ESTHER GARCÍA VALDECANTOS
¿O no tanto? Quizá no pero, ¿qué padre habría pedido un permiso de
paternidad en 1984? Ahora, sin embargo, no lo ven como ninguna rareza
aunque todavía el 30% considere que sufriría cierta marginación en el
trabajo. Hoy la madre sigue siendo la protagonista a la hora de cuidar
al bebé, pero cuenta con un actor secundario de altura: el padre, que se
encarga de bañar a los niños (en el 27% de los casos) y les cambia los
pañales (el 18%). Es cierto que el grueso de la crianza (alimentación,
cuidado general, educación, revisiones médicas) sigue siendo de la
madre, pero el padre ya no es esa figura ausente que no está en el
parque, no juega con su hijo, no se levanta a dar un biberón... bueno,
las noches siguen siendo fundamentalmente de la madre. Estas son algunas
de las conclusiones de un estudio realizado por la marca Philips AVENT,
que este año cumple 30 años de vida, en colaboración con la consultora
Conecta. ¿Y qué más ha pasado en tres décadas? Que la tecnología está
omnipresente en nuestras vidas, que Internet es un gran aliado para
buscar consejos y consultar información... pero para contrastarla luego
con el pediatra, un especialista que, según el 80% de las encuestadas,
se ha convertido en un referente clave para las madres de hoy en día.
El doctor Manuel Cruz Hernández, que ha ejercido la pediatría durante
50 años en el Hospital Clínico de Barcelona, está de acuerdo en que la
relación madre-pediatra ha cambiado. "Antes se iba al pediatra por cosas
importantes", dice, "y la relación era más íntima y afectiva. La madre
sabía menos y dependía más del médico, ahora más bien discute y comparte
lo que sabe con este". Hoy se celebra por primera vez en España el Día
de la Pediatría y el Dr. Cruz, que recibirá el Premio maestro de la
pediatría de manos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), se
felicita de lo mucho que se ha avanzado en cultura sanitaria y corrobora
la percepción de las madres de que ahora se va más al pediatra: "antes
una abuela bien informada resolvía una fiebre, unos vómitos o una
deposición un poco blanda y ahora, sin embargo, las abuelas no siempre
ejercen". Y echa mano de una anécdota reciente de una madre que le llamó
asustada porque su hija tenía un bulto en el pecho, la tranquilizó
diciéndole que no era más que el inicio de la pubertad "pero la madre ya
pensaba que su hija tenía cáncer de mama".
El doctor Tomás Alonso también ve cómo las abuelas han perdido
influencia y cómo las madres, que no están todo el tiempo con sus hijos
"llaman a última hora de la tarde porque acaban de llegar a casa y el
niño tiene mocos, pero ni siquiera tiene fiebre", cuenta. "Y por otro
lado las madres tienen ahora mucha información, pero lo que no saben es
que cada niño es diferente", dice Alonso, que a lo largo de los 45 años
que lleva ejerciendo la pediatría ha visto tal cambio generacional que
ahora se encuentra en su consulta con muchas mujeres jóvenes que no
saben cocinar y son sus maridos los que van a informarse de qué menús
tienen que hacerle a su hijo. Lo que ha constatado de un tiempo a esta
parte la doctora Diana Madruga, pediatra especialista en digestivo y
nutrición del Hospital Niño Jesús es preocupante: "el estrés actual está
haciendo que surjan trastornos alimentarios en los niños sin que haya
un problema a nivel orgánico", asegura. "Las madres se angustian porque
el niño coma y solo consiguen presionarle", dice Madruga, que corrobora
que las madres de hoy en día acuden más al pediatra y se apoyan menos en
sus madres.
Los enormes cambios que se han producido en poco tiempo los resume
claramente Federico Martinón-Torres, pediatra del Hospital Clínico
Universitario de Santiago de Compostela: "creo que la relación
madre-pediatra ha madurado y evolucionado. La madre está mas
documentada, utiliza fuentes alternativas de información-confirmación, y
es consciente de que el referente de su hijo debe de ser un pediatra, y
no otro médico cualquiera. Pero por otro lado, las madres son más
añosas cuando tienen su primer y único hijo, que pasa a ser "de oro",
tienen más difícil la conciliación familiar y laboral, y le dedican
menos tiempo del que les gustaría, lo que a su vez les hace más
inseguras y necesitan más reafirmación del entorno, lo que incluye al
pediatra".
Martinón-Torres ve cómo por su consulta pasan madres que tienen que
llamar por teléfono a la cuidadora o los abuelos para poder completar
los datos de la historia clínica porque no han podido estar con el niño
en todo el día, y se lo han encontrado "así" al llegar a casa. "Recuerdo
hace poco una madre con un niño de 6 años, y al preguntarle por la
fiebre, la madre dijo, si, 39... y el niño corrigió, no mamá, eran
38.2... O también el caso de un niño que traían por retraso del
lenguaje, y es que en realidad hablaba otro idioma, el de su cuidadora
que cuando se quedaba con él, le hablaba en su lengua nativa", cuenta a
modo de anécdota. "Son los gigantescos precios que una más teórica que
real conciliación laboral exigen a la madre trabajadora en nuestros
tiempos".
Eso sí, todos coinciden en lo mismo: la mejor fuente de información para una madre es un pediatra en el que ella confíe.
¡Feliz Día de la Pediatría!
EL MUNDO, Jueves 09 de octubre de 2014
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