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Consejos de uso ante la llegada del primer móvil a casa

CARLOTA FOMINAYA
Este viernes 6 de enero muchos menores accederán a su primer «smartphone». Las recomendaciones que los expertos hacen en este sentido a los padres son muy claras: ante todo, no dejarles solos. Y educar, prevenir y supervisar. Los beneficios que aporta internet a los menores son indudables, ya que pone a su alcance información, herramientas, y servicios online que facilitan su aprendizaje, completa sus opciones de ocio y les ayuda a mantener relaciones sociales, pero también puede ser una ventana a contenidos inapropiados, a delitos como el «sexting» (envío de contenido sexual) o el «grooming» (de un adulto a un menor).

Progenitores informados

Es cierto que un «smartphone» en manos de un menor puede ser un peligro, pero todo esto se puede prevenir «si los progenitores estén pendientes, implicados, e informados», tranquiliza María Zabala, experta en e-paternidad (relaciones de familia y nuevas tecnologías) y fundadora de la web iWomanish, donde da consejos al respecto.
Para lograrlo, un buen inicio sería echar un vistazo a los consejos que aparecen en la Guía de «Internet de las cosas (Iot): guía de compra para padres y tutores» publicada por Trend Micro, y a la que se puede acceder gratuitamente desde internet. En ella se recomienda investigar sobre el dispositivo inteligente y en especial si este va dirigido a un menor. Desde esta plataforma sugieren a los padres empezar comprobando las reseñas y opiniones realizadas sobre el teléfono, y recopilar toda la información posible sobre el historial del fabricante en relación al uso que realiza de los datos del usuario.
Es decir, qué nivel de privacidad ofrece el móvil. «Los progenitores deben saber, por ejemplo, dónde se guardan las fotos y los vídeos que se graban, si la plataforma le permite restringir a los extraños de hablar con su hijo, si se puede evitar el seguimiento de la localización física de sus hijos, o filtrar la lista de contactos para las personas de confianza... etcétera».
En este sentido, lo recomendable según TrendMicro es que el móvil tenga los permisos configurados por los padres (en descargas, en navegación, en uso), y que se supervise su uso: «vigilando lo que comparte el niño, pidiéndole que informe si un extraño intenta ponerse en contacto con él... Inutilizando opciones, ajustando la configuración de localización, desactivando el micrófono del aparato cuando no esté en uso, filtrando la lista de contactos, y teniendo en cuenta cómo el teléfono almacena los datos en la nube».

Control parental

Así lo corrobora la fundadora de iWomanish, para quien «los riesgos se pueden minimizar, y mucho, mediante el control parental». Este concepto engloba a todas las herramientas que permiten a los padres monitorizar y/o limitar el uso que un menor a su cargo hace de ordenadores y dispositivos, en términos de tiempo, de contenidos o de acceso. ¿Y cómo funciona? ¿Bloquea contenidos y copia o filtra webs o apaga el móvil? «Tenemos aplicaciones que podemos instalar, software variado para ordenadores, ajustes para routers y para los propios aparatos… Podemos revisar sus historiales de navegación, utilizar apps que conviertan nuestro móvil en un espejo del suyo para recibir sus mismos mensajes, descargar apps que apagan los teléfonos o limitan las webs, configurar las tablets para que no se conecten por la noche, o que no se descarguen lo que ellos quieran...».
De esta forma se puede lograr que los peligros asociados al hecho de que un menor de edad tenga un móvil son menores. «Que necesite autorización para descargarse aplicaciones. Que entienda que puedes mirar su móvil si lo consideras necesario, quizá no a escondidas, pero sí cuando creas que es importante. Que asuma que si decides instalar una app de vigilancia, no puede negarse. Que interiorice, en definitiva, que el teléfono es tuyo. Los padres somos el mejor control parental y se trata no sólo de monitorizar, sino también y sobre todo de guiarles», resume Zabala. Como dice Guillermo Cánovas, escritor y autor del blog «Kids and Teens Online»«ellos necesitan saber que sus padres siguen siendo una referencia a la que poder acudir en caso de duda o ante un problema concreto».

Normas y límites

Lo principal en cualquier caso, concluyen todos los expertos, es marcar normas y límites de uso: una buena idea en este sentido, prosigue la fundadora de Iwomanish, «sería hacer un contrato como el que la norteamericana Janel Burley le hizo firmar a su hijo. En este convenio podemos explicarle dónde podrá usarlo, cuánto tiempo, a qué horas, para hacer qué... Marcar normas de convivencia y buena educación en el uso del móvil, explicar que los “datos” cuestan dinero, que la wifi puede cambiar de contraseña si tú lo decides... Y si el niño no cumple alguno de estos aspectos, se queda sin aparato».

Comunicación

El diálogo, apuntan desde la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), es una de las mejores herramientas de prevención de cuantas existen cuando los menores entran en contacto con la tecnología: «es recomendable acordar con ellos para qué van a utilizar los dispositivos», aconsejan. «El acompañamiento y la orientación a los padres es esencial para promover entre los menores el uso seguro y responsable de la conexión que ofrece un móvil. Ninguna herramienta debe reemplazar al diálogo y la educación entre el menor y sus familiares y educadores», advierten.
«En todo ejercicio de supervisión de padres hacia hijos, el elemento crucial es el diálogo. Antes, durante, después. Siempre, preguntar para enterarse, escuchar para entender y orientar para educar. Hablar con ellos sobre lo que hacen con el móvil. Siempre preguntar... y, sobre todo, escuchar», finaliza Zabala.
ABC, 03/01/2017

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