua.
  2. Fomentar su autonomía. Aunque al principio los padres permanezcan todo el tiempo con el niño, lo conveniente es que poco a poco vayan dejando que se desenvuelva por sí solo. Eso sí, sin dejar de vigilar y controlar su seguridad.
  3. No forzar la inmersión. Para que el niño se sienta seguro, lo mejor es que se inicie en el baño de manera cómoda y sin presiones. Deja que se tome su tiempo.
  4. Utilizar cualquier tipo de soporte que ayude a flotar al pequeño. Siempre es más divertido y más seguro acompañar el baño de algún elemento que le mantenga en la superficie. De esta manera perderá el miedo a hundirse.
  5. Exposiciones repetidas en el tiempo. Los niños que llevan mucho tiempo sin volver al agua puede que sientan de nuevo ese terror a sumergirse. Por eso es conveniente que se le recuerde la experiencia permitiendo que el niño nade periódicamente. En este caso, podría ser una buena opción apuntar a tu hijo a una piscina para que su progreso sea de manera gradual.
 EL MUNDO, Martes 22 de julio de 2014

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